El Ojo Crítico: "Fiebre del ladrillo"

El Ojo Crítico: "Fiebre del ladrillo"

Negocios turbios en medio de la crisis.

COMO WALL STREET, PERO EN ALEMANIA. Los protagonistas sólo quieren hace dinero. COMO WALL STREET, PERO EN ALEMANIA. Los protagonistas sólo quieren hace dinero.

BUENA

PELÍCULA / POR NETFLIX

Se trata de una de las primeras producciones alemanas completamente originales de Netflix; una película que por momentos nos remite al recuerdo de “Lobo de Wall Street”. Claro que sin la actuación de Leonardo DiCaprio y sin la dirección de Martin Scorsese, para “Fiebre del ladrillo” esto queda sólo en el terreno de la aspiración.

Respaldado por un buen ritmo narrativo y una atractiva edición, el director Cuneyt Kaya nos cuenta la historia de Viktor Stein (David Kross) y Gerry Fakland (Frederick Lau). Ambos deciden poner en práctica un negocio de compra-venta de inmuebles, con técnicas de trabajo reprochables pero, a fin de cuentas, legales. A ellos se unirá la banquera Nicole Kleber (Janina Uhse), encargada de ayudarlos a conseguir créditos millonarios.

En el mundo inmobiliario se conoce como fiebre del ladrillo a la obsesión por construir más y más con el único fin de ganar dinero. Desde ese lugar la película ensaya una enorme crítica al capitalismo y al sistema. Todo en plena crisis de 2010, cuando estalló a nivel global la llamada burbuja inmobiliaria.

La narrativa funciona desde el comienzo, con un ritmo rápido y sostenido. La elección de la música es uno de los grandes aciertos, y Kaya la combina apropiadamente con las locaciones, ideales para sostener imágenes por demás enérgicas.

El déficit se nota por el lado de los personajes, que no logran destacarse del todo. Además, por momentos los diálogos se escuchan poco creíbles y las escenas cómicas son un poco forzadas. A pesar de esto la química que aportan los actores es muy buena, logran momentos muy fluidos.

“Fiebre del ladrillo” está estructurada con flashbacks que nos permiten conocer el pasado de Viktor, una historia que si bien explica mucho de su actualidad no deja de ser bastante superficial.

La premisa narrativa, el alma de la película, es muy interesante: la intención de hacer estallar el sistema, la crisis económica y el boom del ladrillo. Temas que aparecen y, aunque no son explotados al máximo, fluyen hacia un desenlace acertado.


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