Crítica de cine: Ad astra: hacia las estrellas

Crítica de cine: Ad astra: hacia las estrellas

Más drama familiar que efectos visuales.

Crítica de cine: Ad astra: hacia las estrellas

Sci-fi/drama - PM13 - 122’. Muy buena

Origen: EEUU/China/Brasil, 2019. Dirección: James Gray. Con: Brad Pitt, Donald Sutherland, Tommy Lee Jones, Ruth Negga, Liv Tyler, Sean Blakemore, Bobby Nish. Guión: James Gray y Ethan Gross. Fotografía: Hoyte Van Hoytema. Música: Max Richter.

La comparación de “Ad Astra” con “El corazón de las tinieblas” es materia obligada en casi todas las reseñas que vienen apareciendo. Es que no hay forma de evitar la referencia, porque la novela de Joseph Conrad cruza la película de principio a fin. Brad Pitt es un Willard futurista y Tommy Lee Jones encarna a un Kurtz capaz de poner en riesgo la humanidad desde una incontrolable omnipotencia galáctica. Están el viaje, que no es por África sino por el espacio, las peripecias a lo largo de la búsqueda y esa idea de que el horror está a la vuelta de algún planeta. Y en el medio, con sentida voz en off, el periplo interior del protagonista.

Si Coppola transformó la obra de Conrad en una de las cumbres del cine, con la guerra de Vietnam como marco, James Gray -que es un director no menos profundo, sensible y personal-, reescribe “El corazón de las tinieblas” desde una mirada despojada del nihilismo perturbador de “Apocalypse Now”. No hay nada de thriller de ciencia ficción en “Ad Astra”, construida desde el más puro humanismo y colmada de intertextos merecedores de la máxima atención.

Estamos en un futuro ni tan próximo ni tan lejano. La conquista del sistema solar es un hecho, hay bases terrícolas en la Luna y en Marte y el desafío es descubrir vida inteligente fronteras afuera. Con esa misión partió la nave comandada por H. Clifford McBride (Jones), pero al llegar a Neptuno el contacto se perdió. Todos dan por muerta a la tripulación. Décadas más tarde una amenaza se cierne sobre la Tierra y será el hijo de McBride (Pitt) el encargado de encontrar la salida. ¿Qué tiene que ver su padre con eso? ¿Cómo prepararse para un posible reencuentro?

Los sentimientos juegan fuerte y disimularlos es imprescindible para superar las constantes evaluaciones psicológicas a las que McBride (h) se ve sometido. Es un viaje interior en el que va deconstruyéndose, y uno exterior que incluye varios pasajes de notoria belleza visual y el inevitable homenaje a “2001”, entre otros clásicos. Drama familiar y utopía futurista, todo en el mismo combo.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios