La vida misma, empalagosa a más no poder

La vida misma, empalagosa a más no poder

> CRÍTICAS DE CINE

LA VIDA MISMA | DRAMA/ROMÁNTICA - PM13 - 117’

REGULAR

ORIGEN: EEUU, 2018. DIRECCIÓN: Dan Fogelman. CON: Oscar Isaac, Olivia Wilde, Annette Bening, Olivia Cooke, Antonio Banderas, Sergio Peris-Mencheta, Laia Costa, Àlex Monner, Jean Smart, Mandy Patinkin. GUIÓN: Dan Fogelman. FOTOGRAFÍA: Brett Pawlak. MÚSICA: Federico Jusid.

Para el grueso de los espectadores argentinos “This is us” no significa nada. En Estados Unidos lo es todo: hablamos de la ficción más exitosa que ofrece hoy la televisión abierta de ese país. “This is us” es un melodrama con todas las letras y detrás del fenómeno emerge Dan Fogelman, así que el estreno de una película escrita y dirigida por semejante Rey Midas llama toda la atención. Fogelman no decepciona en lo conceptual, porque “La vida misma” representa todo lo que puede esperarse de él: romance, tragedia y lecciones morales. Una telenovela de casi dos horas, lujosa en su puesta y clásica por donde se la mire. Claro que hay telenovelas buenas y malas. Esta no es de las mejores.

Y eso que el comienzo promete, por el juego descriptivo que Fogelman propone y por las texturas de los primeros personajes que va presentando: Will (Oscar Isaac), un intelectual quebrado por el fin de su matrimonio con Abby (Olivia Wilde), y Cait (Annette Bening), la terapeuta que intenta sacar a Will del pozo. Es el primero de los cinco capítulos con los que Fogelman estructura su historia y el más logrado de todos.

Ese esfuerzo formal de Fogelman por abordar el crescendo dramático con alguna arista de originalidad narrativa -incluyendo una breve y acertada intervención de Samuel L. Jackson- va diluyéndose y desaparece por completo cuando la historia cambia su curso y salta a España. Allí toman las riendas Antonio Banderas, Sergio Peris-Mencheta y Laia Costa, trío que rivaliza en inexpresividad y plancha definitivamente un relato que ya venía golpeado desde el capítulo dos.

A esa altura está claro el truco de “La vida misma”: historias en apariencia inconexas que empiezan a cruzarse y derivarán en un desenlace que se huele a la legua. Nada nuevo, tampoco criticable si Fogelman no hubiera pecado de empalagoso y de previsible. Tanta muerte, tanto dolor, y tanto amor -por supuesto- van hilvanándose con diálogos propios de tarjetería. Las reglas básicas de la telenovela no obligan al lugar común.

Lo que le falta a “La vida misma” es cambiar tanta solemnidad por algo de frescura. Fogelman lo intenta de a ratos pero queda lejos de lograrlo y eso lo condena al cliché. Lo que funciona en “This is us” se apaga en la película.

Las actuaciones son desparejas (Annette Bening y Mandy Patinkin en piloto automático) y Fogelman no alcanza a apoyarlas en una de sus especialidades: la apelación a la cultura popular en sus textos. La voz de Bob Dylan navega a la par del soundtrack compuesto por Federico Jusid, la pata argentina del proyecto.

> También llegaron...
- Brenton Thwaites es el periodista; David Strathairn es Dios. El diálogo que estructura la película se va en generalidades. Poco para rescatar. Promedio de críticas recibidas: regular.

- Un espíritu maligno se apodera de un cadáver depositado en la morgue de un hospital. Lo que viene después es fácil de imaginar. Promedio de críticas recibidas: regular.

> El estreno perdido
Así como le había sacado el jugo a Julianne Moore en la notable “Siempre Alice”, Wash Westmoreland aprovecha lo mejor de Keira Knightley en esta biopic de la escritora francesa. El más interesante de los estrenos nacionales de la semana no llegó a Tucumán. Una vez más.

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