Turismo Nacional: un ganador tranquilo

Turismo Nacional: un ganador tranquilo

En Viedma, “Maxi” Bestani logró su primera victoria en una final de gran nivel estratégico.

IMPECABLE. El Nissan March alistado por el GR Competición tuvo un rendimiento superlativo en el autódromo de Viedma: Bestani pudo ganar la clasificación, la primera serie y la final. Ahora, habrá que mantenerlo.  FOTOS DE DARÍO GALLARDO IMPECABLE. El Nissan March alistado por el GR Competición tuvo un rendimiento superlativo en el autódromo de Viedma: Bestani pudo ganar la clasificación, la primera serie y la final. Ahora, habrá que mantenerlo. FOTOS DE DARÍO GALLARDO FOTOS DE DARÍO GALLARDO

Sí, sonó a mucho: Maximiliano Bestani tuvo que esperar 80 carreras para ganar por primera vez en la Clase 2 del Turismo Nacional (TN). “Me tocó ir primero, perder la posición y salir segundo. Me tocó hacer podio... me pasó casi todo, pero este fin de semana fue distinto”, hizo memoria “Maxi”. El ganador de la novena fecha que se corrió en Viedma atendió su celular ya en el Aeroparque de Buenos Aires, de regreso a Tucumán. “Hice las cosas más tranquilo”, explicó sobre esa referencia a lo “distinto”. 

Bestani pudo armonizar esa experiencia de 80 competencias con lo que no había conseguido plenamente. Será que esa calma que lo acompañó desde la vuelta 12 en la que retomó la punta de la final luego de una largada negativa, fue la que tuvo en el primer triunfo de su vida, allá en 2005. “Fue en unas vacaciones en Mar del Plata. Fuimos a la pista de karting de alquiler y me acuerdo que le dije a mi papá: ‘cuando llegue a Tucumán quiero correr en karting’”. “Maxi” había ganado esa competencia informal y, al mismo tiempo, halló su pasión. Sus primos, su papá y algún otro desconocido fueron sus rivales. Ayer le ganó a Gastón Grasso y Gabriel Scordia. Si se googlean sus nombres, el buscador los autoescribirá. Son más conocidos que “los primos y papá Bestani”; de seguro también mejores pilotos también. El kartódromo de El Timbó, entonces, se convirtió en el primer destino de competencia de “Mocho” cuando regresó victorioso de Mar del Plata.

LOS PRIMEROS. Bestani llegó al sector de los ganadores y apenas se bajó recibió el abrazo de sus colaboradores.  LOS PRIMEROS. Bestani llegó al sector de los ganadores y apenas se bajó recibió el abrazo de sus colaboradores.

El triunfo se repitió en esa categoría y en otras, incluso hubo títulos en la Fórmula 4 y en la del NOA. Pero la de ayer fue la más importante y vale contextualizar. Bestani compite en una de las divisionales más parejas del país. Los tiempos que se registran, entre auto y auto, no superan las milésimas. Será por esa competitividad que Bestani apostó por una continuidad de siete años en la categoría. No cualquier piloto gana una carrera de TN. “Son autos difíciles de llevar. Puede ganar el que larga primero, el que sale quinto o al último. Todos son pilotos muy rápidos”, remarcó.

Acompañado por sus padres Mirta y Hugo, “Maxi” no se atribuyó la victoria en exclusivo. “A todo esto lo vine haciendo de la manera más profesional posible: con nutricionista, psicólogo, entrenador físico. Es un conjunto de cosas que se reflejan en el resultado. Lo teníamos merecido porque veníamos de varios años de intentar, de no bajar los brazos, de perseverancia. Me acuerdo de todos los momentos difíciles en que salimos adelante”, explicó Bestani. ¿Y cuáles son esos momentos? “Lo peor que puede pasarle a un piloto es volverse con las manos vacías porque lo hacemos por amor al automovilismo y la mayor parte del presupuesto lo ponemos de nuestro bolsillo”, reconoció. Esta vez se llevó dos copas: la oficial de la competencia y la que entregaba la lotería local. Papá y mamá oficiaron de ayudantes para trasladarlas. “Ellos estuvieron las 80 carreras. Me acompañaron a cada una. ¡Bah! Mi mamá faltó a dos nomás, creo”, cuenta el piloto.

NO SE LO PERDIÓ. Hugo, papá del piloto, es abrazado por “Maxi” que sonríe en el primer escalón del podio.  NO SE LO PERDIÓ. Hugo, papá del piloto, es abrazado por “Maxi” que sonríe en el primer escalón del podio.

En la final de Viedma hubo un apoyo más: la voz de su ingeniero. “Rafael Croceri me tranquilizó por la radio. La sensación en la última vuelta fue tremenda. Se me hizo bastante larga y la completé con los ojos llorosos”, detalló Bestani, que se vuelve con las manos llenas.

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