Diego Puig: “la novela tiene un prestigio, a veces injustificado, que me seduce”

Diego Puig: “la novela tiene un prestigio, a veces injustificado, que me seduce”

El autor presentó “It girl”, un viaje entre Tucumán y Nueva York protagonizado por personajes propios de una “época bisagra”.

NUEVO LIBRO. Puig había lanzado la novela “Nadar sin luz” y la colección de cuentos “Vírgenes infinitas”. NUEVO LIBRO. Puig había lanzado la novela “Nadar sin luz” y la colección de cuentos “Vírgenes infinitas”.
27 Septiembre 2020

De movida, “It girl” entra por los ojos. La edición de la nueva novela de Diego Puig es preciosa: tapas duras, un collage diseñado por Agostina Rodríguez en la portada y el cuidado artesanal que caracteriza a la editorial Gerania en el armado del libro. La estética no es una cuestión menor en la obra de Puig (Tucumán, 1982) y aparece como uno de los temas que flotan sobre la historia de Isolina, la it girl del título. “Yo diría que los temas son el paso del tiempo, la aceptación entre pares, el sentido de pertenencia, el amor, vivir con el cuerpo, la sensualidad de tener cuerpos, el dinero, el status, las recompensas, la naturaleza transaccional de los vínculos, la economía del cuidado y del amor -analiza el autor-. Pero tampoco me considero el mejor lector o intérprete de mis textos”.

Quedará, para Puig y para los lectores, como el libro presentado en plena pandemia. Si el dato será un título o una nota al pie de página lo dirá el tiempo, mientras tanto una nueva novela ha llegado para nutrir el año literario tucumano y esa sí que es una noticia interesante.

- ¿Qué cambió en tu vida entre “Nadar sin luz”, tu primera novela (2013), y este libro?

- Publiqué un libro de cuentos editado por el escritor chaqueño Mariano Quirós que me hizo ganar confianza o soltura en mi narrativa. En estos siete años, los temas centrales de mi proyecto de obra han ido creciendo, madurando, expandiéndose y complejizándose. La búsqueda de un sentido de pertenencia, el amor y la aceptación siguen siendo los motores de mi escritura, pero “It girl” es quizá mi novela más circunscripta a una historia, a un lugar y a una época. Esa capacidad de hacer foco es una novedad en mi producción. Pero por sobre todo “It girl” nació a partir de mi primera relación amorosa seria y de su colapso. Así que mi progresión vital está en la novela y también tiene que ver con cómo veo hoy la escritura: de manera más profesional, con más ambición temática, técnica y de alcance. Además tengo la necesidad de expandir mi universo narrativo: menos psicología, más cuerpo, por ejemplo. Más sociedad e historia y menos familia: mis papás agradecidos (risas). No porque escriba sobre ellos, sino porque después se generan confusiones.

- La poesía y el cuento predominan en la producción literaria tucumana. ¿Estás decidido a hacerte fuerte en la piel del novelista?

- Con orgullo me defino un poco pop-snob (risas) y sí, la novela tiene un prestigio, a veces injustificado, que a mí me seduce. Me encanta como lector y como escritor esa experiencia de lectura inmersiva, de universos narrativos más totales que ofrece la novela, ese habitar durante varios días o semanas el mundo de los personajes y el ambiente de la historia. Mi idea es seguir alternando entre cuentos y novelas, porque ofrecen experiencias alternativas, diferentes y particulares. En cuanto a un posicionamiento, soy un gran defensor y promotor de la crítica literaria y de la lectura en general, entonces prefiero que sean los lectores y los críticos los que definan mi lugar en la producción literaria tucumana. Yo aspiro a entregarles con cierta regularidad obras nuevas para que ellos las piensen, las disfruten, las zamarreen, las cuestionen, se las apropien, hagan con ellas lo que mejor les parezca.

ÓPTIMA PRESENTACIÓN. Está a cargo de Gerania Editora. ÓPTIMA PRESENTACIÓN. Está a cargo de Gerania Editora.

- ¿Cómo fue el proceso de construcción de la novela?

- Primero siempre aparece lo que llamo una intuición: una sensación que de tan chiquita no llega a ser una idea. Y recuerdo, durante mi duelo amoroso estar exprimiendo pomelos en la casa familiar de Las Termas y pensar con anhelo y melancolía en mis noches de juventud en los boliches tucumanos, los amontonamientos en la calle por la ley de las 4am, los afters. Las amistades de esos años y las fantasías de amor. Y al mismo tiempo sentía que ese tiempo había pasado y que no siempre había sido amable conmigo. Como tampoco el amor de pareja fue amable (risas). Entonces empecé a construir los personajes, los distintos momentos y espacios donde transcurre la historia en función de esa tensión y fui agregando detalles que configuraron el todo. Fue un proceso inusitadamente rápido y después me quedó el trabajo con el lenguaje. Yo busco una prosa propia, rica o barroca por momentos, pero que sea fluida, accesible, entretenida, poética pero no abrumadora.

- ¿Ves una proliferación de Isolinas en un sector de la sociedad tucumana o son excepciones?

- Creo que Isolina es un personaje propio de una época bisagra entre el esplendor de mi generación (generación X, millennials de la primera hora, allá por el 2008-2012) y el momento histórico actual de los centennials o de las generaciones Y, Z. En los últimos 10 años ha cambiado mucho lo que significa ser mujer, ser hombre, la manera en que los jóvenes nos construimos, deconstruimos y nos relacionamos. Con las tensiones de estos cambios y los avances y los retrocesos que las mismas tensiones propician. Para cada avance siempre hay que estar preparado para la contraofensiva de otros pareceres. Es más bien dialéctica, la cosa, ¿no?

- ¿Cuánto hay del Diego real en el Diego de la ficción?

- La conciencia del cuerpo, nada más. Elegí un jugador de fútbol porque durante la Copa América de 2016 lo escuché a mi papá hablar de Chile como una selección que jugaba muy físico, a raspar. Y ese desgaste del cuerpo es un desgaste que yo reconozco a los 38 años (risas) y me parece que es central o está muy presente en las relaciones sociales, amorosas, y en cómo me pienso a mí mismo hoy. También hay algo de marketing (risas) y de broma en eso de usar mi nombre para el personaje.

- Tenés un particular interés en todo lo referido a la identidad de la literatura tucumana. ¿Cómo encaja “It girl” en ese mapa?

- Me encanta pensar la literatura. Vivirla con el cuerpo, con el corazón pero también pensar a partir de la literatura y pensar los textos de manera histórica, social, cultural o epocal. Me interesan mucho las relaciones materiales, económicas, de imaginarios y de sentidos que surgen a partir de las distintas literaturas y de sus mercados o realidades literarias. Con “It girl” es la primera vez que publico en Tucumán, con una editorial tucumana. Y es una novela fuertemente tucumana. Eso me entusiasma. Además de trabajar con Diego Font, que fue un editor súper generoso y delicado con el texto. ¿Qué significa para la literatura local? No lo tengo bien claro. Ojalá se considere una novela fresca, contemporánea, urbana, que habla sobre nuestros cuerpos y nuestras relaciones y que puede establecer conversaciones con otras literaturas del país. Pero que por sobre todas las cosas quisiera que abra nuevas posibilidades para otros escritores tucumanos y para los lectores.

- Hay una apuesta fuerte por la calidad del libro-objeto en “It girl”, poco usual en las ediciones actuales. ¿Cómo se tomó esa decisión?

- Eso es mérito del equipo de Gerania Editora. De Nacho Jurao, de Diego Font, de Joaquín Farizano que hizo el diseño de la tapa. Gerania hace una edición artesanal, con mucho esmero por los aspectos materiales del libro y de la publicación. Los escritores recibimos una regalía. Es importante la profecionalización de la literatura y Gerania está a la cabeza de esto en Tucumán. Yo sólo pido que mis tapas sean lindas (risas).

- ¿Te imaginás esta historia llevada a la pantalla? De ser así, ¿a quiénes elegirías para los protagónicos?

- En un viaje de Tucumán a Las Termas (crecí en Las Termas, aunque soy legalmente tucumano) armé la escaleta para un guión de cine basado en “Nadar sin luz”. El cholulo en mí sueña con que Lucrecia Martel tome alguno de mis libros para una película. En cuanto a “It girl”, todavía no lo pensé demasiado, porque tengo frescas en mi cabeza las escenas de la novela y en la mayoría de los casos están protagonizadas por mis amigos o conocidos, aunque muchas cosas no sucedieron. Es como que el casting mental de la novela lo hice con el elenco del boliche Roof, de One/Mix, de las fiestas con mis amigos... Tal vez mencionaría a Inés Efrón, a Sofía Gala o a Justina Bustos. Un Michel Noher o un Benjamín Amadeo. Harían falta también dandys treintañeros tucumanos. ¡Ojalá hubiera un personaje para Liliana Juárez! Pero me encantaría que los lectores nos hagan saber sus ideas también.

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