
JOSE BLUNDA. Director de la consultora + Persona.

1. Hablando desde mi experiencia en el NOA, en los procesos de incorporación de personal o de análisis de política remunerativa, los puestos valen en función de lo que marcan las políticas privadas de cada empresa. Algo que sí marca diferencias de género es que muchos más varones que mujeres, una vez seleccionados, hacen una contrapropuesta de ingresos, accediendo a mayores remuneraciones; mientras que las mujeres aceptan las condiciones ofrecidas por la empresa. Uno de los principales obstáculos está en pautas culturales, entendiendo esta dimensión como un conjunto de comportamientos y pensamientos automáticos y costumbres erróneas. Esto profundiza la brecha. En el ámbito de la salud, las mujeres dominan en las carreras de nutrición, fonoaudiología o enfermería, que son los puestos con menores ingresos. La carrera más rentable del ámbito, medicina, muestra cantidades similares de profesionales de ambos géneros.
2. Las empresas buscan un empleado/a que sea efectivo. Que ayude a revertir nuestro gran problema de competitividad. No buscan varones o mujeres, o de tal o cual religión. Buscan personas dotadas con las competencias técnicas y personalidades necesarias para agregar valor a ese producto o servicio. Hoy el sexo no es la prioridad en el análisis de los perfiles de puestos.
3. Me parece que es una muy buena manera de nombrar este fenómeno, porque es difícil de detectar las causas que producen que más hombres lleguen a puestos de mayor jerarquía e ingresos. El hombre es más competitivo, y de sus diferentes roles en la vida, está más enfocado en el trabajo.
4. Cambiar esta orientación ayudará más a ser un trabajador global, esto excede a si es varón o mujer. Inteligencia artificial y revolución digital, están marcando las tendencias del empleo futuro. Aun así, un alto porcentaje de nuestras empresas son PyME. Son de escala humana, por lo tanto, es la persona el recurso más importante. No son corporaciones de miles de empleados, donde es la inteligencia artificial lo que determinará la experiencia del cliente, sino que es la calidez de las personas que están en contacto con los clientes lo que hará la diferencia.







