Preparan una Navidad "como en casa" para discapacitados

Preparan una Navidad "como en casa" para discapacitados

Unos 300 alumnos de distintas escuelas apadrinan a familias de niños con discapacidad y bajos recursos.

Preparan una Navidad como en casa para discapacitados

“¿Y esto de qué talle será?” El adolescente se prueba el blazer fucsia. Da una vueltita. Los demás aplauden, ríen. “Y... parece como para mí. ¿Talle 42 o 44?” Otro más allá se prueba una pollera floreada y la carcajada es general. “¡Vamos, vamos!, dejen de jugar”, apura una chica que va seleccionando y doblando la ropa donada que se acumula en montañas sobre los mesones de una de las aulas del Instituto Técnico de la UNT. Otros chicos envuelven con papeles afiches de colores las cajas con prendas ya limpias, lavadas y cosidas para cada familia.

“Una Navidad parecida a la de mi casa” es un proyecto de alumnos secundarios, sin la participación de adultos, salvo para indicar quiénes son los beneficiarios. Es decir, para seleccionar las familias más vulnerables de las que asisten a los centros de estimulación temprana de los hospitales del Niño Jesús, Avellaneda y Eva Perón.

La iniciativa comenzó hace nueve años, con otros jóvenes, cuando los de ahora tenía tres o cuatro años. “Ahora somos como 300 adolescentes. Todos de las escuelas experimentales de la UNT (Bellas Artes, Agricultura, Gymnasium, Sarmiento y Escuela Vial) donde comenzó todo esto, además de la Escuela Normal de capital, la Técnica n° 5 y el colegio del Sol”, cuenta un adolescente alto y delgado con risa de niño, Santiago Ferrari. Tiene 18 años y es integrante del Centro de Estudiantes del Instituto Técnico UNT, como la mayoría de los que conversan con LA GACETA: Lucas Barrionuevo (17), Oliver Julián Meneses (14), Martina Bollati (18), Máxima Odstrcil (14) Santiago Torres Páez (12) y Facundo Villafañe (13), además de Sofía Vallejo (17), de la Escuela Normal.

“Las familias que apadrinamos tienen niños con discapacidades. Cada una escribe una carta donde dice la necesidades que tiene y los datos de los integrantes. A nosotros nos tocó una familia con dos nenas, de dos y cinco años. Nos piden juguetes, ropa, dos camas para las nenitas, además de pañales, leche y una heladera”, cuenta Facundo. “Ya conseguimos casi todo. Mi abuela donó una heladera y ya tenemos una cama. Los juguetes los buscamos entre los hermanitos de nuestros compañeros”, dice entusiasmado.

Este año se beneficiarán 80 familias. Cada una recibirá una caja navideña con todo lo que se necesita para pasar una linda fiesta en familia. Además reciben regalos  para cada uno de los chicos. A cada grupo (de 10 integrantes) le toca una familia para apadrinar. Este año también les escribirán cartitas personales.

La gran fiesta

Todo se entrega en una gran fiesta. “Porque no se trata solo de dar, sino además de compartir”, aclaran los adolescentes. La celebración se hará el lunes 23 a las 17 en el Instituto Técnico. Allí se encontrarán padrinos y familias apadrinadas, en una gran fiesta con juegos inclusivos para los chicos con discapacidad, que son la mayoría, personajes con disfraces, comida, música y muchos regalos. Un momento muy esperado es el tradicional sorteo de las bicicletas. Este año se repartirán 60. “Todas son bicis donadas que nosotros reparamos, pintamos y dejamos como nuevas”, apunta Santi.

Los chicos juntaron muchas cosas pero todavía faltan. Por eso el viernes y el sábado, de 19 a 21, harán una jornada de recolección de donativos en la Escuela Normal, de Muñecas 219. Necesitan productos navideños, dinero (para pagar al bicicletero y cubrir otros gastos) y, sobre todo, bicicletas.

El momento de la entrega de las bici es mágico. “Me acuerdo que el año pasado -relata Santi- justo antes del sorteo, un chiquito como de tres o cuatro años miró todas las bicis que había y se le iluminó la carita. La alegría de ese chico no me la puedo sacar de la cabeza. Se subió en una enorme, apenas llegaba a los pedales, y empezó a andar. No daba quitársela ... antes del sorteo ya era suya”.

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