Si una franquicia no arranca, ¿no es mejor dejarla en paz?

Si una franquicia no arranca, ¿no es mejor dejarla en paz?

“La chica de la telaraña”, estrenada el jueves en Tucumán, es un paso en falso de la saga Millenium, que no hace pie en Hollywood.

SALANDER 3 Y BLOMQVIST 3. Claire Foy y Sverrir Gudnason, una pareja a la que le está faltando química.- SALANDER 3 Y BLOMQVIST 3. Claire Foy y Sverrir Gudnason, una pareja a la que le está faltando química.-

A Lisbeth Salander le aciertan un disparo en el omóplato. ¿Qué hace? Escarba con los dedos -tan difícil operación, tratándose de la espalda y de que no puede ver-, extrae la munición y sigue adelante. Mikael Blomqvist le hará el favor, más tarde, de engrapar la herida. A Lisbeth le pegan, la ahogan, la tiran contra la pared, la hacen volar por una habitación y nada. Es de hierro, o de gomaespuma. “La chica de la telaraña” transformo a Lisbeth Salander en la action hero que Stieg Larsson nunca escribió. Ese proceso de hibridación del personaje -de sufrida, oscura, magnética e infalible hacker a Rambo escandinava- refleja hasta que punto la franquicia luce sin rumbo. Tal vez sea el momento de dejarla en paz.

Lo mejor que hizo el cine con la saga Millenium estuvo en Suecia, tierra de Larsson y escenario en el que se desarrollan sus historias. De 2009 son las adaptaciones de “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, con una actriz local -Noomi Rapace- en la piel de Salander y Michael Nyqvist en el papel de Blomqvist, periodista estrella de la revista Millenium (de allí el título de la saga). A la primera la dirigió el danés Niels Arden Oplev y las restantes quedaron a cargo de Daniel Alfredson.

Salander le cambió la vida a Rapace. Hija de una actriz sueca y de un cantante de flamenco español, Rapace saltó de Escandinavia a Hollywood y por estos días se prepara para protagonizar la biopic de María Callas. Su interpretación de Lisbeth es canónica y por eso la vara quedó tan alta para quienes la sucedieron en la misión. Los fans de las novelas quedaron impresionados por la precisión con la que Rapace capturó la esencia del personaje, su estética, su discurso, sus habilidades y sus inseguridades. Brillante, ambigua y a la vez frágil, Salander/Rapace impactan y por eso las películas flotan a la altura de los mejores tecnothrillers. Lo dicho: era el cierre perfecto.

SALANDER 1. Noomi Rapace en el rol que la hizo una estrella. credito SALANDER 1. Noomi Rapace en el rol que la hizo una estrella. credito

Siempre hay un pero

Se sabe que en Estados Unidos al gran público no le gustan las películas extranjeras. Las quieren en inglés y con actores conocidos. En Escandinavia, prolífica generadora de policiales de alto vuelo, pescan los grandes estudios, las productoras de TV y las plataformas de streaming en busca de títulos y personajes a los que adaptar con prolijidad industrial. Una nueva versión de la saga Millenium se caía de madura y al árbol lo sacudieron Columbia, MGM y Scott Rudin. Lisbeth y compañía tuvieron así su reboot.

No puede decirse que a “Los hombres que no amaban a las mujeres” (devenida “La chica del dragón tatuado”) le hayan faltado recursos. Al contrario. La dirigió un artesano del thriller (David Fincher) y al guión lo escribió el por lo general impecable Steven Zaillian. Para interpretar a Blomqvist consiguieron al propio James Bond (Daniel Craig) y en el reparto aparecieron Christopher Plummer, Stellan Skarsgård y Robin Wright.

BLOMQVIST 1. Michael Nyqvist supo sacarle el jugo. De lo mejor. credito BLOMQVIST 1. Michael Nyqvist supo sacarle el jugo. De lo mejor. credito

La cuestión era conseguir a la perfecta Salander y se inició entonces uno de los castings más extensos y apostillados de la última década. La primera opción dijo no (Natalie Portman); a Jennifer Lawrence la bocharon por ser demasiada alta, y a Scarlett Johansson, por demasiado sexy. Parecía que el papel era de Carey Mulligan, pero Fincher le bajó el pulgar. Después se midió a Kristen Stewart, Ellen Page, Keira Knightley, Anne Hathaway, Emma Watson, Evan Rachel Wood y Eva Green. Y a varias más. Finalmente la elección recayó en Rooney Mara, que a decir verdad lo hizo bastante bien. Sin la profundidad ni la vibración de Rapace, es cierto, pero estuvo más que correcta.

Si bien la película, estrenada en 2011, se ubicó lejos del fracaso, falló en el intento de provocar el impacto que el estudio anhelaba. Tal vez Salander no caló en el público estadounidense con los niveles de empatía que generaba jugando de local. Puede que la frialdad de Lisbeth, inherente a su personalidad y tan propia del clima escandinavo, no haya penetrado en la dermis del espectador medio. Quién sabe. Lo cierto es que se pensaba en una trilogía pero el proyecto quedó tan frizado como los paisajes en los que Salander y Blomqvist se mueven resolviendo los misterios más macabros. Y eso que “La chica del dragón tatuado” ganó un Oscar (al mejor montaje) y Rooney Mara perdió en la pugna por el premio a mejor actriz, pero nada se le puede reprochar: la batió Meryl Streep. Puede que Salander sea imbatible en lo suyo, pero contra Margaret Thatcher fue imposible luchar.

BLOMQVIST 2. Daniel Craig lo interpretó al ritmo de James Bond. credito BLOMQVIST 2. Daniel Craig lo interpretó al ritmo de James Bond. credito

Hasta que...

La de Stieg Larsson es una vida tan intrigante como las historias que legó. Murió de un infarto a los 50 años, sin haber conocido y, por ende, disfrutado el éxito de sus novelas. Salander, Blomqvist y el micromundo que habitan quedaron en manos de la editorial Norstedts Förlag, que contrató a David Lagercrantz para que retomara el camino y de su pluma nació “Lo que no te mata te hace más fuerte”, cuarto libro de la saga. Este episodio es el que llegó el jueves a los cines tucumanos, con el título de “La chica de la telaraña”.

MGM y Rudin tomaron varias decisiones: saltearon las novelas dos y tres de la saga, sacaron a Rooney Mara del horizonte (pese a que estaba contratada para protagonizar las secuelas), se apoyaron en otro guionista famoso (Steven Knight) y pusieron el proyecto en manos del uruguayo Fede Álvarez, uno de los nombres de moda en Hollywood desde el éxito de “No respires”.

El casting de la nueva Lisbeth no resultó tan extenso, pero sí sabroso, porque parecía una batalla mano a mano entre Alicia Vikander y Felicity Jones. Hasta que en el medio apareció la actriz que enamoró a la audiencia global gracias a Netflix y a la reina Isabel II de Inglaterra: Claire Foy. Pero no, no es el mejor trabajo de Foy, tan versátil para el registro dramático que luce hasta desconcertada en medio del traqueteo físico al que se somete Lisbeth. Y eso que la película está cruzada por los secretos de la familia Salander, terreno en el que a cualquiera le brotan las emociones por más hacker de hielo que se pretenda.

ÉL EMPEZÓ TODO. Stieg Larsson, autor de las tres novelas originales. credito ÉL EMPEZÓ TODO. Stieg Larsson, autor de las tres novelas originales. credito

La crítica viene maltratando parejo a “La chica de la telaraña” y la taquilla tampoco acompaña en la medida de lo esperado. Es cierto que se intentó europeizar al máximo la producción, seguramente con la intención de devolverle a la saga su identidad. Hasta se confió a un actor sueco -Sverrir Gudnason- el papel de Blomqvist. Y está, claro, la decisión de subir a Lisbeth a un tour de force violento, propio de un Jason Bourne. De una u otra forma, la franquicia no acelera. Es más, le cuesta arrancar. A veces las señales son demasiado poderosas y ni aún así se advierten los riesgos.

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