¿Sabías que...?: Belgrano y la Academia de Matemáticas

¿Sabías que...?: Belgrano y la Academia de Matemáticas

¿Sabías que...?: Belgrano y la Academia de Matemáticas

Hoy se festeja el Día del Maestro en homenaje a la figura de Domingo Faustino Sarmiento, quien fue político, filósofo, pedagogo, escritor, docente, periodista, estadista y militar; gobernador de San Juan y presidente de la Nación Argentina. En 1943, la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, celebrada en Panamá, resolvió decretar el 11 de septiembre como Día del Maestro para todo el continente americano en honor al fallecimiento de Sarmiento, pero también en reconocimiento a la importancia que implica el trabajo y disposición de todos los maestros que día a día realizan su trabajo en las escuelas.

Pero el 11 de septiembre de 1810, por iniciativa del vocal de la Primera Junta de Gobierno, Manuel Belgrano y gracias a la disposición del Gobierno Revolucionario, se crea la Academia de Matemáticas, la cual es puesta bajo la dirección del teniente coronel Felipe Sentenach. Su objetivo era la enseñanza de la aritmética, el álgebra y la trigonometría y estaba destinada muy especialmente a la formación de los jóvenes que quisieran seguir la carrera de las armas. Las clases se inauguraron el 12 de septiembre de 1810, ocupando uno de los salones del Consulado y durante el acto de apertura del primer ciclo lectivo hablaron Belgrano, el teniente coronel Sentenach y el padre Zambrana, uno de los profesores.

La Escuela estuvo en funcionamiento durante unos dos años. Fue clausurada en 1812, cuando Sentenach fue ajusticiado por su complicidad en el segundo complot de Álazaga contra las autoridades constituídas. Fue reabierta en 1816 bajo la dirección de Felipe Senillosa, contando con una asistencia de 19 alumnos y en 1819 comenzó a darse en sus aulas un curso de Pilotaje, hasta que cerró definitivamente el 1820.                                                                                              A fines de 1779, el Consulado de Buenos Aires, institución de la que Belgrano era su secretario y propulsor, fundó, debido en gran parte a sus esfuerzos, la llamada Escuela de Náutica, cuyo director nombrado por concurso fue don Pedro Cerviño, ingeniero, geógrafo y ex militar voluntario, natural de Galicia, quien supo desempeñarse con todo acierto. Los cursos de la Escuela Náutica fueron completísimos, pues en ella se enseñaba aritmética y álgebra, geometría y trigonometría, cosmografía, geografía, hidrografía, secciones cónicas, cálculo diferencial e integral y mecánica. Desgraciadamente, la Escuela de Náutica fue clausurada en 1806 a causa de las invasiones inglesas, y luego en forma definitiva por orden del Rey de España, invocando la falta de autorización correspondiente.


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