Golpe duro a la ilusión de los hinchas

Golpe duro a la ilusión de los hinchas

Salvo Amalia, que últimamente logró algún adelanto edilicio, los clubes de la capital provincial están condenados a administrar pobreza.

COINCIDENCIA. Enrique Chamorro, Juan Waldmayer y César Matteucci -que concurrió con su hija Martina- piensan que fue errónea la decisión de los directivos de priorizar los torneos de la AFA antes que los de la Liga. la gaceta / foto de hector peralta COINCIDENCIA. Enrique Chamorro, Juan Waldmayer y César Matteucci -que concurrió con su hija Martina- piensan que fue errónea la decisión de los directivos de priorizar los torneos de la AFA antes que los de la Liga. la gaceta / foto de hector peralta

Desde 1977, año que se funda la Liga Tucumana de Fútbol, la supremacía de los equipos de la capital provincial resultó evidente. En las 45 temporadas que se jugaron hasta ahora, los conjuntos con sede en San Miguel de Tucumán se quedaron con 23 títulos: el 51%.

Pero también vale consignar que esa superioridad fue disminuyendo con el advenimiento del tercer milenio. En los 22 torneos que se disputaron desde el inicio del nuevo siglo, los equipos de la capital sólo pudieron rescatar ocho coronas -un 36%-. Durante ese lapso, los clubes del interior adquirieron un protagonismo que no tenían. Pero más allá del crecimiento que estos pudieran haber conseguido en estos últimos años, salvo raras excepciones, se nota un claro retroceso en sus pares capitalinos.

Para analizar los motivos que llevaron a que esto se diera, LG Deportiva convocó a Enrique Chamorro (50 años), César Matteucci (35) y Juan Waldmayer (58), quienes contribuyeron para el engrandecimiento de Sportivo Guzmán, de Amalia y de Central Norte, respectivamente. “¡Qué tristeza me da observar la decadencia en la que está inmersa el fútbol tucumano! Pero esto no es casualidad, porque a partir de aquella promocionada reestructuración que hubo en el fútbol del interior se profundizó la debacle de los clubes que estaban afiliados al Consejo Federal. Y nuestros clubes no estuvieron exentos de aquella mala decisión de Julio Humberto Grondona”, dijo “Quique”, que se recupera de una operación en el brazo derecho.

Un grave error

Chamorro coincide con la opinión de que los torneos que organiza el Consejo Federal resultan altamente deficitarios. “El gran error de los clubes de Tucumán fue desmerecer el torneo liguista e irse a participar en certámenes, que lo único que dejan es una tremenda deuda. No tengo dudas de que la Liga es mucho más competitiva que cualquiera de esos torneos de AFA. Lo que ocurre es que a la mayoría de los directivos de las entidades los deslumbra la idea de participar en esos campeonatos que sólo benefician a la entidad que los organiza”, señaló Chamorro, que se inició en las divisiones inferiores de los “Julianos”.

También considera que la falta de dirigentes aptos para ejercer sus funciones es otro de los motivos para este triste presente. “Me acuerdo que cuando jugaba en Sportivo los directivos tenían mucha capacidad para ocupar cualquier cargo en el club, algo que hoy no se observa. Además, teníamos una subcomisión de fútbol, cuyos integrantes estaban cerca de los planteles. Ya no se ve que el dirigente gestione para tratar de solucionar los problemas que en el día a día se presentan en el club. A partir de que la política desembarcó en los clubes, hay dos o tres personas que manejan las entidades y lo más triste es que no se dejan ayudar”, se lamentó el ex delantero.

Chamorro consignó que años atrás, Sportivo fuese un referente del básquet femenino. “Si no estoy mal informado, las chicas de Sportivo tienen el honor de ser las máximas ganadoras del básquet del norte. Y hoy sólo nos queda añorar aquella época dorada. Es de ilusos pretender que la gente del barrio se asocie a un club que no le otorga ningún beneficio. Por lo menos que le den un espacio físico para desarrollar el deporte que la apasiona. No hablemos de un complejo o de un salón de fiestas, que tienen los clubes que trabajan con fines sociales. Sportivo tenía un complejo en la zona de la autopista, que había sido adquirido cuando Jaime Katz era presidente, pero hace unos años lo vendió. ¡Qué tremenda decisión!”, acotó. Y contó que junto con un grupo de amigos están consiguiendo los materiales necesarios para poner nuevamente en funciones la cancha de básquet.

Una notable diferencia

“La crisis económica es el mayor inconveniente que tienen los clubes para cumplir con la función social para la cual fueron creados. Están a años luz de Atlético y de San Martín, que cuentan con una convocatoria superlativa para el medio”, dijo Matteucci, profesor de Educación Física en cuatros colegios. El ex enganche, que dejó hace dos años la actividad oficial, consideró que Amalia, en cierta forma, creció en lo deportivo y en lo edilicio. “De un tiempo a esta parte, los directivos que están manejando el club lograron consolidar al equipo a un buen nivel de competencia. Además, dotaron al estadio de una excelente iluminación artificial. Esto permite que se puedan programar partidos en horario nocturno, algo indispensable, sobre todo en la época veraniega”, acotó.

Matteucci considera que salvo Atlético y San Martín, que se pueden autofinanciar, el resto de los clubes de la provincia deben apostar a las divisiones inferiores para nutrir sus planteles de Primera división. “Se debería fomentar aun más la creación de escuelas de fútbol manejadas por profesionales idóneos, para que estén a cargo de los chicos. Pero no sólo para que los formen desde lo deportivo, sino para que les brinden la contención social que la mayoría de los pibes necesitan a tan corta edad. Se precisa que se haga docencia en una barriada como Amalia, que tienen tantos habitantes. Resulta indudable que todavía no cuentan con la suficiente infraestructura para que puedan albergar a tantos chicos que se arriman al club”, señaló el deportista, que en sus comienzos futbolísticos pasó por las inferiores de Vélez.

Decisión acertada

Matteucci observó con buenos ojos que el Consejo Federal haya sacado de circulación el torneo Federal B. “Esto posibilitará que los torneos de la Liga Tucumana de Fútbol tengan el atractivo que todos reclamábamos. En la medida en que se potencie la competencia interna, los clubes tucumanos crecerán en protagonismo en la región”, manifestó. En ese sentido, expresó su alegría porque jugadores del “Jardín de la República” se ganaron un espacio en la Selección argentina -Roberto Pereyra, Exequiel Palacios o Joaquín Correa- y por la enorme actualidad que vive Luis Miguel “Pulguita” Rodríguez. “Esto tiene que servir de incentivo para que los chicos que están en inferiores se convenzan de que con esfuerzos y dedicación, cualquier desafío en el fútbol es posible”, puntualizó.

Sin presupuesto adecuado

“No se les puede pedir demasiado a los clubes, porque la crisis por la cual está atravesando el país imposibilita al hincha a que pueda ayudar a los clubes como estos necesitan. Desgraciadamente, la mayoría son clubes de fútbol, y no cuentan con el presupuesto adecuado para intervenir en torneos nacionales. En la medida en que los directivos de las entidades no se sinceren y reconozcan que no están en condiciones de jugar a ese nivel, los clubes se seguirán endeudando y con el riesgo de terminar fundiéndose”, manifestó Waldmayer, que formó parte de aquellos inolvidables equipos de Central Norte de la década del 80, y que ahora se dedica al comercio.

El ex volante central pidió que los clubes intensifiquen el esfuerzo para rescatar a los chicos de la calle. “Esto se conseguirá cuando a la niñez se le pueda dar instalaciones adecuadas para practicar el deporte que lo apasiona. Está comprobado que los clubes bajo ningún aspecto pueden autofinanciarse. Allí es donde aparecen los políticos, que buscan a las instituciones para usarlas como plataforma para trascender. Es un tema preocupante al cual debería encontrársele rápidamente una solución”, acotó. Durante años, Waldmayer vivió en la entidad de barrio El Bosque, y se siente como un “Cuervo” más. “Ahora estoy alejado del club. Incluso a los Zamoratte (Darío y Raúl) los conozco de mi época de jugador. Me quedaron muchos hermosos recuerdos de Pedro Martín, de Alfonso D’Andrea, quienes eran directivos en aquellos momentos. Antes a los clubes los llegaban a manejar dos o tres personas y los sacaban adelante. Lo que pasa que en aquel tiempo la plata valía, y no atravesábamos la crisis en que estamos sumergidos”, dijo.

A la hora de la despedida y antes del saludo de rigor, los tres se sintieron dispuestos a aportar toda su experiencia en la materia, para que los clubes cumplan la función para la cual fueron creados.

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