Miguel Ángel Rearte: sacrificio, hambre de gloria y mucho talento

Miguel Ángel Rearte: sacrificio, hambre de gloria y mucho talento

El ex Atlético cuenta cómo fue integrar el plantel campeón de 1983, formado por grandes figuras.

¡QUÉ EQUIPO! Una de las habituales formaciones del “Decano” en el torneo liguista que lo vio campeón.  ¡QUÉ EQUIPO! Una de las habituales formaciones del “Decano” en el torneo liguista que lo vio campeón.

Todos los títulos liguistas que Atlético conquistó a lo largo de sus casi 118 años desde su fundación, tuvieron sus méritos como para que los hinchas lo recuerden con alegría. Uno de ellos es aquel que consiguió en la temporada 1983, cuando los certámenes que organizaba la Liga Tucumana tenía una relevancia enorme en la afición tucumana, algo que no ocurre ahora por el avance que los torneos nacionales tuvieron en las últimas décadas.

Ese certamen, que fue propiedad de los “Decanos” bajo la conducción técnica de Miguel Santos Piazza, será recordado por varias cosas, especialmente porque significó el debut absoluto de Luis Carlos Reartez. Fue un delantero inolvidable proveniente de la Liga Bancaria, en la que defendía la camiseta del Banco Comercial del Norte. Fue él quien empezó entonces a escribir una de las páginas más brillantes elaborada por un futbolista “decano” en los últimos 50 años.

Es que el “Correcaminos”, como se lo conocía, formó un trío de ataque destacado, con Julio Barreto y Luis Eriberto Ignacio.

Lejos de las mieles del éxito que hoy se saborean en todos los aspectos en la entidad de 25 de Mayo y Chile, en aquellos tiempos, bajo la batuta del doctor Julio César Ramos, cada peso se cotizaban a precio dólar. Por eso, como al titular “albiceleste” le encantaba que se promocionara a los chicos de las inferiores. Salvo excepciones, todos los integrantes de ese plantel estaban formados en la cantera.

Otro de los chicos a los que Piazza le dio su posibilidad de debutar en Primera división fue Miguel Ángel Rearte. El popular “Piquina”, durante su formación en las inferiores, se desempeñaba como volante por la derecha. Y por una circunstancia que no estaba en sus planes, empezó a jugar como lateral por la derecha.

¿Qué pasó para que ello ocurra? “El lateral por izquierda era Daniel ‘Mané” Ponce, que se lesionó. Eso llevó a Miguel a pasarlo a Juan Carlos Santillán a marcar el otro sector y pedirme a mí si podía cumplir esa función. Cómo me fueron bien las cosas, me terminé ganando la titularidad, en un equipo en el cual se alistaban jugadores con mucha historia en el club, como Víctor Hugo Palomba, Luis Barrientos y Barreto”, dijo quien hoy tiene 57 años y vive en barrio Victoria, junto con su esposa Gladys y sus hijos Ana (27 años), Camila (24) y Marianela (22), además de sus nietos.

Rearte, que era dueño de un remate potente con la pierna derecha, recuerda que aquel equipo fue armándose con el correr de los partidos del certamen liguista. A la formación titular la integraban Ricardo Salomón; Rearte, Miguel Diamante, Víctor Hugo Jiménez y Ponce; Marcelino Sosa, Pedraza y Daniel Clemente; Reartez, Barreto e Ignacio. “En los primeros partidos, Raúl Amatti era el volante central, pero finalmente Oscar Pedraza, que jugaba como N°10, terminó ocupando ese puesto. Ese equipo tenía un poder ofensivo tremendo con ‘Luisito’ (Reartez) y Barreto, que atravesaban un momento excepcional en sus carreras. El sacrificio y el hambre de gloria fueron las claves para que ese año termináramos festejando”, comentó.

Rearte, cuatro temporadas más tarde, esta vez bajó la conducción de Luis Benito Sosa, se clasificó por primera vez a la Primera B Nacional, en aquella atrapante serie final de la Región Norte del Torneo del Interior que los “Decanos” protagonizaron frente a Sarmiento de Resistencia.

“En ese plantel de 1987 volví a jugar en la mitad de la cancha, esta vez como volante central. Por una lesión, me perdí la serie final de ese torneo y a mi puesto lo ocupó Salvador Mónaco”, recordó.

“Piquina”, como hincha “decano” que se siente desde la cuna, ve con orgullo el presente del club que le permitió trascender en el fútbol. “Lo que hoy estamos viviendo quienes nos identificamos con el club decimos que este presente es fruto de la seriedad con que se vino trabajando en los últimos 15 años. Lo relevante es que se apostó a un proyecto serio, al que se lo bancó a pesar de que en los primeros tiempos no se consiguieron los resultados esperados. Comprobar que Atlético se convirtió en un club de Primera y que puede competir en igualdad de condiciones es algo que nos llena de orgullo”, concluyó Rearte, que finalizó su carrera vistiendo la camiseta de Central Norte.

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