19 Marzo 2020
COMUNICACIÓN PÚBLICA TUCUMÁN
Todo comenzó el lunes, cuando Agustina, de 22 años, llamó a su madre M. para decirle que como no iba a haber clases quería volverse a Tucumán para estar en familia. "Termino unos trámites el lunes y viajo el martes a la mañana", le dijo la joven entusiasmada por el inminente reencuentro familiar.
La madre le contó a su esposo que la hija regresaría a Tucumán por unos dìas, mientras siguiera la crisis sanitaria por el coronavirus. En ese momento, el padre llamó a su hija, que estudia en la Universidad Católica de Salta (UNCA) para proponerle que esperara un día más (hasta ayer) y que él la iba a buscar para que no tuviera que viajar en el transporte público de pasajeros. La joven aceptó la propuesta del padre; sin embargo, en el medio, estalló la emergencia sanitaria: el gobernador salteño Gustavo Sáenz cerró las fronteras de esa provincia.
El miércoles, al amanecer, el padre se levantó, desayunó y preparó el viaje. Salió por la ruta nacional 9 hacia el norte. Pero al llegar al control policial de Salta no lo dejaron avanzar.
En la capital tucumana, la madre de Agustina esperaba a su esposo y a su hija para la hora del almuerzo. En Salta, Agustina esperaba a su padre en el departamento que alquila en "La Linda". Mientras tanto, el padre intentaba convencer a los policías que lo dejaran avanzar, pero la Gendarmería no lo permitió y estaba a mitad de camino. "Si no tiene domicilio en Salta no puede pasar", le respondieron tajante.
En ese momento, el padre llamó por teléfono a una familia amiga que vive en Salta. Explicó la situación y les pidió que lo ayudaran a "rescatar" a su hija. El reloj siguió girando, mientras intentaba conectar a su hija y a su esposa. En algunos tramos de la ruta no había señal de telefonía celular.
COMUNICACIÓN PÚBLICA TUCUMÁN
Así consiguió a una familia amiga (salteños) que fueron a buscar a Agustina en el departamento y la trasladaron hasta el control de Gendarmería. Eran las 14.30, cuando la madre)se enteraba que el almuerzo no iba a ser familiar. Mientras que el padre no podía ocultar la ansiedad por reencontrase con su hija. La joven bajó del auto (del lado salteño) y caminó hacia su padre, al final de un largo periplo, que se empezaba a cerrar a la hora de la siesta.
¿Cómo reaccionó Agustina cuando se reencontró con su padre?, se le consultó a la madre. "Ella estaba feliz, porque es muy familiera -respondió la madre-, y este viaje era más que nada de contención por estos días tan complicados por el coronavirus", agregó.
Alrededor de las 17.30, el padre y Agustina llegaron a su casa en la capital tucumana. "No era un caso de urgencia -admitió la madre-, entiendo que la idea es desalentar la circulación de las personas -dijo-, pero deberían disponer salvoconductos para los casos de urgencia -advirtió-, por suerte ahora estamos todos en familia", resaltó.
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