Ideologías, universidades y filósofos en el blanco de Bunge

El autor afirma que Heidegger no fue filosóficamente nazi.

EN BUSCA DE LA ACTITUD. Bunge dice que docentes y filósofos profesionales, antes que repetir, tienen que pensar EN BUSCA DE LA ACTITUD. Bunge dice que docentes y filósofos profesionales, antes que repetir, tienen que pensar
22 Septiembre 2019

ENSAYO

PROVOCACIONES

MARIO BUNGE

(Edhasa - Buenos Aires)

Mario Bunge es filósofo venido desde la física. Su obra sobre teoría de la ciencia es vasta, penetrante y ampliamente difundida. En ella se advierte inmediatamente al pensador creativo y sumamente ordenado, leíble con facilidad y crítico impiadoso de algunos temas como la filosofía académica, la universidad latinoamericana, el psicoanálisis o la pseudo ciencia. Se puede discrepar o estar de acuerdo con sus ideas, con frecuencia auténticas provocaciones, pero resulta difícil negarle originalidad a sus planteos.

Este volumen reúne 40 escritos breves donde el blanco central de sus provocaciones son los profesores de filosofía, las universidades latinoamericanas y algunas ideologías políticas.

Me detendré en sus críticas a los filósofos. Cualquier lector desprevenido pero interesado en acercarse a la filosofía, quedará debidamente informado que hay dos opiniones vigentes en las facultades de humanidades sobre quién es el mayor filósofo del siglo XX: Wittgenstein (según la tradición angloamericana) y Heidegger (según la tradición europea) Y sin embargo ambos filósofos han creado abundante chatarra intelectual que es alimentada como una hoguera por pensadores que preceden o continúan a ambos próceres filosóficos del siglo XX.

En la implacable lista de Bunge figuran Hegel, Husserl, Gadamer, Arendt, Derrida, o los locales Carlos Astrada y Genta, por ejemplo, entre muchos otros más.

Repetir sin pensar

El mal radical de las facultades de humanidades consiste en repetir más que en pensar. La docencia repite textos como si fuesen libros sagrados y la llamada investigación hace lo mismo. En consecuencia, no hay actitud filosófica entre los filósofos profesionales.

Me detengo para mostrar el estilo del libro, un instante en este escrito de Bunge: Heidegger no fue un filósofo nazi. ¿Por qué? Porque aunque fue un “nazi fervoroso y afiliado al partido desde el ascenso de Hitler al poder hasta su suicidio” (p 73) en realidad su “existencialismo no servía a la causa nazi porque no era heroico sino quejumbroso y necrófilo… había heredado del primer existencialista, el teólogo y periodista Soren Kierkegaard, la obsesión por el ‘miedo y el temblor’, ajenos a los criminales de guerra que pretendían adiestrar los nazis”.

Destaco, finalmente, cierto aire testimonial (ausente en el resto de su obra) que asumen estos escritos cuando hace referencia a sus experiencias como académico en Canadá, Argentina o México. O cuando alude a su padre y a científicos argentinos, a sus vínculos con ellos y con su obra.

© LA GACETA

JORGE ESTRELLA

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