La historia reciente que bulle y sangra *

La historia reciente que bulle y sangra *

Adelanto de Estallidos argentinos (Siglo XXI)

09 Junio 2019

Por Mario Wainfeld

Un ejercicio imprescindible es mirarse al espejo, autocriticar, reconocer errores cometidos. Los cronistas calzamos anteojeras, cargamos con deformaciones profesionales que contribuyen a meter la pata. El engreimiento, a la cabeza. Una plaga extendida: imitar sin notarlo al teniente Columbo de la Policía de Los Ángeles, personaje de una serie televisiva sobresaliente, prehistórica. Los episodios repetían un formato: un criminal astuto cometía “el crimen perfecto”; tramaba coartadas deliciosas, convincentes. El público veía el asesinato. Columbo, a su vez, intuía desde el primer vistazo quién era el criminal. Omnisciente, proponía y dominaba un juego entre gato y ratón. Desgreñado y querible, envolvía al criminal hasta obligarlo a confesar o “pisarse”.

The Sinner, serie de Netflix, es una variación sobre el mismo tema. Se sabe quién perpetró un homicidio pero las motivaciones son indescifrables. El detective, un antihéroe como Columbo, se obstina en comprender los móviles de un criminal comprobado, condenado ipso facto.

A menudo, los cronistas acceden al Palacio con prejuicios parecidos. Saben todo, les queda probarlo. Cosifican a los protagonistas, los reducen a una o dos facetas, simplifican universos dinámicos, mudables. La caricatura, un arte mayor a condición de no dibujarla antes de conocer al personaje…

* * *

Se simplifica de más, muuuucho. El analista económico Nassim Nicholas Taleb enciende la alarma: “Nuestros errores de predicción acumulativos sobre los sucesos políticos y económicos son tan monstruosos que cada vez que observo los antecedentes empíricos tengo que pellizcarme para verificar que no estoy soñando. Lo sorprendente no es la magnitud de los errores sino la falta de conciencia que tenemos de ellos”.

Taleb “descubrió” los cisnes negros, una subespecie escasa (ergo, existente) de esas aves tan blancas. Si damos con un cisne negro, una posibilidad estadística ínfima pero no nula, y nos caemos de espaldas, es problema nuestro. Martilla Taleb: “La incapacidad de predecir rarezas implica la de predecir el futuro, dada la incidencia de esos sucesos en la dinámica de los acontecimientos”.

La perspectiva: that is the question. Cualquier pintor o escultor evita observar solo muy de cerca y en un vistazo. Sobran científicos sociales y periodistas que desconocen esa regla del arte, cuando no la desprecian. El observador contamina la muestra, su cercanía acentúa el problema.

* Fragmento de la Introducción.

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