Un día para dar

Un día para dar

En el marco de la iniciativa global “Giving Tuesday”, 110 fundaciones y organizaciones locales sin fines de lucro se reunirán en la plaza Independencia para buscar la colaboración material, temporal y espiritual de los tucumanos. Que se sumen nuevos integrantes a los voluntariados es fundamental para poder seguir ayudando y conteniendo a personas en situación de vulnerabilidad.

COMO EN AÑOS ANTERIORES. La plaza Independencia se llenará de música, colores y buenas intenciones. COMO EN AÑOS ANTERIORES. La plaza Independencia se llenará de música, colores y buenas intenciones. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ
03 Diciembre 2019

Suele afirmarse que los actos solidarios funcionan como una especie de cadena indestructible capaz de llegar a lugares impensados y de derribar fronteras. “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños. haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”, afirma el escritor Eduardo Galeano, y quizás ahí reside el gran valor de la entrega y el sacrificio. Siempre, de la mano del otro.

Como ocurre desde hace cinco años, hoy arranca una nueva edición de Un día para dar. El movimiento (con réplica en 150 países) tiene por propósito multiplicar e incentivar las acciones positivas y solidarias entre ciudadanos, instituciones y empresas.

Esta vez, son 110 las organizaciones que estarán, de 18 a 22.30, en la plaza Independencia. “Las donaciones varían mucho de acuerdo con la fundación y el proyecto que esta tenga, pero lo que se mantiene es la necesidad de sumar más voluntarios que aporten su tiempo a las causas”, explica Celeste Lugones, miembro de Solidarios en Red, entidad que organiza el evento en la provincia.

Aunque el año pasado las condiciones climáticas ahogaron la reunión, la solidaridad corre por la sangre de los tucumanos. En los registros nacionales, nuestra provincia es un referente por sus porcentajes de participación. Durante 2017, la convocatoria congregó a 10.000 personas.

“En esta fecha un concepto clave es la sinergia. La parte más linda es ver cómo se crean vínculos y líneas de contactos. Algo así como networking. Es importante que los miembros de las instituciones sepan que no están aislados. Que hay otras personas y grupos capaces de colaborar y apoyarlos”, agrega Celeste. Además, como la celebración evoca una fiesta, las actividades solidarias se complementarán con música, baile e intervenciones artísticas.

El rol de la infancia

Como novedad, este año se presentará una bandera de 20 metros de largo e intervenida con cientos de manos pintadas y mensajes positivos para encarar 2020. Por detrás el objetivo es complejo y necesario: difundir el espíritu de la colaboración y ayuda entre los más pequeños.

“Jamás se olvida lo que aprendemos en la infancia. Debemos abogar por crear ciudadanos comprometidos, atentos a las necesidades ajenas y empáticos”, afirma la entrevistada para quien los chicos vienen con un nuevo “chip” en la cabeza.

Para su posterior exposición, la insignia de tela fue cortada en cinco pedazos y llevada a diversos colegios y organizaciones no gubernamentales de Tafí del Valle, Banda del Río Salí, Monteros, Yerba Buena y la capital. Más precisamente, en los espacios donde se dictó un taller de voluntariado infantil.

¿Qué pasa si llueve?

El pronóstico anuncia que las lluvias continuarán en la semana. De ser así, el evento solidario pasará para el viernes 6, en el mismo horario y ubicación.

En la plaza:

Calle 24 de Septiembre: área de salud

Habrá stands de la fundación Payaterapeutas, la Cruz Roja, el hogar de día San José, la asociación civil Metas y Asperger Tucumán junto a otras instituciones. “En lo que se refiere a la salud hay que apostar por una mayor colaboración de los tucumanos, ya que la ayuda estatal no basta para que los discapacitados y los enfermos solventen sus gastos del día a día, en medicamentos y en equipamiento”, comenta Rosa Gerez, miembro de Capacidades Incluidas: entidad que trabaja -dentro del entorno familiar- junto a personas con discapacidad. Entre sus peticiones, la fundación requiere alimentos para el merendero, útiles escolares o ropa para desempeñar sus capacitaciones laborales. Además, el espacio funcionará como punto de referencia para averiguar sobre las pensiones y la gestión de certificados.

Calle 25 de Mayo: medioambiente y comunidad

Algunas de las entidades con las que podremos colaborar son la fundación Sí a la vida, la agrupación Barquitos de Papel, el Movimiento Fucsia, Cadena de Favores y Tejiendo Sonrisas. “Al pensar en el contexto actual notamos que hubo un mayor énfasis en la conciencia de preservación del entorno. Y, acompasado con la solidaridad, eso llevó a que los residuos puedan recircular y se piense en otras formas de consumo”, destaca Susana Avellaneda, jefa de Reciclando Sueños Autóctonos. Ellos se focalizan en la recolección de vidrios, latas de aluminio, botellas de plástico, ropa y calzado usados. Lo recuperado se dona a merenderos y escuelas de alta montaña o se usa en los talleres de reciclado.

Calle San Martín: área de educación e infancia

Tendrán su sitio en esta arteria la Fundación León, la Fundación de Ayuda al Niño Necesitado (FANN), la asociación civil Abriga Sueños y el grupo de jóvenes Acuarelas del Sur. “Lo que más nos cuesta es el voluntariado porque, en lo que se refiere al cuidado y al apoyo de los niños, hay una fuerte necesidad de contención desde lo humano. Que más personas presten el oído y entiendan la importancia de un simple abrazo”, explica Cristina Nieto, secretaria de Nuestros Infantes, fundación especializada en la asistencia de los pequeños internados del Hospital del Niño Jesús y en la contención de los familiares que los acompañan. Su mayor petición este año son pañales y ropa, tanto para las madres (que viajan desde el interior) como para los pacientes.

Calle Laprida: situación de calle y derechos

Dirán presente en la plaza la Asociación de Bomberos Voluntarios de Las Talitas, la Fundación Un Mundo Diferente, la agrupación Lazo Solidario, Grooming Argentina y Ayudar Salva Vidas. En relación con este ámbito de acción social, Nadia Amaya - de Apapachando Corazones- sostiene que el activismo se divide en dos caminos. “Hay gente que afirma no tener tiempo para hacer los recorridos y en su lugar nos brinda un aporte material. En cambio, otras personas carecen de fondos y son las que constantemente se movilizan de noche”, reflexiona la referente del voluntariado. Los requerimientos de Apapachando Corazones pasan por la recopilación de envases descartables (bandejas, papel film, vasos y cubiertos) y de productos no perecederos para cocinar. Además, se enfatiza la obtención de indumentaria y de calzado masculino (del talle 40 al 44).

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