Lo nuevo: música, randas y empanadas integran el patrimonio vivo

Lo nuevo: música, randas y empanadas integran el patrimonio vivo

 gentileza prensa municipalidad de san miguel de tucumán gentileza prensa municipalidad de san miguel de tucumán GENTILEZA PRENSA MUNICIPALIDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN
07 Diciembre 2019

GUSTAVO ADRIÁN CALLEJA

Abogado especializado en legislación del patrimonio cultural

Lo apropiado al hablar de patrimonio inmaterial -regulado en la provincia por la ley 7500, modificada por la ley 8645- es referirse a él como patrimonio vivo. Básicamente, se trata de manifestaciones culturales que se reproducen y multiplican en una comunidad y de las cuales el resto de la humanidad puede aprender y beneficiarse. Otras de las características distintivas del concepto de patrimonio vivo, según la Unesco, es la continuidad a través de las generaciones y que no sea contrario a los derechos humanos.

La ley de Tucumán lo define como toda expresión del acervo popular que expresa la identidad de un grupo. Entre esas manifestaciones se encuentran el Septiembre Musical, la empanada tucumana (en el contexto de la Fiesta Nacional de la Empanda) y la técnica de la Randa del Cercado. También se han realizado estudios sobre la técnica de construcción del Sulky Simoqueño.

LA TÉCNICA DE LAS RANDAS.- Forma parte del patrimonio vivo de Tucumán, un concepto referido a los bienes culturales intangibles que constituyen la identidad de los pueblos. En El Cercado (Monteros) se preserva este legado. LA TÉCNICA DE LAS RANDAS.- Forma parte del patrimonio vivo de Tucumán, un concepto referido a los bienes culturales intangibles que constituyen la identidad de los pueblos. En El Cercado (Monteros) se preserva este legado.

Si bien a prima facie el patrimonio vivo es valorado desde el turismo, no es el único objetivo que el Estado debe perseguir. Se trata de una herramienta ineludible para la comprensión de la diversidad cultural, la convivencia en el respeto y valoración de las identidades culturales, el desarrollo local y la construcción de ciudadanía.

La gestión del patrimonio vivo por parte del Estado excede el paradigma de protección de “bienes” patrimoniales. Al ser su objeto la diversidad cultural exige un tratamiento transversal que combina la gestión patrimonial, cultural, artística y productiva. El desafío principal del concepto de patrimonio vivo es el abordaje a la diversidad, potenciando los procesos de empoderamiento comunitario y sobre todo el respeto y fomento de las formas de vida y producción diversa.

Su abordaje debe ser equitativo según las necesidades de cada comunidad. Ello implica un trabajo territorial y que al encararse se tenga en cuenta el consentimiento libre, previo e informado de dicho grupo social con el que se intenta forjar un vínculo.

El ejemplo más claro es la randa, que fue acompañada por la gestión municipal, la provincial, la universitaria e incluso la nacional, que la postuló a Patrimonio Vivo de la Humanidad en la categoría Buenas Prácticas. Las manifestaciones más claras están en la artesanía auténtica, la producción folclórica, la gastronomía, los imaginarios y prácticas sociales que están muy arraigados en todas las ciudades de la provincia, de los pueblos originarios, de las colectividades extranjeras, en las comunidades asociadas a la producción -por ejemplo la azucarera, la ferroviaria y la rural-, entre otras posibles.

TRIBUNALES.- El Palacio, inaugurado en 1937, ocupa la manzana en la que funcionaba el viejo Mercado del Sur. Lo construyó la empresa Sollazzo SA. TRIBUNALES.- El Palacio, inaugurado en 1937, ocupa la manzana en la que funcionaba el viejo Mercado del Sur. Lo construyó la empresa Sollazzo SA.

La provincia forma parte del proyecto Qhapaq Ñan (Sistema Vial Andino), que contempla un plan para el patrimonio vivo que se desarrolla en su área de influencia. Dentro de la producción de artesanos auténticos se destacan, entre otros, peleros teleros en Simoca, alfareros de la Comunidad India Quilmes; de la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle; de la Comunidad Indígena del Pueblo Diaguita del Valle de Tafí y de San Miguel de Tucumán; el trabajo en cuero de San Pedro de Colalao; y la cestería en Quilmes, entre muchos otros.

En la producción folclórica existe un relevamiento de fiestas populares encarado por la Dirección de Patrimonio Cultural y el Estado nacional propuso un programa denominado Festejar, que con distintos resultados intentaba ayudar al financiamiento de fiestas populares. Entre los muchos y muy importantes aportes al folclore, legados como el de Leda Valladares y Mercedes Sosa necesitan comunicarse a la comunidad y mantenerse vivos.

Un desafío interesante sería clasificar los tipos de patrimonio vivo a proteger, su abordaje según se trate de patrimonios vivos o patrimonios en peligro, planificar la sostenibilidad de las buenas prácticas y los procedimientos para facilitar a las comunidades las declaratorias y su inventario y catalogación, su estudio y el acompañamiento posterior, así como también nuevas clasificaciones para un nuevo y actualizado cuerpo legal.

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