Cartas de lectores

Post elecciones

La letra de una emotiva canción dice: “hoy todo ha pasado, renace la calma”. Por arte de magia desaparecieron las propagandas, las pintadas, las panfleteadas, las chicaneadas, las “injuriadas” y los debates. De todos estos rituales eleccionarios, solo extrañaremos las hamburgueseadas, las empanadeadas y las choripaneadas, y la gran estrella, la locreada, que varios recién la volveremos a saborear de acá a cuatro años, si esto no cambia como el candidato “camaleón”, que en la Plaza con pañuelo verde arengaba en contra del Presidente y se acopló con la candidata pañuelo celeste. Salvo algunas excepciones, poco hablaron de fraude, y como tucumanos nos la ingeniamos, y de la mano de un ex presidente “ciruja”, el “villero” dio el gran “ticketazo” y le ganaron en el partido a los “pitucos” antes de salir a la cancha. Voto castigo, lealtades, traiciones y arreglos, es la historia que viene. ¡Ganadores, a gobernar; perdedores, a acompañar! No pueden ya criticar. Ustedes eran los anteriores, el pueblo tiene memoria.

Francisco Amable Díaz

Pedro G. Sal 1.180
B° 20 de Junio
San Miguel de Tucumán

Aborto

He escuchado a Miguel Ángel Pichetto, candidato a vicepresidente, sobre uno de los temas más importantes y que es para mí el único importante: el aborto. Es que él dice que está convencido de que sí se puede abortar hasta la 12a semana. Que siendo candidato a la vicepresidencia no hará cambiar y votará en tal sentido (lo cual su voto será importante, ya que será presidente del Senado y me hace acordar al vicepresidente Cobos, cuando votó por el campo). Y es que, por ello, públicamente le digo: él dice sí al aborto, sí a matar al ser más inocente e indefenso, y por ende no me queda otra que decirle públicamente que “no”. No voy a entrar a opinar sobre si es o no traidor al peronismo, pero sí le digo que si pretende que en nuestro país se maten niños inocentes e indefensos está más que equivocado, y él supera la palabra traidor por cuanto “quien avisa no es traidor”, pero sepa que hacerme creer que hay que tener miedo a Venezuela, al comunismo, etcétera, no le sirve más. Yo quiero un país en el que toda vida vale. Espero que mi carta le llegue y sepa que no lo puedo votar, porque hace más de 20 años lucho, y consta en estas cartas de lectores; le pido se tome el tiempo de leerlas, una a una, por el niño por nacer, por ese bebé, feto o embrión; por el ser humano más indefenso e inocente que existe. Y por ello es que vuelvo a levantar mi voz por los que no la tienen, por esos bebés indefensos, aunque sean de segundos, minutos, días, 10, 12, semanas. Y en honor a su nombre Miguel Ángel, es esta carta a los lectores. ¡Que Dios y la Patria se lo demanden!

María Ofelia Sal

Inseguridad en Barrio Sur

Calle La Madrid esquina Buenos Aires. Todos saben que es una esquina de Barrio Sur; a 50 metros está la comisaría 2da. La misma es utilizada como cárcel de mujeres, un hecho lamentable. Yo, actual ciudadano de la zona, observo cómo a diario se cometen en dicha intersección arrebatos. Información para las autoridades: en los primeros países del mundo, las zonas con mayor presencia policial son comisarías y cárceles por una justa razón: si se escapa algún malviviente, ¿quién lo saldrá a buscar? ¿Yo, ciudadano víctima de la delincuencia? ¿Debería ejercer justicia por mano propia? Reclamo a las autoridades que corroboren dicha situación: transeúntes sufren robos, motoarrebatadores y rompevidrios acaparan la zona, actualmente liberada por nuestra querida fuerza policial. Pido un poco de empatía (ponerse en los zapatos del otro) con los ciudadanos.

Álvaro Gómez Omil

Situación desesperante

Escribo para llegar hasta las autoridades del Gobierno, para que me ayuden en la situación desesperante que estoy viviendo. Mi esposo, de 55 años, que se ganó la vida vendiendo frutas y verduras desde pequeño, es el único que trabaja en casa, pero el 1 y el 3 de abril sufrió dos ACV, por lo que está postrado en cama con hemiplejía, luego de haber estado internado dos meses en el Hospital Padilla. Tengo una sola hija que está entrando en la adolescencia y carezco de recursos. Quisiera que me enviaran una asistente social, para que corrobore lo que digo y tome nota de las necesidades básicas de las que carecemos, necesidades que mi esposo debe satisfacer, ya que nunca imaginamos vivir esta situación. Aunque me avergüenza tomar la decisión de pedir, porque siempre fuimos gente trabajadora, la verdad es que hoy las carencias nos desbordan.

Inés C. Zavaleta

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