Barmaids: "las dueñas de la barra"

Barmaids: "las dueñas de la barra"

Saben fusionar los sabores y los colores para que la experiencia de aquellos que se sientan del otro lado de la barra sea intensa. En el medio, buscan terminar con los estereotipos.

BARWOMANS. BARWOMANS. LA GACETA/
24 Febrero 2019

En la pasarela de madera del bar, ellas se mueven con total naturalidad. Yendo de un extremo al otro para buscar las botellas de vodka, mezclar los ingredientes en el mixer sacudiéndolos enérgicamente o decorar con hierbabuena y limón los cocktails. No son modelos pero saben fusionar el arte y los colores para que las papilas gustativas de cualquier cliente se sientan embriagas de sabor. Dentro de la profesión tienen un nombre: barmaids y, al igual que los hombres (o mejor dicho, en la búsqueda por romper con el estereotipo), también son las dueñas de la barra. Estas son sus historias.

Hace un año, Sabrina Santucho entró a trabajar como camarera en un bar de Yerba Buena y fue amor a primera vista. “Como vendedora necesitaba saber sobre tragos para poder recomendarlos a los clientes. Así que a raíz de eso comencé a estudiar la carta, le consultaba todo el tiempo a los barman sobre sus cócteles de autor y, en mi casa, practicaba por mi cuenta las recetas”, recuerda.

Barmaids: las dueñas de la barra

Hasta que un día decidió arriesgarse y le pidió al encargado del local su traspaso a la barra. Sin embargo, la respuesta no fue lo que esperaba. “Obviamente no me quedé de brazos cruzados. Cuando veía la oportunidad pedía permiso para preparar los chops o cargar el barril para que él viera que no me importaba esforzarme”, comenta Sabrina. Al final, su falta de experiencia no la detuvo y consiguió entrar a un nuevo bar donde -hoy en día- administra la barra por completo ante cualquier evento que surja.

Al igual que Sabrina, Tiffany Llobell entró al rubro coctelero hace más de un año y, en su caso, fue motivada por el arma más peligrosa: la curiosidad. “Mi amiga me sugirió trabajar en un boliche y desde ahí tomé contacto con los cocktails. Además, tenía un amigo que era barman así que cuando le dije que quería intentarlo me ayudó a ingresar al pub de su tío”, explica Tiffany, ya ducha en el arte de servir caipiroskas. A futuro, su sueño es tener su propio bar, pero hasta entonces disfruta de servirle a sus clientes. Sus drinks favoritos para preparar son el old fashioned en vaso bajo de whisky, el negroni -clásico italiano-, el colorido manhattan y la nostálgica caipirinha.

Barmaids: las dueñas de la barra

Por su parte, hay otras barmaids que pueden definirse como multifacéticas. Florencia Vaquero estudia la carrera de Diseño, trabaja como community manager, es DJ y -por si fuera poco- creó “Terra cocktails”, su propio emprendimiento de bebidas. “Se trata de envases de vidrio que contienen tragos 100% preparados y listos para servir con hielo. También vendo distintos estilos de cerveza artesanal en lata”, comenta.

En el rubro, existen tantas experiencias personales cómo mixturas de tragos y, en esta carta de barmaids, hay quienes encontraron en la coctelería su hobby perfecto para distenderse de la rutina. “Siempre me gustó la cocina y la pastelería, pero sentía que no iba por ahí mi camino. Un día pasé y vi un cartel de curso de coctelería y se dio lo que estaba buscando: algo divertido, distendido, lúdico, que pueda compartir con mi familia y amigos, y donde pueda desestructurarme”, narra la arquitecta Cielo Bujazha. El resultado: unos tragos de autor con frutas de estación y especias aromáticas que rompen con cualquier estructura.

Barmaids: las dueñas de la barra

Como garnish... la motivación

A la hora de enfrentarse a las copas vacías, ¿que inspira a este improvisado grupo de barmaids? Para Florencia no hay que crear paredes a la hora de experimentar con las recetas. “La idea de mezclar sabores y aromas me fascina, quiero dejar un recuerdo en el paladar y marcar así la diferencia. Para eso normalmente me ayudo de la música, mi otra gran pasión”, reflexiona. Aunque claro, cada tanto Florencia se cruza al otro lado de la barra para disfrutar de algún cóctel amargo y picante.

Por supuesto, también el cliente y sus gustos son el eje de cualquier testeo. “Soy de incorporar muchos criterios estéticos de mi profesión: orden, colores y formas, ya que los considero parte de la experiencia. Lo que más me mueve es el destinatario, interpretar su deseo es la base para la creación de cocktails”, describe Cielo, quien preparó para esta tarde un trago con ron especiado, reducción de frutos rojos y agua tónica llamado “Desierto rojo”.

Un shot de género

Al hablar de coctelería femenina resulta imposible no pensar en Pipi Yalour, vestida con algún accesorio rojo y una sonrisa tan fresca como tomar un bitter en un intenso día de calor. Proveniente de una familia de abstemios, los inicios de Pipi en la “movida” son igual de interesantes que los logros que viene alcanzando desde hace ya ocho años. Cómo embajadora de Campari (la marca meca del aperitivo), esta barmaid de Córdoba sirvió cocteles en bares icónicos de Italia durante la “Semana del negroni” e incluso protagonizó un corto cinematográfico.

Estas situaciones son las que le sirvieron de experiencia para conocer a sus colegas. “El tema del género en la gastronomía es algo que está puesto sobre la mesa a nivel debate pero, en los hechos, todavía queda mucho por recorrer. Lo cierto es que siguen existiendo ambientes de trabajo que no ayudan en lo más mínimo”, narra.

No obstante, para Pipi hay algunos avances que no pasan inadvertidos. “Al mismo tiempo veo que las mujeres que trabajan en la escena están muy capacitadas porque todo el tiempo se nos exige demostrar que estamos en condiciones de hacer una determinada labor”, reflexiona la experta en álmibares y fermentados.

Barmaids: las dueñas de la barra

El drink de la unión

La coctelería es una cuestión de creatividad, no de género pero cada tanto ese talento necesita ser visibilizado. Y qué mejor forma de hacerlo que a través de un grupo que difunda el trabajo de las mujeres en la barras tucumanas. “El rubro está marcado por los hombres y eso se nota cuando nos llaman a nosotras también barman. Lo que queremos hacer con esta iniciativa es apoyarnos entre todas y decir presente. Por ejemplo subiendo contenido de cómo trabajamos o compartiendo nuestras ideas”, detalla Tiffany.

A dos días de su casual creación, el grupo ya cuenta con veinte barmaids de distintas especialidades y propone convertirse en una verdadera red de contactos. Hasta entonces, lo único que resta es dar por concluida la reunión de la mejor forma posible: sentándose del otro lado de la barra para degustar, en pleno Happy Hour, todos los cocktails preparados. ¡Salud! (Por Guadalupe Norte)

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