Por Alicia Liliana Fernández
10 Diciembre 2019
UNA ESCENA DE LA PELÍCULA “RUMBO AL MAR”. Bal aparece junto a su hijo Federico, coprotagonista y director.
“Se fue en paz; saldó esas cuentas que uno tiene que saldar antes de irse; pidió perdón. Hay que saber disculparse. Con su hija, por ejemplo, tuvieron charlas largas y Julieta quedó bien y él supongo que también”, declaró Carmen Barbieri ayer en Intrusos (América) el medio natural donde ella dio la noticia de la muerte de Santiago Bal.
Lejos de la siesta televisiva, que en los últimos años siguió en paralelo los avatares de la vida real de Bal, Barbieri y Federico Bal, la Asociación Argentina de Actores comunicó solemnemente que había fallecido el actor, director y autor; que tenía 83 años y que estaba afiliado a esa entidad desde hacía 58 años. Daba sus condolencias a sus hijos, Julieta, Federico y Mariano, así como a Barbieri.
De esa manera hizo recordar que Mariano era producto de su relación con María Isabel Andina, Julieta (con Silvia Pérez) y Federico (con Barbieri).
La salud de Bal venía mellada desde hace décadas: sufría EPOC y había sido operado 18 veces de un cáncer de colon diagnosticado antes de cumplir 40 años. El capocómico permanecía internado desde mediados de año y había sido trasladado a terapia intensiva luego de que su cuadro se complicó y derivó en neumonía, informó Télam.
Picaresco
La comedia de tono picaresco y popular fue su fuerte en su extenso derrotero en el espectáculo. Tuvo una trayectoria que comenzó de modo amateur y terminó en numerosas obras de teatro liviano, cine y televisión de tono humorístico.
El cine
Bal, que nació en Buenos Aires el 5 de enero de 1936, fue popular en el cine a través de películas como “La guerra de los sostenes”, “La casa de Madame Lulú”, con Libertad Leblanc, “Las píldoras”, “Este loco... loco Buenos Aires”, “El veraneo de los Campanelli” y “Yo tengo fe”, entre otras.
Su última participación en la pantalla grande porteña fue en “Las colegialas se divierten” (1986), bajo la dirección de Fernando Siro, con Susana Traverso y Guillermo Francella.
En la provincia
En marzo de 2018, su hijo Federico visitó LA GACETA para anunciar la realización de “Rumbo al mar”, película que rodaría junto a su padre en un 80 % en la provincia.
El guion tenía algo de profecía poética. “Es la historia de un hombre que quiere cumplir uno de sus últimos deseos. Le diagnostican una enfermedad terminal y quiere conocer el mar, con la condición de viajar en la moto de su hijo. Por eso quisimos buscar un lugar que fuera representativo para el argentino. Tucumán me cerraba por todos lados porque me parece un lugar tan lindo, tan la cuna de la Nación, tan hermoso para mostrar los paisajes y su gente... Y me encantó la idea de que el padre y el hijo porteños se vienen a vivir a Tucumán”, dijo entonces Bal (h).
El filme se vio en avant premiere en la 14ª edición del Festival Latinoamericano Tucumán Cine Gerardo Vallejo, en julio, y se prevé su estreno en salas en enero.
Lejos del prototipo del actor de carácter, Bal asumió y repitió el rol de comediante, donde había ganado oficio y, con ese mismo perfil, en televisión forjó buena parte de su reconocimiento con participación en producciones de alto rating, en tiempos en que la TV abierta no tenía competencia.
La TV
Por su pinta de “langa” simpático, a principios de la década del 70, se lo había tenido en cuenta para personificar a Isidoro Cañones, basado en un personaje de la historieta “Patoruzú”, de Dante Quinterno, pero el proyecto no se concretó.
Cumplió roles actorales en “Los Campanelli” (1969), “Mesa de noticias” (1984), “La revista del domingo” (1994, como actor y director), “Como pan caliente (1996), “Los simuladores” (2002) y “Resistiré” (2003).
Sus últimas apariciones en la pantalla chica se consumaron en 2012 y 2013 con “Un aplauso para el asador”, “El hombre de tu vida”, “Concubinos” y “La peluquería de don Mateo”.
El teatro
En el plano teatral actuó y escribió numerosas obras de teatro de revista, especialmente junto a la vedette y actriz Carmen Barbieri, su última esposa.
Sus creaciones eran garantía de éxito tanto en la avenida Corrientes como también en las temporadas de Mar del Plata o Villa Carlos Paz.
“El champán las pone mimosas”, “Los años locos del Tabarís”, “Hola mami, hola señor”, “Money Money”, “Vedettísima”, “Increíblemente juntos”, “Yo amo Carlos Paz” y “La argolla en la nariz”, entre otras, eran comedias que los críticos denostaban, pero que se convertían en éxitos de taquilla en tiempos en que los escenarios populares atraían más que las series y cuando que las entradas al teatro se podían pagar.
José Marrone, Don Pelele, Javier Portales, Jorge Porcel y Alberto Olmedo fueron algunos de sus compañeros en el escenario.
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