Por Lucía Lozano
19 Marzo 2020
¿Sirve de algo usar espirales? ¿Qué tan útil es fumigar mi casa? ¿Son buenos los repelentes? ¿Es conveniente poner telas mosquiteras en las ventanas? ¿Existe alguna forma de prevenir el dengue que sea 100% efectiva? Especialistas analizaron las medidas más utilizadas durante las epidemias de dengue. Aunque aclararon que ninguna estrategia es por sí sola de altísima calidad, cuando se toman juntas ayudan mucho a disminuir la densidad del mosquito transmisor de la enfermedad, el Aedes aegypti.
Día a día el dengue avanza por los barrios tucumanos (ya suman 157 casos confirmados). La licenciada Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Superior de Entomología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT e Instituto Miguel Lillo, ayudó a armar un ranking de las mejores acciones contra el dengue. También tomamos las evaluaciones que hicieron expertos del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS-Conicet) después de estudiar las estrategias más usadas durante 16 años en toda la región.
Limitar los reservorios donde se cría el mosquito y educar a la comunidad aparecen entre las estrategias más efectivas. En cambio, según los investigadores, no existen evidencias de que usar espirales produzca beneficios.
1- Manejo de reservorios
Eliminar elementos u objetos que acumulan agua es una de las estrategias que dan resultado para disminuir índices de mosquitos en algunas de sus etapas de crecimiento. “Es necesaria la participación activa de la comunidad en el control de criaderos para eliminar elementos u objetos que acumulan agua y que puedan contener huevos resistentes, que duran más de un año en las paredes de los recipientes”, explica Rodríguez.
2- Educación para la salud
Es importante involucrar y concientizar a la comunidad. Esto ha demostrado en varios estudios que puede reducir los índices de mosquitos transmisores del dengue. Debe ser una política de Estado y tener continuidad, dicen los especialistas.
¿Qué se le debe enseñar a la población? “La educación debe ser para identificar los distintos estados del vector (huevos, larvas, pupas y adultos), conocer las medidad de control dentro de los hogares, cuáles son las enfermedades que transmite el mosquito (dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla) y cuáles son los síntomas para hacer la consulta temprana, lo que permita al sistema de salud hacer un bloqueo a tiempo del virus”, precisa la bióloga.
3- Cortinas y tules impregnados con insecticidas
Si es que estas telas se rocían con insecticidas por lo menos cada seis meses hay evidencia de que reducen los índices de pupas de mosquitos y los índices de Breteau (número de insectos en desarrollo recientes dentro de un domicilio).
“No es necesario rociar con insecticidas, de por sí las cortinas y los tules evitan el contacto directo. Hay que reforzar en coches y camas de niños y niñas que suelen ser los más afectados”, remarca la investigadora del Lillo.
4- Uso de insecticidas
Según los investigadores del IECS mejora el índice de mosquitos en los hogares. La recomendación incluye usar repelentes sobre el cuerpo y/o la ropa. Son efectivos para evitar que los insectos piquen a las personas.
5- Trampas para huevos o larvas del mosquito
Hay evidencia (aunque es alta) de que pueden reducir la incidencia del dengue en la población. ¿Cómo ayudan? Giselle Rodríguez, que hace estudios de campo sobre la actividad del mosquito, explica: “la instalación de trampas para huevos o larvas del mosquito permite relevar cómo está un insecto en un territorio, sus momentos de mayor actividad y abundancia. Es un monitoreo y vigilancia esencial. Lo deben hacer los sistemas sanitarios, no la comunidad en general porque pueden generar criaderos y proliferación del vector”.
6- Vigilancia epidemiológica
Monitorear oficialmente el número de casos sospechosos y confirmados, los serotipos virales circulantes y las muertes en la población puede reducir la incidencia de la enfermedad y la letalidad por dengue.
7- Fumigación masiva de ambientes
Sirven, aunque no son muy efectivos según los expertos. Todo depende de cómo se usen. “Son medidas de último recurso. Se deben hacer con larvicidas y adulticidas, de manera comunitaria y dentro de los domicilios, que es donde viven los Aedes aegyptis. Los insecticidas químicos no son 100% eficientes. Al funcionar por contacto no llegan a todos los mosquitos adultos, los que por ejemplo suelen reposar en el enves de las hojas. Además, los mosquitos generan resistencia y con las fumigaciones se matan a otros animales, como mariposas y anfibios, entre otros”, explica Rodríguez.
En su informe, el IECS dijo que no hay evidencia de que usar espirales o la fumigación masiva tenga algún beneficio. “Los agentes de control químico no están asociados con una reducción sostenible de las poblaciones de mosquitos y hasta pueden crear una falsa sensación de seguridad, ya que dejan en un segundo plano intervenciones probadamente efectivas (como las educativas) para eliminar criaderos de mosquitos”, explicaron.
Otras medidas de control bajo la lupa de la licenciada Giselle Rodríguez
• Control biológico del mosquito a través de seres vivos, como peces, insectos, renacuajos, crustáceos, bacterias (BTI= Bacillus Thurigiensis). Sí son efectivos.
• Plantas de citronella y otras que ahuyentan insectos. No está comprobada su efectividad.
• Trampas caseras para mosquitos y lámparas matamosquitos. No son muy efectivas debido a que requieren un compromiso sostenido de parte del operario. Las lámparas tampoco son efectivas porque las hembras de Aedes aegypti (son las que pican y transmiten el dengue) no son atraídas por la luz; las atrae el dióxido de carbono y el calor corporal.
Síntomas y obstáculos
“Para eliminar los mosquitos que causan el dengue, es fundamental que la población conozca ciertas cuestiones básicas, como por ejemplo, que hay que eliminar los recipientes que acumulan agua durante varios días (baldes, tachos, palanganas, canaletas, etc.) y que hay que cambiar el agua y limpiar los bebedores de animales y los floreros. También es fundamental que la población identifique cuáles son los síntomas del dengue. Los más habituales son: fiebre muy alta (39° o más), vómitos, malestar general, cansancio excesivo, dolor de cabeza constante y dolor por detrás de los ojos”, explica en una gacetilla informativa el doctor Agustín Ciapponi, director del Centro Cochrane Argentino IECS.
Por otra parte, los expertos del IECS alertaron que dos obstáculos explican, en gran medida, los fracasos en el control del mosquito: la ausencia de decisión política de parte de los gobiernos (por ejemplo, para lograr una adecuada recolección de residuos) y la incapacidad para involucrar a la comunidad en las intervenciones (por ejemplo, para lograr cambios de comportamiento sustentables sobre almacenamiento de agua).
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