01 Diciembre 2018 Seguir en 
MULTIINSTRUMENTAL. La Orquesta Delio Valdez adopta las raíces colombianas, pero con su propio estilo. Prensa.-
SHOW EN VIVO
• A las 23, en el Club Floresta, avenida Colón 471.
No es la primera vez que tocan en esta ciudad, y muchos saben que su nombre es sinónimo de fiesta. La Orquesta Delio Valdez regresa con su cumbión en una noche en la que también estarán artistas locales: la murga Pechando el Camión, la orquesta Plazoleta All Stars y el grupo de danza y percusión africana Membé Guiné.
“Somos una formación de cumbia que tiene muy metido su país en nuestro sentir, el ritmo y el género. La propuesta no es solo un recital: el cumbión es la fiesta porque crea las condiciones para que la gente la pase bien y disfrute mucho”, le dijo a LA GACETA Santiago Moldovan (clarinetista). Trombón, trompeta, teclado, guitarra, clarinete, saxo, conga y caja son algunos de los instrumentos de la Delio, que presentará en el escenario del club Floresta 13 músicos y dos cantantes.
En la agenda de la noche figuran las interpretaciones de “Joyita norteña”, “La cancioncita”, “Inocente”, “La resbalona” y “La cosecha”, entre otros temas que forman para de su último disco, “Sonido subropical”.
El cumbión, recuerda el músico, es un espacio de baile para fomentar la construcción colectiva, el cooperativismo y la amistad.
- ¿Tienen una mirada propia del género?
- Tenemos una forma de interpretar la cumbia, valoramos las grandes orquestas colombianas de otro tiempo. Pero podemos encontrar influencias provenientes de Perú y México; incluso a veces del reggae y de la salsa. Cada región tiene un estilo, también están Los Palmeras, de Santa Fe... La cumbia es como un folclore propio; es muy poderosa, tiene una gran riqueza y genera una adhesión impresionante.
- ¿Y el sonido subtropical?
- Para nosotros, este es un disco de quiebre porque todas las canciones son composiciones nuestras, no son versiones de otros autores. Somos varios en la banda y en el proceso del armado y de las letras; siempre se partió de una idea principal, que luego fuimos puliendo en los ensayos. Pero la verdad es que las letras venían bastante consignadas por los autores. Como te decía, tenemos la mirada puesta en los colombianos, pero no somos tropical... Nuestro sonido es subtropical. Sentimos mucho nuestra realidad, el ritmo y el género.
- ¿De qué hablan las letras?
- No nos propusimos que las canciones hablen de algo puntual, sino que lo hagan de nuestra realidad cotidiana. Son cosas que nos pasan a nosotros en la vida, para que el público pueda sentirse identificado en algún punto. Hay algunas que hablan del amor y del desamor, hay anécdotas y hay otros temas que hablan de un lugar más ideológico. Sí tenemos una mirada política, creemos que cualquier manifestación artística es política, siempre hay ideología quiero decir. Incluso hay un guiño a cómo nos pensamos en el continente, y qué lugar ocupamos en el mundo... El sur no tiene que estar siempre debajo de todo, no creemos en eso.
- ¿Qué público tienen?
- Es curioso lo que nos está pasando; cumplimos 10 años con la banda y con el tiempo el público fue cambiando mucho. La mayoría de nosotros somos de Buenos Aires, y nos iba a ver la gente más vinculada al rock o el reggae, bien de clase media. Pero luego nos acercamos al público más tradicional de la cumbia, que disfruta de la música tropical y es más popular en ese sentido.
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