Navidad en paz: cada cohete que estalla te hace reír a vos, pero hace llorar de miedo a otros

Navidad en paz: cada cohete que estalla te hace reír a vos, pero hace llorar de miedo a otros

La pirotecnia sonora es la responsable de que miles de mascotas se pierdan en las fiestas. Los niños con austismo sufren severos ataques.

ATURDIDOS. Niños con autismo, perros, enfermos, bebés y muchos otros también merecen pasarla bien. ATURDIDOS. Niños con autismo, perros, enfermos, bebés y muchos otros también merecen pasarla bien.

“El año pasado tuvimos que reforzar la medicación de mi hijo antes de la medianoche. Cuando empiezan los cohetes él se aterra y toda la familia la pasamos de terror. Una vez nos pasamos toda la noche encerrados en la habitación”, cuenta José Elías, papá de un niño con autismo. “Nosotros le explicamos a los vecinos cuál era la situación de nuestro hijo, pero nadie tiene consideración, lo mismo tiran petardos”, cuenta con resignación.

La familia de Adriana Arias directamente tomó una medida drástica: “a fin de año nos vamos todos al campo. Ahí estamos tranquilos. La última vez que pasamos las fiestas en la ciudad estuvimos encerrados toda la noche en el baño. Mi hijo sufrió mucho. Termina re agitado. Llorando, gritando, con un ataque de nervios”, dice la mamá de otro pequeño diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA)

“Las personas con autismo presentan una hipersensibilidad auditiva y la pirotecnia sonora les genera un malestar significativo equivalente a un dolor profundo de oídos. Eso se acompaña con dolor de cabeza, taquicardia, aumento de la respiración, ansiedad, llanto y mucho miedo. Tan es así que a veces pueden golpearse a ellos mismos o a otros para tratar de escapar de ese malestar”, explica el médico psiquiatra Julio Rodríguez Aráoz.

“Nuestra Navidad es siempre agridulce. Cada cohete genera en nuestra hija angustia y desesperación. En cada fiesta nos encerramos en el baño y nos preparamos para amortiguar la situación hasta que pasa, pero igual siguen tirando cohetes. ¡Es una tortura! ¡Ojalá la gente tomara conciencia del año que produce la pirotecnia a muchos niños, se lamenta María Pérez.

Lo cierto es que no sólo los niños con autismo sufren las consecuencias de los estruendos, también los enfermos, los bebés, los animales, los niños pequeños, las personas con alta vulnerabilidad psicológica.

“Nosotros nos cansamos de ver cómo sufren estas familias que se pasan toda la noche tratando de contener y calmar a los chicos. Esos escasos minutos son eternos. Estas familias no festejan, sufren las fiestas” dice la odontopediatra María Silvia Sayago de Universo TEA. “Todavía no tenemos en la provincia una ley que regule la pirotecnia sonora a pesar de diversos intentos. Por eso ahora estamos realizando una campaña solidaria y de concienciación que se llama “Menos cohetes más juguetes”.

Integrantes de Universo TEA estarán el sábado a las 20, en la plaza Urquiza concientizando a los transeúntes sobre el uso de pirotecnia y sus consecuencias. También se pedirá un juguete para los niños de los barrios más vulnerables.

Movida en Yerba Buena

Con el mismo propósito, desde la Municipalidad de Yerba Buena, se lanzó la campaña de prevención del uso de pirotecnia sonora bajo el lema “Lo que a vos te divierte a otros les asusta”. Recordó que la pirotecnia produce altísimos niveles de estrés y ansiedad en segundos. Y es la causa de que muchas personas sean atendidas de urgencia por lesiones como quemaduras y hipoacusia por perforación del tímpano.

Restricción a las ventas

Para vender pirotecnia se debe pedir un permiso especial en Defensa Civil municipal hasta el lunes. Pero aún con ese permiso está prohibida su venta en la vía pública y en locales del cuadrante comprendido entre Santiago, Salta, Jujuy y General Paz y avenidas Sáenz Peña y Avellaneda. Tampoco se puede vender pirotecnia en galerías comerciales, supermercados, shoppings, playas de estacionamiento y plantas bajas de edificios destinados a viviendas. Según la ordenanza, para vender los locales autorizados deben estar ubicado, como mínimo, a 50 metros de distancia de escuelas, colegios, hospitales, sanatorios, pinturerías y estaciones de servicio. El objetivo todas estas restricciones es garantizar una Navidad en paz.

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