Ante jueces locales, Zaffaroni cuestiona la prisión preventiva

Una actividad de capacitación de la Asociación de Magistrados de Tucumán reunió en el mismo canal de YouTube a Eugenio Zaffaroni, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con jueces y público local. En esa disertación titulada “Prevaricato de los jueces”, que moderaron Marcela Ruiz, presidenta de la Asociación, y el magistrado Mario Velázquez, Zaffaroni reiteró sus cuestionamientos hacia la prisión preventiva. “Es una pena previa a la condena. Cuidado con llamar medida cautelar a la prisión preventiva”, advirtió ayer.

A la conferencia virtual asistieron, según indicaron Ruiz y Velázquez, los jueces Carlos Caramuti y Enrique Pedicone, y la ex magistrada que este último reemplazó en la extinta Cámara de Apelaciones, Elva Graciela Jiménez, a quienes llamaron “Muñeca” o “Muñe”. Ruiz enfatizó que, entre otras autoridades del foro, también estaba “presente” Jimena Suárez, que ya había sido designada como integrante del Tribunal de Impugnación (falta que la Legislatura avale su pliego). Fue inevitable que, luego de que Zaffaroni agotara su ponencia, se colaran algunas preguntas relacionadas a la crisis que generó la denuncia de Pedicone contra el vocal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Daniel Leiva, y a la polémica sobre la liberación ilegal de presos con preventiva que este atribuyó a su denunciante.

Uno de los primeros interrogantes justamente inquirió la opinión de Zaffaroni sobre la persecución que enfrentaban los jueces por poner límite, a contramano del poder político, a la privación de la libertad durante el proceso. Maximiliano Ghio planteó la pregunta. “Es la pelea que tenemos que aguantar, ¿qué vamos a hacer?”, respondió el juez interamericano. Y añadió: “no se me escapa que los jueces tienen miedo a los medios de comunicación, que está justificado por el monopolio que existe”.

Zaffaroni calculó que el 25% o el 30% de los presos con preventiva terminaba absuelto. A continuación, Velázquez mencionó que el nuevo Código Procesal Penal de Tucumán (hoy vigente en toda la provincia) sólo autorizaba a privar de la libertad si no podían aplicarse otras 15 posibilidades de sujetar a una persona al proceso. “Nuestro desafío como jueces es tener la convicción de explicar a la gente que el legislador estableció esas alternativas, que es lo que indican los tratados y convenciones internacionales”, acotó el moderador. Zaffaroni comentó: “la culpa la tenemos nosotros porque enseñamos en la facultad que la prisión preventiva es una medida cautelar, pero es una pena. Al restringir su aplicación, los códigos procesales observan el principio de legalidad de la pena. ¿Es una medida cautelar que un tipo esté ‘adentro’ dos o tres años? ¿De qué estamos hablando? Es una pena anticipada. Cuidado con llamar medida cautelar a la prisión preventiva. Admito que sea la cuadratura del círculo, ¿cómo aplicar una pena antes de la condena? No la podemos eliminar, ya lo sé. Está bien, pero admitamos que es una pena y la rodeemos de legalidad porque, si dejamos que cada quien evalúe el riesgo procesal como se le dé la gana...”.

En otro tramo, Zaffaroni reflexionó sobre por qué las cárceles estaban llenas de jóvenes marginales y adictos: “si un pibe de nuestra clase social se manda una macana, lo enviamos al psicólogo. Si lo hace un pibe de la villa, no. Es así. El ejercicio del poder punitivo, nos guste o no, es estructuralmente selectivo y eso obedece a razones obvias. En sociedades estratificadas como las nuestras hay entrenamientos distintos. En una villa no se aprende a hacer una offshore y el que aprende a hacer una offshore no aprende a sacar una billetera en el ómnibus. ¿A quién van a agarrar antes? Al que roba la billetera. Tenemos las cárceles llenas de los ladrones más estúpidos que hay”.