Cifras que revelan que alguien miente, una lástima

Cifras que revelan que alguien miente, una lástima

Entre todos se arrojan la misma acusación, de manual en esos niveles: ellos, otros, son los que mienten. En fin, si todos mienten, cómo se encuentra la verdad. En este caso, se trata de las inversiones en materia de obras públicas realizadas en Tucumán durante la gestión de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019. En este rubro, las afirmaciones y desmentidas estuvieron a la orden del día entre las autoridades nacionales y las provinciales durante los cuatro años, en el marco del Plan Belgrano. 

La cantinela fue la misma en todo el período macrista: que sí se hicieron obras, que no se hicieron, que la Nación las hizo, que fue la Provincia. En el primer año del mandato del líder del PRO y de Manzur, desde el palacio gubernamental de 25 de Mayo y San Martín se escuchó repetidamente que el poder central no había construido una sola vivienda en la provincia, subrayando que en el tiempo del kirchnerismo proliferaban las construcciones de casas en el territorio tucumano.

Desde la Nación se respondía con informes mensuales que surgían desde el poder central, en los que mostraban la cantidad de obras y los montos en inversiones. El último de estos documentos proporcionado, que data de junio de 2019, indicaba que en Tucumán, durante todo el período macrista, se finalizaron 338 obras y que otras 95 estaban en ejecución. De ese trabajo se desprendía que hubo una inversión efectiva de $ 11.295 millones, suma que se incrementaba a $ 20.000 millones, según el legislador José Ascárate.

Un informe de la Nación, a la que accedió este columnista a partir de un pedido de acceso a la información pública a la Jefatura de Gabinete, refiere que entre noviembre de 2015 y diciembre de 2019, el crédito comprometido en obras públicas para Tucumán fue de $ 7.672 millones, de los cuales $ 7.577 se devengaron y $ 6.940 se pagaron. Este informe fue solicitado el 3 de diciembre, pocos días antes de que finalice la presidencia de Macri, y fue respondido el 13 de este mes, o sea por las nuevas autoridades nacionales.

El dato no es menor en función de las miradas y las observaciones que se hicieron de cada lado al poner en evidencia la gran diferencia entre los valores proporcionados. Entre los $ 11.295 millones que aparecen en la documentación macrista y los $ 7.672 millones de la planilla elaborada por la Oficina de Información Pública de la Nación dista una diferencia de $ 3.623 millones; que se vuelve notable cuando esa diferencia llega a casi $ 13.000 millones. ¿Quién dice la verdad?, ¿quién miente?, ¿los que estaban antes o los que están ahora?

Cuando se les consulta a cada lado por la diferencia en las cifras, tanto a Ascárate como uno de los responsables anteriores del Plan Belgrano, y a los que conducen actualmente ese programa, la respuesta es la misma: ellos mienten.

Se supone que un informe aportado por la Nación, a partir de un pedido en el marco de la ley de acceso la información pública (27.275), debería ser cierto, sin que nada raro se pueda sospechar detrás de los números; ni de que haya manos traviesas en la elaboración de las planillas. No se debería dudar de la respuesta. En ese marco, la seriedad en la información debería ser lo central. Sin embargo, se siembra la duda y se pone en tela de juicio el acceso informativo al ciudadano, que fue un gran logro de la gestión anterior.

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