Por Guillermo Monti
23 Noviembre 2019
Excelente | Drama/thriller - PM16 - 209’
ORIGEN: EEUU, 2019. DIRECCIÓN: Martin Scorsese. CON: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Stephen Graham, Ray Romano, Harvey Keitel, Kathrine Narducci, Anna Paquin, Domenick Lombardozzi. GUIÓN: Steven Zaillian. fotografía: Rodrigo Prieto. MÚSICA: Robbie Robertson.
Reposando sobre la silla de ruedas, en un salón del geriátrico, Frank Sheeran repasa su vida. Le dicen “El Irlandés”. Habla de la guerra, de sus inicios al volante de un camión, de cómo conoció a su mentor Russell Bufalino, de sus años a la sombre de Jimmy Hoffa. No es el cuento de un abuelo ni la confesión de un alma atormentada. Frank desgrana su historia sin pasión por medio de un relato ligero, monocorde, con toques de humor. Tan simple como él. Frank es, sencillamente, un gangster que encontró su lugar en el mundo; un asesino serio, preciso y prolijo; un hombre leal, bien educado en los códigos del hampa. Frank no saca los pies del plato, sabe quién manda, sabe lo que hay que hacer. Siempre dice que sí. Por todos esos motivos, Frank los ha enterrado a todos, amigos y enemigos. Es el sobreviviente que brinda testimonio.
Para contar esa historia, que es la historia de 30 años en la vida de Estados Unidos, Martin Scorsese emplea casi tres horas y media. Tiene todo el tiempo del mundo -y se lo toma- para construir una lección de cine con forma de legado. Tal vez sus mejores películas sean “Taxi driver” y “Toro salvaje”. Tal vez este capítulo estrenado el jueves se lea como la pieza final de una trilogía compartida con “Buenos muchachos” y “Casino”. Es demasiado grande la obra de Scorsese para ensayar juicios definitivos. Lo incuestionable es que “El irlandés” representa una cima artística difícil de empardar.
Cada encuadre, cada plano secuencia, cada diálogo, van elaborando una narrativa formidable. La música de Robbie Robertson se hace desear, aparece de a ratos, en los instantes justos. Porque hay muchos silencios -necesarios- que hablan tanto como las imágenes. Escrita por Steven Zaillan -sobre un libro de Charles Brandt- “El irlandés” es un gigantesco flashback que se permite ir y venir en el tiempo sin perder intensidad ni entregar pistas equivocadas. Los protagonistas -la mafia italiana- son un clásico en la filmografía de Scorsese que se renueva gracias a la potencia de los intérpretes. Porque si de algo se cuida Scorsese es de repetirse, por más que la temática sea un sello de su fábrica. Y la galería de personajes secundarios es, como siempre, irresistible.
“El irlandés”, vale el apunte, despliega sin complejos su condición de machista. Las mujeres están invisibilizadas, salvo por la peculiar relación entre Frank y su hija Peggy (Anna Paquin), único flanco en el que él desnuda algo de humanidad. Scorsese filmó un mundo de hombres y es en ese escenario cuidadosamente delimitado donde se desarrollan los hechos.
Será difícil que Robert De Niro (Frank), Al Pacino (Hoffa) y Joe Pesci (Buffalino) vuelvan a actuar juntos. Scorsese les exprimió todo el jugo imaginable, incluso hasta rejuvenecerlos (maravillas de la tecnología). Es más, a Pesci lo sacó del retiro para proponerle esta aventura que aborda el destino de Hoffa, todopoderoso líder sindical devenido en gran mito americano desde su enigmática desaparición en 1975. “El irlandés” se mete en esa historia y surfea además por el pulso político y social estadounidense, coqueteando entre la realidad y la ficción y tejiendo, una vez más, las conexiones entre la mafia, el clan Kennedy, Bahía de Cochinos y el negocio de los casinos. El chiste interno lo proporciona Pesci, cuando le describe a De Niro cómo es David Ferrie (personaje al que interpretó en “JFK”, de Oliver Stone).
Netflix puso los 160 millones de dólares que costó “El irlandés” y propició un estreno mundial acotado, en pocas salas, con la exclusiva misión de competir por el Oscar. El miércoles estará disponible en la plataforma, pero que a nadie le quepa duda: esta es una película para gozar en el cine.
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