Todo es historia: el sueño que quedó truncado hace casi medio siglo

Todo es historia: el sueño que quedó truncado hace casi medio siglo

En 1972 se proyectó construir un estadio en Horco Molle, para ser sede del Mundial de 1978.

NO PUDO SER.Una vista de cómo era el proyecto del estadio Mundialista. NO PUDO SER.Una vista de cómo era el proyecto del estadio Mundialista.

Ya pasaron más de 48 años y el sueño sigue trunco. A principios de 1972, Tucumán fue elegida como una de las ocho subsedes para el Mundial de fútbol de 1978. Y ahí comenzó a tomar forma la idea de tener un estadio mundialista. Los dirigentes de San Martín y Atlético ofrecieron remodelar La Ciudadela o el Monumental para albergar al certamen, sin embargo esa idea se esfumó rápidamente cuando desde la organización comunicaron que no había forma de recibir en esos estadios 70.000 personas. Entonces fue ahí donde empezó el proyecto para construir un nuevo estadio. ¿Y dónde sería? “A escasos 10 kilómetros del centro”, decían desde el gobierno de Oscar Sarrulle.

El lugar elegido fue Horco Molle, al pie del cerro. Y comenzaron a trabajar con un proyecto de alto nivel para construir el estadio Mundialista. Primero se formó un comité, que fue presidido por Ernesto Aulet, un empresario conocedor de capacidades hoteleras y de toda la infraestructura que necesitaba nuestra provincia para contar con el visto bueno de la FIFA. En esos momentos, Tucumán se proclamó como la capital del NOA y le ganó la “pulseada” a Salta, que fue la primera provincia de la región que se interesó en recibir el Mundial y los miles de turistas que convoca el certamen. En marzo de 1972, llegó otro guiño desde la Nación. “La AFA apoya a Tucumán como subsede del Mundial de 1978”, dijo Francisco Manrique el viernes 3 marzo de 1972 en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. “Los países ofertan las sedes y al final todo queda para un análisis de la FIFA. Lo que podemos hacer nosotros es recomendar, entonces doy garantía que a través de la AFA hemos recomendado también a Tucumán como subsede del Mundial”, agregó el ministro de Bienestar Social de la Nación. “En nombre del gobierno de Tucumán, que apoya fervientemente la iniciativa, considero que se ha trabajado conscientemente para hacer realidad la subsede”, dijo en esa oportunidad Víctor Hugo Flores, que era el director de Deportes de la Provincia.

Un grupo de arquitectos planeó todo basado en el Bus Memorial Stadium, de Saint Louis, Estados Unidos. Y comenzaron a remover el suelo para construir el complejo con varios edificios, semicerrado, inspirado en el paisaje de los cerros, con 10.000 lugares de estacionamiento, restaurantes y salas para los periodistas del mundo. La obra iba a construirse en seis años y el estadio iba a tener formas similares al actual de Racing Club, con el techo incluido. “Tucumán ha sido propuesta a la FIFA como subsede”, dijo Raúl D’Onofrio, interventor de AFA, en abril de 1972. La ilusión iba creciendo y todo parecía encaminarse para tener un estadio Mundialista y recibir a algunas de las 16 selecciones que iban a participar en el torneo en nuestro país entre el 1 de junio y el 25 de junio de 1978.

“Tienen que hacer buena letra, tienen que ser una provincia en paz, tranquila, serena y seguir demostrando que son capaces de encarar los problemas con buena letra”, había recomendado Francisco Manrique en su visita a Tucumán.

Pero en mayo de 1974, el gobierno de Isabel Perón eligió a Mar del Plata, aduciendo que “La Feliz” estaba mejor preparada que nuestra ciudad.

Motivos

Aunque nunca hubo nada oficial sobre los verdaderos motivos, hay dos versiones. Una dice que en la Nación se molestaron por la inoperancia de los legisladores locales -existía en ese entonces el sistema bicameral- que no habían aprobado el proyecto con media sanción del Senado para darles carácter oficial a las gestiones del comité para lograr que Tucumán fuese subsede. Y la otra, la más fuerte, asegura que la “baja” fue por la intensidad de las acciones de la guerrilla y las Fuerzas Armadas en nuestra provincia.

Lo cierto es que Mar del Plata nos ganó la pulseada y en esa ciudad las obras comenzaron en octubre de 1975 en un sector del Complejo Municipal de Deportes “Teodoro Bronzini”. La cancha se inauguró en mayo de 1978 con un partido entre el seleccionado de Mar del Plata y un combinado de Tandil.

El Mundial se disputó en seis estadios, distribuidos en cuatro provincias: Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Se reformaron los estadios de River y de Vélez en Buenos Aires, y el de Rosario Central, en Santa Fe. Además se construyeron especialmente para esta Copa del Mundo los estadios “José María Minella” en Mar del Plata, “Malvinas Argentinas” en Mendoza y “Chateau Carreras” en Córdoba.

Seis partidos en “La Feliz”

Durante el Mundial del ‘78 se jugaron seis partidos en el “José María Minella” y se marcó el primer gol del campeonato, que fue obra del francés Bernard Lacombe en el partido que su seleccionado perdió ante Italia por 2 a 1. Los otros encuentros fueron: Brasil 1-Suecia 1, Italia 3-Hungría 1, Brasil 0-España 0, Francia 3-Hungría 1 y Brasil 1-Austria 0. La “Feliz” recibió miles de turistas y entre los visitantes ilustres se destacó la presencia de Pelé, que un año antes se había retirado del fútbol.

Tucumán se quedó sin Mundial en 1978 y lo peor, es que se quedó sin un estadio Mundialista. Hoy, casi medio siglo después, ese sueño sigue trunco.

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