El hechizo del tiempo
28 Junio 2020

Por Regina Martínez Riekes, asesora financiera.-

“- ¿Qué harías si estuvieses anclado en un lugar y todos los días fueran iguales sin importar lo que hicieras?

- Eso resume mi vida.

(Bill Murray en “El día de la Marmota”)

Cerrado hasta nuevo aviso

“Si volvemos a marzo acuérdense de comprar dólares al oficial y contado con liquidación. Después vienen más restricciones”, bromeaba la portfolio manager de una importante compañía de seguros. Minutos antes, se conocía el endurecimiento de la cuarentena.

Cerrar nuevamente la Economía tendrá implicancias.

Afectar la movilización de gente, y por ende del efectivo, presionará al dólar “blue” al alza. La inflación, de corto plazo, se mantendrá controlada.

La recuperación de la actividad que tímidamente asomaba en mayo se desvanecerá.

Esta semana se conoció que con sólo 10 días de cuarentena, la caída de la economía en el 1T de 2020 fue de 4,8%. Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para lo que resta del año, lucen generosas. 9,9% de retroceso en este contexto, sería un milagro.

Rápidas de reflejos, las consultoras privadas ajustaron sus modelos. Las primeras versiones en Excel arrojan caídas entre 11% y 13%. Estos valores sacarían del podio a 2002 como el año de mayor destrucción en la historia económica argentina.

La economía se deteriora pero se recupera. ¿Cuándo se recupera?

El futuro luce negro. Más de 100 días de aislamiento, se suman a dos años de recesión. Mientras en el mundo se proyecta una recuperación en “V”, en Argentina, ¿será una “W” o “L” al postergar el despegue?

A pesar de la suspensión de ejecuciones fiscales y el anuncio de moratoria impositiva, desaparecerán empresas. Los más optimistas plantean un neto, entre destrucción y surgimiento de nuevas corporaciones, de 25.000.

Atraer inversiones en un mundo que competirá por ellas, será difícil. Con cepo, amenazas de expropiación y reglas poco claras, mucho más.

Esta semana lo advirtió la compañía MSCI. La categoría emergente para Argentina pende de un hilo. Si hay un mayor deterioro en la accesibilidad al mercado de cambios (cepo), volveremos nuevamente a ser frontera. 10 años nos había tomado salir de esa categoría. Mayor riesgo, menor inversión y por ende, menor crecimiento y más pobreza.

Pac-Man vs Holdouts

“Llevate el paper a Columbia de nuevo”, remata el economista Carlos Melconian en la entrevista que le hiciera Jorge Lanata. Las clases de macroeconomía del ministro Guzmán cansaron a más de un acreedor. Estamos cerca de una meta que pareciera desplazarse a centímetros de la llegada. Las diferencias, si bien radican en el plano legal, seguramente terminarán subsanándose con un aumento económico de la oferta.

En 2005 y 2010 los holdouts le costaron al país jugosas demandas. El ministro Martín Guzmán, en línea con lo establecido por la arquitectura financiera internacional, busca evitar que minorías traben un acuerdo. Pelea por una cláusula que elimine del conjunto, las series en las que no obtenga mayoría.

Los bonistas aluden un abuso de protección. Creen que podría originar canjes sucesivos para captar acreedores que rechazaron la primera propuesta. En la jerga se conoció como estrategia Pac-Man. Se trata de canjes parciales donde el Soberano conserva el derecho a elegir qué bonos reestructurar tras conocerse la aceptación.

Para los bonistas, una mayor protección legal implica un mayor valor de recupero. Hoy se ve en el spread o diferencia de cotización de bonos. El bono discount legislación extranjera (DICY), cotiza 10 dólares por arriba de su par legislación local (DICA).

Préstamo vs Crédito

Resolver el canje por USD 60.000 mm no implica llegar a la meta. Argentina deberá reestructurar casi USD 50.000 mm adicionales en bonos ley local y USD16.000 mm en bonos provinciales.

Con acotados recursos propios, las provincias necesitan del Soberano para paliar la crisis. Habiendo realizado mejores ofertas, aún no pueden avanzar en un canje en soledad.

Aunque los números luzcan abultados, el problema de Argentina no es de deuda. La mayoría de los países no la cancelan a su vencimiento, sino que la refinancian. Ello es posible gracias a que gozan de crédito. Del latín “credititus”, crédito significa, entre otras cosas, confiar o tener confianza.

“La base de la economía es la confianza. Si existe confianza entonces gasto, consumo, invierto y tomo riesgos”, resumía el economista Ricardo Arriazu en una presentación el pasado jueves.

Confianza, el antídoto contra el miedo

Uruguay esta semana se convirtió en la primera economía emergente en endeudarse en moneda local. USD 1.100 mm se pagarán en 2040 en unidades indexadas a una tasa de 3,875% anual. USD 400 mm vencerán en 2031 con un rendimiento de 2,48% anual.

Todo esto que nos pasa, no pareciera ser producto de la pandemia, tal cual afirmó el presidente Fernández, en conferencia el viernes 26.

“Me maté tantas veces que ya ni siquiera existo”, alegaba Bill Murray en la película en la cual vivía atrapado en un eterno presente. O en un pasado que se repetía continuamente.

Esta semana recorrió por el sistema financiero un audio de 2014. Seis minutos, seis años atrás. Brecha, default, dólar Mep ayer y hoy.

El componente adicional hoy sería el miedo. O quizás no. Allá por 2012, el 7 de septiembre, relexionaba en Twitter el entonces ex jefe de Gabinete Alberto Fernández: “Cuando necesitas del miedo para gobernar, es que ya perdiste el poder para convencer”.

Crisis y miedo, estarían inscriptos en el ADN argentino. Y nos obligan a reiniciar ese bucle del eterno presente con un futuro incierto, indefinidamente en este hechizo del tiempo.

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