
ESTILO. Kostzer mantiene la línea de otros de sus libros, como “El pelotudo argentino” y “Chanta argentino”.

“Es una sociedad tan ecléctica que a veces acobarda la tentativa de comprenderla”, sostiene Mario Kostzer. Pero la tentación fue más fuerte y al cabo de una prolija disección de la cautivadora Buenos Aires vio la luz “Porteños. Una pelusa en el ombligo del mundo”. El libro -sólo comercializable por medio de las redes en esta primera etapa- propone un minucioso recorrido por los modos propios del habitante de la capital argentina con sus lenguajes, sus síntomas, sus personajes icónicos y sus coloridas contradicciones.
“Porteños...” mantiene la línea narrativa y estética de trabajos anteriores de Kostzer, autor -entre otros- de “El pelotudo argentino”, “Chanta argentino”, “Así no hay cuerpo que aguante” y “En el mismo lodo todos manoseaos”. A partir de textos concisos, pensados como minicapítulos que van enumerando las múltiples facetas de la porteñidad, el libro se recuesta en el fuerte impacto visual que determinan el diseño, las fotos y las ilustraciones. Buenos Aires, sus personajes, sus rincones, su historia y sus costumbres se reconstruyen así desde una mirada que Koszter no elude: la provinciana.
“El ciudadano de un pueblito de lo que se denomina ‘interior’ tiene más información de un accidente de tránsito ocurrido en Callao y Santa Fe que de los propios padecimientos que lo afectan en su entorno cercano y cotidiano -apunta Kostzer-. Esa manera ya impuesta de llamar a las provincias (el interior) hace pensar que Buenos Aires debería denominarse el ‘exterior’, o sea la carcasa externa, la fachada con la cual nos conocen en el resto del mundo a los argentinos”.
- ¿Cómo nace la idea del libro? ¿Por qué lo de la “pelusa en el ombligo del mundo”?
- Lo vengo pensando hace tiempo como una manera de exponer un punto de vista de alguien de las provincias o dicho como se estila: del interior. Un clásico chiste que cuenta el papa Francisco es el del argentino que para suicidarse se sube a su ego y se tira de allí. Una persona que se cree el ombligo del mundo es alguien que se considera imprescindible, cuyos puntos de vista deben ser tenidos en cuenta como inobjetables. Un lugar en la tierra también puede ser considerado el ombligo del mundo y una pelusa en ese lugar reduce esa supuesta importancia a lo que realmente es. Considero que esta figura es válida en lo que concierne al porteño, el habitante de una ciudad multicultural y fascinante en la que se respira a veces un aire de hostilidad. Esa hostilidad puede ser producto de una pretendida suficiencia de sus habitantes. Si uno mira con detenimiento el lenguaje gestual del baile del tango es el de dos personas discutiendo.
- Si tuvieras que sintetizar tu opinión sobre los porteños, más allá del humor, ¿cómo los definirías?
- Las generalizaciones traen implícito el pecado del prejuicio y he procurado cuidarme de no caer en esto, aunque en rigor de verdad es prácticamente imposible. La tan repetida máxima de “a confesión de partes relevo de pruebas” me ha servido para buscar en algunas manifestaciones culturales nacidas en Buenos Aires como tangos, comics o la misma literatura que han pintado personajes típicamente porteños. El tango “El porteñito” de Ángel Villoldo (1903), ya destaca alguna de estas características que no constituyen justamente virtudes dignas de jactancia. Isidoro Cañones, personaje de historietas, tiene una estatua en CABA y el sitio web de la ciudad comienza describiéndolo como “vivo y chanta pero increíblemente carismático”. Sin dudas en el resto del país hay gente a la que bien podrían caberle las caracterizaciones que en el libro se hacen de los porteños, así como también están los habitantes de CABA que no merecen estas consideraciones. Pero resulta habitual cruzarse con porteños arrogantes, exagerados, individualistas, melancólicos, enojados; y esto también puede explicar por qué Buenos Aires alberga la mayor cantidad de psicoanalistas per cápita del mundo.
- ¿Crees que los porteños llegan a verse a sí mismos como los describís a lo largo del libro?
- Buenos Aires es una ciudad muy ecléctica. Hay porteños que lo ven como algo natural y no se explican cómo el resto no es como ellos y hay otros que han tomado estos personajes icónicos en tono de humor. Sin ir más lejos, creo que los personajes de Diego Capusotto son típicamente porteños. Asimismo hubo muchos intentos de mirarlos desde el humor. Recordemos a Landrú por ejemplo, al personaje de Juan Carlos Altavista (Minguito), la sanata de Fidel Pintos o los personajes que hacía Alberto Olmedo, entre tantos otros.
- ¿Dudaste al incluir algún contenido o decidiste dejar algo afuera?
- Tuve que investigar acerca de grupos porteños con los cuales no tenía familiaridad, cuya importancia para ser incluidos en el libro está dada por su presencia notable en las noticias. En algunos casos me sirvió escuchar su lenguaje, sus modismos y hasta tratar de deconstruirme como ejercicio de interpretación. Algo siempre queda por decir, pero supongo que se va a enriquecer mucho esto cuando el libro empiece a conocerse y la gente aporte. El hecho de que el libro sólo se ofrezca en esta primera etapa en redes va a generar seguramente un feedback interesante. El mismo libro incluye divertidas respuestas acerca de cómo los porteños ven a las provincias y que surgieron de una compulsa hecha en Twitter por Federico Türpe para una nota en LA GACETA hace un par de años.
- Muchos de los estereotipos descriptos son los clásicos. ¿Cuáles son los principales cambios que detectás en la “porteñidad” del siglo XXI?
- Hay algunos clásicos incluidos y muy reconocibles (el tachero, el grasa, el paquete, el periodista etc.), pero además y como fenómeno que se reproduce después en el resto del país están los grupos que han adquirido notoriedad en los últimos tiempos y que Buenos Aires exhibe con más fuerza. El otrora porteño que se enorgullecía de ser machista vio surgir un movimiento que hoy tiene un espacio muy nítido y trata de derribar los mandatos del patriarcado. De todas maneras, así como se formó un modo de ser porteño en el siglo XX influido por las oleadas migratorias hay nuevos porteños conformados por provincianos, ciudadanos de países latinoamericanos- últimamente muchos venezolanos- y algunos europeos a los que les fascina Buenos Aires. Esas nuevas mixturas se empapan de algunos típicos modos porteños que el libro se encarga de destacar.
- El estilo gráfico y narrativo marca una línea con libros anteriores. ¿Por qué elegís contar las historias de esta manera?
- La grafica es una forma de comunicación. Mis libros tienen una característica estética que en casi todos los casos he mantenido y que, dicho sea de paso, es bien recibida. No considero que tenga que ver con la profundidad de los textos, aunque tampoco persigo hacer un ensayo para la academia de cada uno de mis libros. Así como el caricaturista pone el foco en determinado ángulo para exagerar y enfatizar una característica de su dibujo, yo elijo desde mi rol de observador hacerlo de esta forma, lo que me permite ironizar y tal vez descontracturar la mirada.
- ¿En qué nos parecemos y en qué nos diferenciamos los tucumanos de los porteños?
- Todos los modos y particularmente algunas cuestiones del lenguaje se reproducen tarde o temprano en las provincias. Tucumán no es una excepción. A diario escucho formas de hablar típicamente porteñas. Empezar a esbozar una idea diciendo “a ver” es algo que se nos pegó de allí y que tal vez antes usaban los españoles. Otra cosa que reproducimos es nuestro trato hacia quienes no son de San Miguel de Tucumán o tal vez Yerba Buena. Para nosotros ese “otro” es el interior y reproducimos los mismos vicios del destrato que el libro atribuye a los porteños.
Premio literario
Distinción internacional a Agustina Caride
La argentina Agustina Caride ganó el II Concurso Internacional de Narrativa Young Adults con su novela “Los sueños también flotan”, organizado por la plataforma soyAutor (impulsada por Eliana Zylbering y Hernán Levy). El premio será la edición del libro por la editorial Quipu. El jurado destacó que el texto es “una obra bien distinta, que incluye a una joven protagonista inmigrante que debe enfrentarse a distintas problemáticas sociales de fondo como también a las personales”.
“Cuentos que cuidan”
Colección gratuita de Unicef
“Quedarse en casa es una forma de cuidarnos y una oportunidad para compartir tiempo en familia. Por eso, te acercamos la colección ‘Cuentos que cuidan’ para leer y aprender sobre los derechos de los niños y niñas”, se anuncia desde Unicef, la oficina de Naciones Unidas que se dedica al grupo social infantil. La colección de cuatro libros puede descargarse gratis desde el enlace https://www.cuentosquecuidan.unicef.org.ar/, donde además se pueden efectuar donaciones.







