18 Enero 2019
TRADICIÓN. El libro rinde homenaje a la fundadora, Dorita Giobellina.
Con su techo de chapa, paredes de madera y un toque de rusticidad y olor a azúcar, la casa de té “La Quebradita” es una parada obligatoria en Tafí del Valle si la panza nos ruge de hambre.
No obstante, esta vez el centro de atención no está en los deliciosos submarinos o en las colaciones sino en la publicación de un libro donde las atracciones turísticas locales se reúnen con recetas de repostería y la propia historia del emprendimiento familiar.
“La idea fue mostrar el trabajo local, de la mano del tafinisto y promover el atractivo de la región. Este libro sirve en parte como guía turística porque habla de la historia de Tafí del Valle, su cultura, comidas y artesanías”, explica Santiago Sabaté dueño de “La Quebradita”.
Recuerdos con limón
En la familia de Santiago, la tradición repostera se instaló gracias a su madre, Dorita Giobellina, quien le cocinaba a sus dos hijos unas deliciosas galletas con aroma a limón y a vainilla para que comieran en la escuela.
Lo que Santiago no sabía era que, tiempo después, aquellos sabores de su infancia darían lugar a una fábrica de repostería artesanal.“Comenzamos a visitar Tafí del Valle en 1992, ahí mis padres retomaron la costumbre de armar alfajores poniendo el dulce de leche entre las tapitas y emparejando los bordes con cuchillo”, narra Santiago.
PORTADA. El libro incluye hasta recetas de varios postres y dulces. la gaceta / Fotos de José Nuno
Con los años, fue esa misma casa veraniega (fábrica de día y hogar de noche) la que comenzó a llenarse de tartas de mousse de chocolate con nueces, tortas y productos regionales. Todos ellos devorados con placer por los turistas.
Ser parte de Tafí
“Tafí del Valle desde la dulce mirada de La Quebradita”, que se presentará mañana en La Quebradita, a las 18.30, reúne fotografías de los valles, un mapa con los circuitos y atractivos turísticos e información sobre celebraciones ancestrales, testimonios de amigos y trabajadores que conocieron a Dorita, y un apartado destinado a las recetas más “icónicas” de la marca. El libro se realizó en formato bilingüe. Una parte de las ganancias del libro irá a beneficio del servicio de rehabilitación “Los menhires” y de la Fundación para albergues infantiles (FAI).
Encarado con un foco económico y social local y en un contexto de turismo rural, en el emprendimiento trabajan 40 empleados (en su mayoría mujeres). Precisamente, será una de esas mujeres, Bernardita del Cármen Díaz, una de las “fundacionales” de la popular casa de repostería artesanal, quien presentará mañana el libro. Como ella recuerda, con algunas de sus hijas vieron nacer los primeros alfajores, hechos con botellas y un vaso que usaban de molde para las galletitas. Las formas han cambiado; los sabores, no.
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