Proponen que el camping municipal pase a manos privadas

Proponen que el camping municipal pase a manos privadas

Aunque las instalaciones se usan a diario y de manera gratuita, se están deteriorando por el uso y el vandalismo. Necesita más seguridad.

QUINCHO. El espacio tiene electricidad y capacidad para 30 personas. QUINCHO. El espacio tiene electricidad y capacidad para 30 personas.

Sumergirse en el parque 9 de Julio hace olvidar a cualquiera que se está en la ciudad. Es que claro, los innumerables árboles refrescan el paso por ese gran pulmón verde. Hay menos temperatura, más silencio, menos polvo y se notan a flor de piel todas las ventajas del arbolado urbano. Allí, bajo esa sombra, los capitalinos tienen un camping municipal (en el pasado se llamó “Los álamos”) que todavía recibe turistas. De hecho, esta semana se alojó allí una familia alemana, según consta en el libro de visitas. Pero lejos de ser un vergel, el espacio de 40.000 metros cuadrados no está en buenas condiciones, aunque sí aptas para uso público. Es por ello que para evitar su deceso gradual, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán decidió abrir la oportunidad de darlo en concesión, para que no suceda lo mismo que la ya perdida confitería del lago.

El camping municipal, el único en la ciudad, está ubicado al final del centro Prebisch de la UNT, casi llegando a la intersección de las avenidas Benjamín Aráoz y Coronel Suárez. Está demarcado con un pirca, la misma desde que se creó en julio de 1973. De hecho LA GACETA, en la editorial, publicó entonces la habilitación oficial y la calificó como un “hecho positivo para nuestra infraestructura turística”. Un dato importante que se señalaba entonces era que desde Villa Carlos Paz hacia nuestra provincia no había otro camping (el de El Cadillal estaba construyéndose).

Actualmente tiene 30 asadores, muy usados los fines de semana, desparramados por todo el terreno (las parrillas se guardan en proveeduría cuando no se usan); baños y vestuarios con duchas; un quincho para unas 30 personas con dos hornos de barro, que cuenta con energía eléctrica; juegos para niños y un arbolado prodigioso. Todo es de uso público y gratuito.

Inseguridad

“Esto tiene el deterioro propio del uso y la falta de inversión, pero sobre todo del vandalismo y de la inseguridad”, comentó Valeria Amaya, titular de Espacios Verdes de la Municipalidad de la capital. La mencionada repartición está a cargo del mantenimiento de ese camping y el personal que hoy atiende las instalaciones también depende del área.

La funcionaria, que se desempeña en Espacios Verdes desde enero de 2019, señaló que si bien tienen serenos las 24 horas, igual vandalizan las instalaciones y roban todo lo que tengan a mano. A lo que añadió que se robaron las piletas para lavar externas, como otro mobiliario del camping (como las sombrillas de paja características de ese espacio). “Una vez hasta encerraron a uno de los guardias. La inseguridad es tremenda. Es un lugar alejado de toda la movida”, opinó Amaya. Además de ese hecho, nuestro diario publicó que en enero de 2016 a un turista de la ciudad de Orán, Salta, le robaron el auto mientras pernoctaba con su esposa en las instalaciones del camping. Previamente, lo amenazaron con un arma.

Explotación privada

La posibilidad de licitar el camping tiene un largo pasado. En noviembre de 2000 llegó la propuesta al Concejo Deliberante, pero para que ese espacio se convirtiera en un lugar destinado a delegaciones escolares, para que gratuitamente realicen prácticas de campamentismo. El proyecto no prosperó. Mientras que en 2007 los empleados municipales realizaron un paro en protesta de otra iniciativa para licitarlo. “La infraestructura está en condiciones, sólo falta seguridad y buen servicio a la gente”, dijo entonces a LA GACETA el empleado Pedro Roldán.

Ahora, Amaya comentó que está confeccionando los pliegos para dejar lista la propuesta de concesión, y que para ello está asesorándose en “tarifas para garantizar que el uso del espacio sea lo más accesible posible”. Por otra parte, detalló que la idea es que se hagan piletas (serían dos, para adultos y menores), techos para cada parcela que estarán ubicados al lado de los asadores (que también tendrán su conexión propia a la energía eléctrica). Destacó que quien esté interesado en la propuesta, también deberá cerrar el camping para que tenga mayor seguridad para los visitantes.

“Estaría bueno que los interesados vengan a ver el lugar privilegiado en el que está el camping, con un espacio verde amplio, con lomadas para hacer las piletas y diferentes canchas. Al pliego, -consideró- hay que hacerlo a la medida de la situación actual para que se concrete. Las concesiones en el parque son muy baratas y justamente ahora estamos revisando eso”, añadió la funcionaria.

Rufino Valdivieso, jefe del Departamento de Seguridad y Servicios Generales de Espacios Verdes, se imaginó que en un futuro cercano el camping municipal, el que ha cuidado desde hace décadas, se convierta en esos “buenos ejemplos” que vio en Córdoba: con seguridad, cerrado, con parcelas individuales, canchas deportivas y -por qué no- un bar. Con ello -resaltó- ese sector del parque cobrará más vida, para recibir a los turistas como corresponde.

Un proyecto en Turismo: los campings no están regulados

No hay una normativa que registre, regule o sancione los campings en Tucumán. Lo que hay es un registro de prestadores en el Ente de Turismo. Entonces la jurisdicción local tiene competencia. Sin embargo, hay otras normas, que según lo que tenga el camping, intervienen ciertos actores. Ese es el caso del Siprosa, que controla establecimientos que tienen piletas. O si está al lado de un río, Defensa Civil deberá revisar si la instalaciones son aptas. En El Cadillal actúa el Ente de Turismo, porque el camping se encuentra en terrenos fiscales. Hay un proyecto en Turismo para que ellos puedan convertirse en órganos de control, pero hasta el momento no prosperó, según informaron fuentes de esa área.

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