Dakar: el desierto sin dueño

Dakar: el desierto sin dueño

Benavides acecha a Brabec y Terranova sigue con chances concretas.

¿FIN DEL CAMINO? La Toyota de Fernando Alonso se averió tras chocar una roca.   Reuters ¿FIN DEL CAMINO? La Toyota de Fernando Alonso se averió tras chocar una roca. Reuters
09 Enero 2020

La particularidad de aventuras como el Rally Dakar (y en especial tratándose de él) es que cualquier etiqueta está forzosamente ligada al condicional “por ahora”.

O sea, Carlos Sainz es el líder de la categoría Autos, pero sólo por ahora. Kevin Benavides sigue por detrás de su compañero de equipo Ricky Brabec en Motos, pero sólo por ahora. A Orlando Terranova lo separan de la cima más de 20 minutos de desventaja, pero sólo por ahora. ¿Por qué? Porque en el Dakar todo puede pasar. El desierto, se sabe, no tiene dueño, así que cualquier piedra, duna o bache en el camino puede dejar a pie hasta al más experimentado de los pilotos. Ese riesgo se amplifica para quienes, por su condición de líderes transitorios, deben afrontar el desafío extra de abrir pista casi a ciegas, sin huellas de referencia y con la relativa ayuda de un road book menos generoso en detalles que los de ediciones anteriores.

Por ahora, la esperanza argentina más concreta viaja en el manubrio de Kevin Benavides. Consumadas cuatro etapas, el salteño sigue sin poder adjudicarse el primer puesto en un especial ni en la tabla general, pero no pierde la cabeza por eso. La experiencia de los años anteriores le ha enseñado que triunfar en el Dakar es más una cuestión de regularidad e inteligencia que de velocidad punta. El piloto de Honda parece estar preparando de a poco el asalto a la posición de privilegio que -otra vez, por ahora- le pertenece a su compañero de equipo, el estadounidense Ricky Brabec, aunque sólo por 35 segundos de diferencia.

UN ADVERSARIO COMÚN. Las particularidades del trazado en Arabia Saudita le añaden dificultad a la navegación. En cuatro etapas, ya son decenas de abandonos. reuters UN ADVERSARIO COMÚN. Las particularidades del trazado en Arabia Saudita le añaden dificultad a la navegación. En cuatro etapas, ya son decenas de abandonos. reuters

De todos modos, la ambición personal no obsta a la estrategia de colaboración para guiarse por un desierto que impone respeto y terminar de una vez por todas con la hegemonía de KTM.

Hasta aquí, el plan de la marca japonesa viene marchando acaso mejor de lo esperado: con el triunfo del chileno José Ignacio Cornejo en el rulo Neom-Neom, los tres primeros puestos le pertenecen, algo que no pasaba hacía rato. Y eso que Joan Barreda Bort (7°) no se ha metido aún en la discusión. ¿KTM? Confía en la experiencia de Toby Price (4°) y Sam Sunderland (6°) para revertir la situación.

En Autos, “Monsieur Dakar” finalmente metió la nariz. Stéphane Peterhansel les recordó a los demás quién es el más ganador de la historia y se llevó su primer triunfo parcial, que le permitió arrimar la bocha en el acumulado. Sainz le lleva sólo tres minutos a Nasser Al Attiyah (Toyota). Si alguien sabe de desiertos es el qatarí, así que no debería sorprender verlo al mando al cabo de la etapa de hoy, o la de mañana. Por el contrario, a quien todavía le falta mucho por aprender de arenas es a Fernando Alonso: el ex campeón en pista de F1 se comió una piedra que dejó su Toyota en veremos. Si continúa, será sin chances de podio.

En Quads, Ignacio Casale corre y los demás lo siguen. Con otro triunfo de etapa, le sacó 21 minutos a su escolta, el también chileno Giovanni Enrico. En Camiones, Kamaz ya acomodó las cosas: Andrey Karginov manda por 10 minutos de ventaja sobre Siarhei Viazovich (Maz). Pero sólo por ahora.

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