Las buenas noticias detrás de la pandemia

Las buenas noticias detrás de la pandemia

Por Pablo Yedlin, diputado nacional, Frente de Todos.

14 Agosto 2020

En medio de esta pandemia tener algunas buenas noticias es un hecho muy poco frecuente, y demás si las buenas noticias son relacionadas a la pandemia, diría que es un hecho excepcional. El presidente, Alberto Fernández, nos dio tres buenas noticias. La primera es que uno de los laboratorios que viene llevando adelante el desarrollo de una vacuna contra la covid-19 (Aztrazeneca/Oxford University), comenzará con su producción industrial en forma inmediata, sin esperar los resultados de los ensayos de fase 3 de la misma. Esto quiere decir que si la seguridad y la efectividad de la vacuna se terminara comprobando en estos estudios, la misma estará lista para su distribución en forma casi inmediata, cerca de fin de año.

Hagamos un paréntesis en este tema, lo normal es que la Industria farmacéutica no escale la producción de un producto hasta tener la certeza de su posible comercialización. La decisión de este laboratorios y de otros en este estadio de la investigación, y a riesgo de los mismos, implica que podremos contar con la vacuna al menos seis meses antes de los que hubiera sido posible con el sistema secuencial habitual. El cálculo de las vidas que se salvarán por esta decisión lo haremos en su momento, pero deja a las claras que el sistema capitalista y su empresariado tienen, por lo menos a veces, un corazón menos despiadado del que se les atribuye habitualmente.

La otra buena noticia es que la escala de producción de la vacuna para Latinoamérica se realizará en Argentina y en México. Las 250 millones de dosis calculadas para nuestra región excluido Brasil, serán elaboradas en Haedo. ¿Por qué se elige a la Argentina para este trabajo? La respuesta es que la capacidad instalada tecnológica y de Recursos Humanos de nuestra industria farmacéutica esta en condiciones de tomar el desafío con los estándares requeridos por los productores y diseñadores de la vacuna, nadie improvisa en este tema. Y esto tampoco es casualidad, Argentina viene a pesar de sus crisis periódicas avanzando en este sentido. Los tucumanos no deberíamos olvidar que cuando Juan Luis Manzur fue ministro de Salud de la Nación, y apenas superada la Pandemia del H1N1, en 2009, generó un acuerdo histórico con la industria nacional farmacéutica de transferencia tecnológica que permitió que unos años después podamos producir en la Argentina la vacuna antigripal que requerimos, y además otras vacunas para uso local y para exportar a Latinoamérica. Esta transferencia tecnológica fue, me atrevo a decir, parte fundamental en la decisión tomada por la Universidad de Oxford de la elección del país de producción, motivo del anuncio.

La tercera buena noticia es que el costo de esta vacuna, al menos, si termina siendo efectiva será de 3 a 4 dólares la dosis. Recordemos que posiblemente se requieran dos dosis por persona, que en la Argentina entre los 600.000 trabajadores esenciales y de salud, y los cerca de 9.000.000 de personas en grupos de riesgo, la cantidad de vacunas requeridas serán no menos de 10 millones en el primer momento.

La ley de vacunas (también de autoría tucumana) es muy clara en el sentido de que una vez incorporada al calendario nacional, será la Nación quien las financie y distribuya para que los grupos de riesgo se la coloquen en forma obligatoria, en toda la argentina.

El precio es desde ya es muy bajo, y el motivo es doble por un lado la industria farmacéutica inglesa ha decidido no generar dividendos en el año pandémico, y por otro lado los aportes del empresario mexicano Carlos Slim van a ayudara garantizar a los latinoamericanos acceso a la vacuna.

No dejan de ser gestos adecuados y solidarios en un mundo tan inequitativo como el nuestro. Aclaremos que si esta vacuna no fuera lo suficientemente efectiva o segura las otras opciones que se están experimentando en el mundo tendrán un precio al menos 10 veces mayor. No todas pueden ser buenas noticias.

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