Qué es el porteo, la tendencia que refuerza el vínculo entre el papá y su bebé

Qué es el porteo, la tendencia que refuerza el vínculo entre el papá y su bebé

Son cada vez más los hombres que deciden usar fulares o bandoleras con anillas para cargar a sus hijos. Comodidad y mucho amor.

PRIMERIZO. Desde que Ámbar nació, Santiago usó distintos portabebés, como el fular y la mochila ergonómica. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.- PRIMERIZO. Desde que Ámbar nació, Santiago usó distintos portabebés, como el fular y la mochila ergonómica. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.-
26 Mayo 2019

Al verlos andar por la calle, como mínimo, la escena nos llama la atención: papás encorsetados con extensas telas que se enroscan -a modo de telaraña- sobre sus pechos o con varios tirantes cerniéndoles la espalda. Aunque quizás, lo más curioso es aquello que va protegido dentro de estos recintos elásticos: un bebé.

A modo de chiste, muchos de ellos se autodefinen como canguros, pero, por detrás, tienen una idea clara: decirle “no” a la distancia física de los cochecitos portabebés para probar el porteo. Un método de transporte -con raíces ancestrales- que estimula la conexión permanente con los más pequeños.

Fulares (piezas de tela alargadas para anudar), mei tai (de origen oriental y con cuatro tiras), pouches, bandoleras con anillas entrelazadas y mochilas son algunas de las alternativas a experimentar y que, de acuerdo con los especialistas, conllevan múltiples beneficios para la salud. “El porteo ergonómico ayuda a la prevención de la displasia de cadera, la plagiocefalia posicional, el reflujo y los cólicos en los lactantes”, comenta Ana Ferré de Yacumo, consultora de la escuela de porteo “Crianza en brazos”. También podemos remontarnos a otras formas de porteo, originarias de Bolivia y de Perú, como las coloridas mantas de awayo o lliclla.

Salir a la cancha

La historia de Santiago Rojas Paz con el porteo comenzó hace unos 11 meses, a raíz del curso de preparto al que asistió junto a su esposa. Allí, conocieron de qué se trataba el babywearing y, movidos por el interés y las recomendaciones de sus amigos, no pudieron resistirse. “Cuando Ámbar nació, en junio, estábamos en una época fría así que el fular fue ideal para salir a pasear. Por su estructura, el portabebé hizo que ella estuviera bien pegada a mi cuerpo, se mantuviera caliente y pudiéramos taparla con otras mantitas. En cambio, en el coche sentíamos que Ámbar estaba a la intemperie, por decirlo de algún modo, al estar alejada del calor corporal”, narra el fotógrafo de bodas.

Además, como punto extra, Santiago confiesa que estaba bastante ansioso por obtener la experiencia completa. “Como hombre, desde que empezás a percibir al bebé en la panza de su mamá, la jugás de suplente. Es la mujer quien te va contando lo que sucede y vos tenés que imaginártelo -señala-. Cuando tuve la oportunidad de poner a mi hija contra el pecho y percibir su respiración fue fantástico. De verdad sentí un acercamiento y tenía el presentimiento de que Ámbar también me notaba”.

El toque de amor

Según lo amerite la ocasión, pese a que las innovaciones tecnológicas acerquen a los cochecitos cada día más a verdaderos vehículos 4x4 (autopropulsados y con conexión wifi) la practicidad del porteo ergonómico es imbatible.

Un punto a favor: con esta técnica se evita armar y desarmar coches cada vez que uno se baja o se sube del auto, o las incomodidades que se presentan cuando hay que subir una escalera, por ejemplo. Esto fue justamente lo que mas le interesó al artesano y cantante Francisco Eduardo Cruz.

“Mi rutina demandaba que subiera muchas escaleras o tomara ascensores así que necesitaba un medio de transporte más práctico que el cochecito -narra Francisco, quien utiliza como portabebé una bandolera de anillas marrón- Mantener a Amaru conmigo me permitió mejorar la movilidad laboral pero sobre todo despertó una mayor conexión entre ambos. Sentí que lo estaba protegiendo”.

Precisamente, este hecho hace que el porteo sea asociado a la crianza con apego, una filosofía de crianza que fomenta la creación de vínculos afectivos a partir de la cercanía. “Además de tener necesidades físicas, los bebés requieren sentirse protegidos y experimentar el contacto piel a piel. Ese vínculo con sus padres o el adulto es un alimento fundamental para el desenvolvimiento de su subjetividad. Estos momentos son determinantes para el desarrollo cognitivo y determinarán la forma en que ese niño va a relacionarse con el mundo”, explica la psicóloga infantil Nancy Palomo.

¿Dónde está el bebé?

Al principio, cuando su esposa decidió comprar un fular a través de internet, Ezequiel Monteros se mostró un poco reacio a la idea. “¿No podría caerse?, ¿y si se lastima?”, fueron algunas de las dudas que lo asaltaron. Sin embargo, su opinión cambió en el instante en qué Faustina (con tan solo tres semanas de vida) se quedó dormida encima suyo.

“La primera vez que sentí el calorcito de mi hija fue algo tan lindo que no quería separarme -recuerda, enternecido, este padre primerizo-. No se trata de estética sino de bienestar para el bebé y quienes porteamos sentimos esa conexión única con nuestros hijos. El bebé siente los latidos de tu corazón como si aún estuviera en el vientre materno. Es la sensación más parecida a ser padre y madre a la vez”. (por Guadalupe Norte)

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios