La iglesia ortodoxa celebra el Jueves Santo

La iglesia católica ortodoxa Asunción de María Santísima celebra por estos días la Semana Santa. Este año tocó una semana después que la católica romana. La diferencia responde al uso del calendario, ya que mientras la iglesia de Roma se rige por el calendario gregoriano, la iglesia ortodoxa lo sigue haciendo por el calendario juliano, que los católicos reemplazaron en el siglo XVI.

El párroco de Asunción de María Santísima, padre Juan Manuel Alurralde, lo explica así: “en el Primer Concilio de Nicea, en el 325, se establece que el cálculo (de la semana santa) se realizará con el calendario Juliano el primer domingo después de la luna llena, posterior al equinoccio de primavera (hemisferio norte). Esta fecha corresponde este año al 19 de abril, pero también se toma en cuenta el hecho de que si la pascua hebrea (Pésaj) cae en la misma fecha, se deberá cambiar la Pascua Cristiana una semana hacia adelante del calendario, por lo que la Pascua Ortodoxa este 2020 será entre la noche del sábado 18 y el amanecer del 19 de abril.

Las celebraciones

Debido al aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional todas las celebraciones se realizan a puertas cerradas y sin asistencia de fieles. Pero se transmiten por Facebook o Facebook Watch: /IglesiaOrtodoxadeTucuman. Esta noche, a las 20, se oficiará la Lectura de los 12 Evangelios de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Mañana, a las 20, el Oficio del Funeral de Nuestro Señor Jesucristo y Canto de las Lamentaciones. El sábado a las 20, Solemne Oficio de Resurrección-Santa Liturgia Pascual y el domingo a las 19, una charla con reflexiones e interacción virtual con fieles a cargo del párroco.

Hoy, Jueves Santo, se recuerda la Cena Pascual que Cristo compartió con sus 12 apóstoles. “El tema principal es la Cena misma, en que Cristo exhortó a que se comiera la Pascua de la Nueva Alianza en memoria de Él, de Su Cuerpo partido y de Su Sangre derramada para la remisión de los pecados. La traición de Judas y el lavado de los pies de los discípulos por Jesucristo también son centrales a la conmemoración litúrgica de este día”, dice.

La Cena Pascual no era un acto de última hora por parte de Jesús para “instituir” el sacramento central de la Fe Cristiana antes de Su pasión y muerte. Al contrario, toda la misión de Cristo, e incluso el propio objetivo de la creación del mundo es para que la criatura bienamada de Dios hecha a Su propia Imagen y Semejanza, pudiera estar en la más íntima comunión con Él por toda la eternidad, comiendo y bebiendo en Su mesa, en la eternidad del Reino. Es eso lo que Cristo anuncia a sus apóstoles en la cena, y a todos aquellos que entienden sus palabras y creen en Él y en el Padre que lo ha enviado”, explica el padre Alurralde.

“El Cuerpo partido y la Sangre derramada de Cristo no era meramente una anticipación de los acontecimientos históricos. Por el contrario, todo cuanto había de venir -la cruz, la tumba, la resurrección y la ascensión al cielo- sucedió precisamente para que el ser humano pudiera entrar en comunión eterna con Dios”, remarca. Así la “Mística Cena del Hijo de Dios” se celebra continuamente en la Liturgia de los domingos y días de fiesta, porque es la esencia misma de lo que será la vida en el Reino de Dios por toda la eternidad”, destaca el sacerdote.