"Coco" Reinoso, una historia con grandes pasos

"Coco" Reinoso, una historia con grandes pasos

Nacido en Alderetes, brilló en Racing y cerró su carrera en San Martín. Un recorrido a los 25 años dedicados al fútbol profesional.

EN LA CIUDADELA. Al final de su carrera, jugó en San Martín. EN LA CIUDADELA. Al final de su carrera, jugó en San Martín.
29 Julio 2020

Todavía recuerda cuando era chico y despuntaba el vicio del fútbol en los potreros de Alderetes. Jorge Federico Reinoso, a los 53 años, repasa con mucha emoción y orgullo lo que transitó en sus casi 25 años de carrera deportiva en el ámbito local e nacional.

“Coco”, en comunicación telefónica con LG Deportiva, recordó las distintas etapas que vivió. La primera comenzó en 1977, cuando comenzó a jugar en los tradicionales Torneos Evita defendiendo la camiseta de su querido barrio San José.


- ¿Cómo siguió luego tu carrera?

- A los 14 años me llevaron a probar a Argentinos del Norte. Luego de pasar el período de prueba empecé a jugar en Sexta división. Me fue tan bien que rápidamente me fui ganando el reconocimiento de los técnicos de las divisiones superiores.


AGRADECIDO. AGRADECIDO.

- ¿Cuándo debutaste en Primera división?

- Fue en el torneo liguista de 1982. Esa tarde, Argentinos jugó con San Martín y me tocó marcar al “Coya” Gutiérrez, que atravesaba un momento excepcional. Recuerdo que me fue tan bien marcándolo que en la edición de LA GACETA del día siguiente resaltaron mi desempeño. Esto me abrió la posibilidad de que, a pesar de tener 15 años, pudiera irme a Tabacal, que jugaba el Torneo del Interior y que era dirigido por Ernesto “Buchino” Juárez. Luego me traspasaron a Altos Hornos Zapla y luego a Alberdi, de Libertador General San Martín.


- ¿Cómo se produjo tu llegada a Instituto de Córdoba?

- En 1986, ante un pedido de Juan Carlos Montes, que era el técnico, fui a prueba. Tenía sólo 18 años y se me presentó el primer gran desafío de mi carrera. Terminé quedándome tres temporadas en Alta Córdoba.


- ¿Y cómo fue tu llegada a Racing?

- Me dio mucha alegría que se haya concretado ese pase en la previa de la temporada 1989 /1990. Así pude concretar el sueño que tiene cualquier chico del interior de fichar en alguno de los clubes grandes de fútbol argentino. Me quedé hasta 1995, cuando me fui a Independiente.

HUELLA EN AVELLANEDA. Reinoso jugó en Racing (en la foto, marca a Maradona) y también en Independiente.  HUELLA EN AVELLANEDA. Reinoso jugó en Racing (en la foto, marca a Maradona) y también en Independiente.


- En esos tiempos se conoció que tu salida de la “Academia” fue poco clara ¿es así?

- Lo que ocurrió es que, si al final de esa temporada me fui a Independiente, fue porque Miguel Ángel Brindisi, que era el técnico, decidió prescindir de mis servicios. Esta decisión me extrañó mucho, teniendo en cuenta que en la primera rueda había sido titular y el capitán del equipo. Recuerdo que cuando conocí la decisión de Brindisi fui a hablarle, pero me dijo que no me iba a tener en cuenta para el resto de la temporada y que me buscara club. Empecé a entender esa decisión cuando me enteré de que había recomendado la contratación de Mauro Navas, un jugador que era manejado por el mismo representante que tenía él.


- ¿Y tu paso a Independiente?

- Si tengo que ser sincero, no tenía ganas de ir a jugar a ese club, sobre todo por mi paso por el clásico rival. En un primer momento tenía todo arreglado para irme a jugar a Newell’s, pero unos días antes de fichar allí me habló Humberto Grondona, que era el técnico de Independiente, para que me sume al plantel. Tuvo que hablarme durante varios días, hasta que recién acepté. Mi paso por ese club no me dejó muchas cosas. Incluso, a la semana de empezar a trabajar con el plantel se produjo la renuncia de Grondona y la llegada de César Luis Menotti. Al irse el DT que me había llevado al club y ver que en mi puesto había seis candidatos para ser titular, lo único que me quedó fue tratar de pasar lo mejor posible esa parte final de la temporada e irme.


- ¿Cuál fue la mayor alegría que viviste en el fútbol?

- Fue cuando en 1993 Alfio Basile, que era el técnico de la Selección, me citó para jugar un amistoso en Estados Unidos. Recuerdo que luego de un partido que le ganamos a River en Avellaneda volvíamos a la concentración. En el colectivo sintonizaron una radio. De pronto se escuchó a un periodista que estaba en la AFA, que empezó a dar la lista de los convocados. Cuando escuché mi nombre sentí una alegría inmensa y mis compañeros me hicieron el tradicional “capotón”. Nunca como en esa ocasión lo recibí feliz.

EN LA CIUDADELA. Al final de su carrera, jugó en San Martín. EN LA CIUDADELA. Al final de su carrera, jugó en San Martín.


- ¿Pudiste jugar algunos minutos en la Selección?

- Se trataba de un amistoso con Alemania. Estuve en el banco y el titular fue Hernán Díaz. En cierto momento, Basile me dice que empiece a calentar para reemplazarlo, pero con tanta mala suerte para mí que Hernán con un zapatazo impresionante desde 30 metros marcó un golazo. ¿Cómo lo iba a sacar después de esa tremenda definición?


- ¿Y tu paso por San Martín?

- Fue cuando ya estaba en el final de mi carrera. Todos saben que soy un fanático del club y quería darme ese gusto. Fue la frutilla del postre de mis 25 años en el fútbol.

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