¿Tenés una cinta métrica de modista en casa? ¿Te has tomado las medidas últimamente? Si la respuesta es no, deberás anotarlo en tu lista de cosas para hacer. Porque dentro de muy poco, cuando vayas a un local a comprar ropa, vas a tener que saber cuánto miden las distintas partes de tu cuerpo.
Recientemente, el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) publicó la serie de normas IRAM 75300 acerca de la designación de talles para la indumentaria que aborda el tema desde un enfoque completamente nuevo. Así, plantean la importancia de que las etiquetas contemplen las particularidades de cada cuerpo en lugar de remitirse a un código, como pueden ser los que van del “XS” al “XXL”, que no se condice con los cuerpos reales.
Las nuevas normas proponen un cambio de paradigma: que sean las medidas corporales las que definan los talles y no al revés, explica Adriana Núñez, gerente de Química de IRAM.
“Todos somos diferentes, con distinta contextura y morfología. Por eso estas nuevas normas contemplan todos los cuerpos, y recomiendan el uso de tablas de medidas corporales no limitativas, es decir, sin principio ni fin para un contorno de tórax o un contorno de cadera”, remarca Núñez, en contacto telefónico con LA GACETA.
Pictograma
¿Cómo se marca esa medida corporal y cómo la identificaremos en la indumentaria? Lo que propone la norma IRAM es que cada prenda tenga un pictograma que represente el cuerpo humano y en él se indique de una forma clara y precisa las medidas a las que le iría bien, remarca.
Cada tipología de prenda tiene sus medidas específicas de identificación: para un pantalón, es necesario conocer el contorno de cintura y de cadera y la altura de la persona. Para una camisa de hombre, el cuello y el largo de la manga y, para un guante, el contorno de mano.
Para que la identificación de las distintas medidas en las etiquetas sea lo más sencilla posible, se sugieren rangos que pueden variar entre cuatro y ocho centímetros según las prendas.
“Así como conocemos nuestro color de pelo y cuánto pesamos, por ejemplo, también es bueno aprender a conocer nuestras medidas corporales”, sostuvo Núñez. “Si bien códigos numerales o los famosos XS, S, M, L (entre otros) no van a desaparecer, esta información en pictogramas será fundamental para incluir más a las personas. Es un avance y también ayudará a que cada uno conozca mejor su cuerpo y pueda amigarse con él”, destacó.
Aclaró que las nuevas recomendaciones de IRAM no se determinaron en forma unilateral, sino que se pensaron y consensuaron después de varias reuniones en las que participaron fabricantes textiles, organismos de control y otros sectores involucrados en la producción y venta de indumentaria.
Necesidad básica
Vestirse es una necesidad humana básica. Sin embargo, en Tucumán -al igual que en todo el país- el 65% de la población tiene problemas para conseguir ropa de su talle, lo que impacta en su salud emocional, de acuerdo con un estudio realizado recientemente por la Encuesta Nacional de Talles que elabora la asociación sin fines de lucro AnyBody Argentina.
“Así como están hoy los talles en el país son un gran problema”, sostiene la diseñadora Luisina Neme, quien confecciona vestidos y pantalones. “Siempre consideré que si una persona entra a un negocio y no encuentra un talle sos muy mal comerciante, mal diseñador y peor persona. Está buena la normativa para poner pictogramas con medidas en las prendas, pero lo más importante es que haya talles para todos, y que sean ideales para cada persona y no talles especiales que discriminan. En la provincia y en gran parte del país, las prendas para las mujeres vienen hasta el talle 44. Después de esa medida, no hay variedad o son sólo clásicos”, sostiene la joven emprendedora.
En su tienda de pantalones, Neme tiene una importante cantidad de diseños que van desde el talle 42 hasta el 70. “El talle único no se debería permitir en ningún local ni marca”, expresó.
Medidas foráneas
Según los expertos, que sea un problema para la mayoría de los argentinos conseguir indumentaria se debe, en gran medida, a la falta de un marco de referencia sobre los talles adecuados para los cuerpos argentinos: la mayoría de las molderías que utilizan diseñadores de prendas y marcas para producir su ropa en el país son basadas en estudios antropométricos europeos.
Esto es lo que pretende subsanar la nueva norma aprobada en Argentina a fines del año pasado. Se trata de la primera Ley de Talles. Cuando entre en vigencia (se calcula que será en un año) todos los que fabriquen, confeccionen, comercialicen e importen indumentaria estarán obligados a respetar los talles estandarizados a nivel nacional en el etiquetado que las prendas deberán exhibir.
Estudio antropométrico
Para confeccionar esa guía de talles, el Estado lleva adelante un estudio antropométrico de la población del país, que determinará cuál es la medida de los argentinos y de cada región, contó el legislador Raúl Pellegrini, que presentó un proyecto de ley en Tucumán para que la provincia se adhiera a la norma nacional.
Según esta ley, una remera 44 tendrá que medir lo mismo que otra remera 44 sin que importe la marca. Igual con los pantalones. “Estamos esperando que se reglamente la ley nacional para seguir mejorando el proyecto local. La idea es garantizar la existencia de todos los talles. Hasta el momento, la falta de talles y de diversidad ha causado mucho daño, sobre todo en los adolescentes. Muchas personas, cuando salen a comprar algo y no encuentran, se sienten fuera del sistema”, explicó Pellegrini. Entre otras cosas intentarán establecer cómo serán los controles en los comercios, adelantó.








