Marcus Rashford, el de la gente

Marcus Rashford, el de la gente

Pensar en el retorno de nuestro fútbol todavía cuesta. Por mucho que Marcelo Gallardo haya sacudido el escenario todo parece indicar que, justo cuando los números de la pandemia asustan en serio, suena impensable evaluar siquiera una fecha cierta para la vuelta. No lo quiso hacer ni siquiera la Conmebol. Claro, nuestra inactividad contrasta con lo que la tele nos va mostrando ya sobre las ligas top de Europa, sin público en los estadios, por supuesto, pero ya embarcadas en plena competencia. Aún cuando los rebrotes asusten, Europa, que ya sufrió su pico, está en curvas descendentes del coronavirus. Todo lo contrario de lo que sucede en nuestra región. Y de lo que sucede especialmente en el AMBA, donde, ya lo dijo la AFA, se concentra el grueso del fútbol argentino. Y esa concentración no es exactamente culpa del fútbol. El país es así.

Dicho esto, emociona que, en la vuelta, la Premier League inglesa, justamente la Liga más comercializada de todas, haya sido la que se mostró más en sintonía con el otro tema que, luego de la pandemia, está sacudiendo a buena parte del mundo: el racismo. No es un dato menor que todos los partidos de la Premier comiencen con jugadores arrodillados. Y con jugadores que, todos, tienen en sus camisetas la leyenda que motoriza la protesta en Estados Unidos: Black Lives Matter (Las vidas negras importan). Y es en esa misma Liga, en ese mismo país, donde también hubo fuertes protestas y derribamiento de estatuas, donde se produjo el gesto acaso más notable de un jugador en estos tiempos raros que nos está tocando vivir.

Hablo de Marcus Rashford, el atacante que debutó en 2016 en la primera de Manchester United, con apenas 18 años de edad y que sorprendió al anotar tres goles en su debut con la selección inglesa. Rashford recordó en una carta pública que su infancia difícil fue menos dura gracias a las comidas gratuitas que recibía en la escuela. “Sin la amabilidad y la generosidad de la comunidad, no existiría este Marcus Rashford que ves hoy: un hombre negro de 22 años que tiene la suerte de hacer una carrera jugando al juego que amo”. Rashford aclaró que su carta no tenía fines políticos. “Se trata de la humanidad”, escribió. ¿No podemos estar todos de acuerdo en que ningún niño debería acostarse con hambre? La pobreza alimentaria es una pandemia en Inglaterra que podría abarcar generaciones si no corregimos el rumbo ahora”. Rashford no sólo escribe cartas públicas sobre el hambre. Trabaja con una organización (FareShare) que, durante los confinamientos, entregó tres millones de comidas por semana a personas vulnerables. Fanáticos de Liverpool y de Manchester City han elogiado públicamente el compromiso de Rashford.

¿Por qué escribió Rashford esa carta pública? Porque el gobierno conservador de Boris Johnson había anunciado que, pese a los estragos de la pandemia, no extendería el cupón de comidas escolares gratuitas para familias de bajos ingresos durante las vacaciones de verano. Su carta pública provocó una repercusión enorme. Docentes y políticos y sindicalistas lo felicitaron. Y el Gobierno, que había dicho inicialmente que su decisión era firme, tuvo finalmente que revisar su postura y extender las ayudas.

“Ni siquiera sé qué decir. Sólo mira lo que podemos hacer cuando nos unimos. Esto es Inglaterra en 2020”, tuiteó Rashford, feliz tras el cambio de postura del Gobierno. El propio Johnson y sus ministros decidieron primero defender su política de recortar esas ayudas. Veinticuatro horas después, cuando la presión se había hecho creciente, Johnson dijo públicamente que llamó a Rashford para comunicarle que el Gobierno mantendría los cupones y para agradecerle su lucha. Las ayudas llegarán a 1,3 millón de niños, parte de los cuatro millones de niños que viven en la pobreza en Gran Bretaña.

La mayoría de los deportistas aparecieron durante la pandemia mostrándonos cómo hacían ejercicios en sus casas espaciosas o pidiéndole a la población que respetara los cuidados para evitar el contagio. Otros, se sabe, ayudaron también con donaciones de peso a hospitales y organizaciones benéficas. Rashford, sin grandes declamaciones, logró algo extraordinario. Un contraste enorme con aquellos jugadores o familiares de jugadores que, en pleno dolor por la pandemia, mostraron en las redes sus nuevas mansiones, jardines y piscinas. Felices con su nueva vida en París, Mauro Icardi y su mujer y agente Wanda Nara. Pero el fútbol, su origen y su gente, estarán siempre más cerca de jugadores como Marcus Rashford.

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