Por Lucía Lozano
18 Diciembre 2019
La primera recomendación de los dermatólogos es no exponerse al sol desde las 10 hasta las 17. Pero ahora que empiezan las vacaciones y vamos a la pileta o a la playa muchas veces resulta difícil cumplir con esa restricción. Entonces, hay que extremar los cuidados si estamos al aire libre.
¿Cuáles son los riesgos y los recaudos especiales que debemos tener para cuidar nuestra piel?
Silvia Molina, jefa del servicio de Dermatología del hospital Avellaneda, explica que uno de los mayores peligros del sol es que puede causar cáncer de piel.
En tanto sea posible, dice, la manera más sencilla de evitar la exposición excesiva al sol es estar a la sombra o protegidos con remeras. Este consejo es tanto para el verano como para el resto del año y para días soleados o nublados, ya que las nubes no reducen la incidencia de la radiación solar por completo.
Memoria
La piel tiene memoria y el sol se acumula en ella desde el nacimiento. Los daños que se van generando a nivel celular en las distintas capas de la piel permanecen latentes y avanzan sin retorno. Por suerte hoy tenemos muchos métodos para cuidarnos, desde bloqueadores solares -que deben ser incluido en la rutina diaria los 365 días del año- hasta remeras con factor de protección. Y no hay que olvidarse de proteger los labios”, afirma la dermatóloga Roxana Amante.
En cuanto al factor de protección, es importante usar como mínimo Factor de Protección Solar (FPS) 50, que cubra tanto para radiación UVA y UVB. Según explica Amante, FPS es un número que surge de un cálculo que mide el tiempo de exposición a la radiación necesario para producir un enrojecimiento mínimo de la piel, con y sin protector solar.
Por ejemplo, si una persona tarda 10 minutos en enrojecer sin el uso de protector solar, con la aplicación un protector FPS 50, debería tardar 500 minutos aproximadamente.
En general, el mayor porcentaje de sol acumulado se produce durante los primeros 18 años de vida. Y las lesiones que manifiesta nuestra piel es por quemaduras fuertes que ocurrieron antes de los 15 años. Es por ello que Amante aconseja no exponer directamente al sol a bebés de hasta seis meses de vida y evitar como sea quemaduras en menores de 15 años.
¿El sol también puede ser bueno? Las dos profesionales coincidieron en que sí tiene beneficios para nuestro cuerpo. La producción de vitamina D, requiere de la presencia de rayos UV. Incluso la vitamina E, presente en alimentos, requiere de la acción de los rayos solares en algún punto de su síntesis.
¿Se puede disfrutar del sol? ¿Cómo y cuándo? La restricción corresponde al horario de las “sombras cortas”, que es cuando los RUV inciden verticalmente sobre la persona parada (de 11 a 16), mientras que el horario de “las sombras largas” es más aceptable (hasta las 11.30 y luego de las 16).
De cualquier manera, siempre se debe aplicar protector solar adecuado en todo el cuerpo, con sol y lluvia también, explicaron. Y estar atentos a los lunares que tenemos en el cuerpo (chequear que no sean asimétricos e irregulares) y a las lesiones en general. Si tenemos alguna sospecha, hay que consultar al médico.
“Pese a que la gente se protege más los casos de cáncer de piel van en aumento. No recomiendo tomar sol sin protección y mucho menos usar cama solar. Se ha probado que pueden ser muy peligrosas. Las cremas autobronceantes son la opción más saludable”, resaltó Amante.
Qué llevar en nuestro bolso de verano
- Utilizar protector solar a partir de los 6 meses de vida.
- Elegir bloqueador solar del factor 50. Lo más recomendable es aplicarlo un rato antes de exponerse al sol, alrededor de 20 a 30 minutos. Retocarlo cada 2 a 3 horas o luego de salir del agua, más allá de que tenga la etiqueta “a prueba de agua”.
- Incluir el uso de remeras con upf (factor de protección), sombreros y lentes de sol con filtros para radiación UV.
- Llevar protector labial de factor 30.
- Tener siempre a mano una crema de hidratación o un gel post solar.
Quiénes corren mayor riesgo
- Los niños menores de 6 meses, ya que no pueden usar protector solar, porque se absorbe a través de la piel y el niño no está preparado para eso.
- Los menores de 1 año, ya que si bien se pueden poner protector solar para alguna exposición solar ocasional, no es recomendable. Deben usar sí o sí formulaciones para niños, debido a que al tener más filtros físicos que químicos son más seguros.
- La gente que tiene antecedentes familiares o personales de cáncer de piel.
- Aquellos que tienen cáncer en general, ya que el sol disminuye las defensas.
- Las personas que toman ciertos medicamentos fotosensibilizantes (diuréticos, remedios para la presión, psicofármacos, antibióticos) que sensibilizan la piel, y pueden sufrir quemaduras.
- Las personas que tienen muchos lunares.
¿Qué debo hacer si me quemé?
- Si sólo es enrojecimiento leve, hay que usar algún producto postsolar, que haya estado guardado en la heladera, e hidratarse mucho después de la quemadura. También se deberá evitar la exposición hasta que la piel esté recuperada.
- Si la quemadura es más grave hay que consultar al médico. No hay que untarse aloe vera de plantas, ni pepino, ni ningún remedio casero.
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