El dilema humano de hoy: enfermedad, muerte, vida

El dilema humano de hoy: enfermedad, muerte, vida

29 Marzo 2020

“Entonces María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle se postró a sus pies y le dijo: ‘Señor; si hubieses estado aquí, no hubiera muerto mi hermano’. Jesús, cuando la vio llorando y que los judíos que la acompañaban también lloraban, se estremeció en su interior; se conmovió y dijo: ‘¿Dónde le habéis puesto?’”

La resurrección de Lázaro que hoy nos recuerda la Iglesia es un signo de la restauración del hombre sujeto a la muerte, como el pueblo israelita a la esclavitud del destierro (primera lectura). Este prodigio realizado por Jesús en el umbral de su propia muerte nos confirma que Él es la Resurrección y la Vida, una vida que vence a la muerte tanto física como espiritual, no ya mediante la resurrección final sino en la existencia presente.

La experiencia que hoy vive la humanidad es la de un estado de desasosiego frente al hecho de la enfermedad y de una posible muerte. Es el mismo caso de Lázaro, que en las palabras de su hermana le dice: estaba enfermo y murió… Así se presenta la vida, en la certidumbre de sabernos vulnerables y pasibles de una finitud inexorable.

En el diálogo de Jesús con Marta, ella proclama su fe en la Resurrección futura, pero Cristo le contesta: “Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. El creyente se sabe ya libre y salvado por Cristo, no de la muerte biológica que Cristo también padeció, sino del pecado, del miedo a la destrucción total. No todo acaba para nosotros con la muerte. A la última palabra no la tiene la muerte sino la Vida.

Frente a la realidad pandémica, con mas fuerza que nunca hemos de gritar con la confianza en Jesús que nos da vida aquí y vida eterna allá. No hay que aflojar el espíritu de fe; sabemos que pasamos por esta vida, pero caminando a la vida plena con el Señor. Afrontamos el virus con responsabilidad, pero con la convicción que la vida en plenitud será mas allá.

Este episodio que la Iglesia pone hoy a las puertas de la Semana Santa, está envuelto en esa atmósfera que Jesús sabe crear alrededor de su Persona y que conocen bien quienes le tratan y le siguen de cerca con amor: ”le enviaron a decir tu amigo Lázaro está enfermo”. Es la petición que hoy le podemos hacer al Señor Jesús: “maestro, la humanidad, tu humanidad esta enferma. No te olvides de ella”.

Querido amigo, que no se apague la confianza, ánimo y valentía en la lucha de la gracia y de la vida con fe. Dios no nos desampara.

Esta nota es de acceso libre.
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