Reporte Rural: responsabilidad social en tiempos de pandemia

El concepto de “responsabilidad social” se entiende como la contribución al desarrollo humano sostenible, mediante el compromiso y la confianza de una empresa o de una persona hacia sus empleados -y sus respectivas familias-, hacia la sociedad en general y hacia la comunidad local, en pos de mejorar el capital social y la calidad de vida de los ciudadanos.

El objetivo principal de la responsabilidad social es que el impacto positivo que causan estas prácticas en la sociedad se traduzca en una mayor competitividad y sostenibilidad para las empresas o para las personas que la practican. Así, ser responsable socialmente generará automáticamente mayor productividad, puesto que una mejora en las condiciones de los trabajadores optimizará también su eficacia.

La responsabilidad social se afianza sobre tres variantes fundamentales: el cuidado al ambiente, a las condiciones laborales de sus trabajadores y el apoyo a las causas humanitarias.

En este sentido la pandemia que está movilizando al mundo entero es una causa humanitaria que está siendo tenida en cuenta no sólo por las autoridades gubernamentales de todos los países, sino también por las empresas agropecuarias y de diversa índole de todo el mundo.

La responsabilidad social es una herramienta que debe dar ventajas en la calidad de los trabajadores. Con esta actividad se pueden crear lazos y lograr un buen clima laboral, cosa que es muy importante en la producción. Si los empleados se sienten a gusto en su trabajo, los resultados serán positivos para el lugar o para la empresa en la cual desarrollan sus actividades.

Actualmente algunas actividades laborales deben continuar con su rutina diaria; no pueden ser cortadas de cuajo, debido a que la producción de ciertos alimentos básicos no perecederos debe continuar a diario, durante las 24 horas del día.

Todas las medidas que se están tomando y que se deben tomar para evitar que el nuevo coronavirus se expanda en un pueblo, ciudad, país o continente deben ser muy rígidas. Pero, a la vez, deben ser aplicadas muy cuidadosamente para que no se vea afectada la provisión de alimentos, de medicinas, de atención médica y de otras necesidades básicas de la población, y para que todo esto llegue de manera segura a cada habitante.

En este sentido en Tucumán se desarrollan actividades productivas de gran importancia social, laboral y alimentaria, que deben ser tenidas en cuenta a la hora de tomar decisiones.

Ya está lanzada una incipiente campaña citrícola, en la cual trabajan infinidad de personas, tanto en el campo como en los empaques. Además, comienza una campaña frutillera, que también genera mano de obra especializada en trabajos de plantación y de cosecha.

En las actividades de faena y de comercialización de carnes resulta fundamental la mano de obra totalmente especializada en esas labores.

Todo lo referente a la producción de frutas y de hortalizas para su consumo en fresco también necesita de gente en el campo. Ni hablar de la producción láctea, en la cual el trabajo diario es permanente y casi obligado, para que esa producción no se paralice y se pierda. La cosecha de granos que se avecina y que en otras provincias ya está avanzando también será necesario que se realice.

El trabajo en panaderías es otro caso en el cual el personal no debe faltar, ya que el pan sale día a día.

Lo cierto es que la mayoría de los trabajos en la agricultura y la ganadería deben mantener su curso, ya que sus productos son necesarios y a veces indispensables para la comunidad.

Muchas de las labores de siembra y de cosecha tampoco pueden postergarse. En todos los casos deben tomarse, sin embargo, todas las precauciones para que disminuyan los efectos de esta pandemia.

Cualquier medida tomada por parte de las autoridades gubernamentales para evitar una diseminación del virus debe tener en cuenta todo esto.

Se debe actuar con responsabilidad social, y evitar que el virus se propague. Y en actividades sumamente necesarias, relacionadas a la producción agropecuaria y de alimentos, se deben tomar recaudos sumamente importantes, y mantener bien informado al equipo de trabajo. Generar consciencia a todos los operarios y personal de campo sobre los riesgos de contagio, para que tomen las precauciones necesarias y eviten la transmisión del nuevo coronavirus. Y, sobre todo, se debe restringir el ingreso a estos trabajos a aquellos que integran los grupos de riesgo, como los mayores de 60 años, las personas con enfermedades de base, respiratorias, y las que tienen afecciones como diabetes.

Resulta fundamental que no tomen como base cualquier noticia que ande dando vueltas, sino la información oficial que brinda el Estado.