Un papelón de alcance mundial a días del G-20

Un papelón de alcance mundial a días del G-20

FALLÓ GRAVE DEL OPERATIVO DE SEGURIDAD EN EL ESTADIO DE RIVER Y ALREDEDORES FALLÓ GRAVE DEL OPERATIVO DE SEGURIDAD EN EL ESTADIO DE RIVER Y ALREDEDORES / FOTO TOMADA DE TWITTER

A lo que ocurrió esta tarde en El Monumental se lo puede analizar desde múltiples perspectivas. Las dos que estallan primero son estas:

1-La violencia arruinó una tarde que prometía ser única. Asados que se amargaron, juntadas que desinflaron, ilusiones que se desdibujaron, bromas que se volvieron reclamos, lamentos, reproches, tristeza. Todo esto por culpa de los violentos, del odio, de las piedras lanzadas para lastimar y de los gases disparados para enfermar. 

Más allá de las consecuencias deportivas y judiciales en las que pueda derivar este papelón de alcance mundial sería preocupante que -como ocurre con frecuencia- haya personas que intenten justificar esta historia con conceptos tan dudosos como la “pasión de los hinchas”, “la locura por la camiseta” o –peor aún- el “folclore del fútbol”. 

Ser fanático de un equipo no habilita a atacar al que viste colores diferentes (ni verbal ni físicamente). Suena obvio, pero para algunos parece que no lo es.

2-Falta menos de una semana para que los principales líderes mundiales aterricen en Buenos Aires para celebrar la cumbre del G-20. 

Pero lo que pasó esta tarde en las inmediaciones del estadio de River genera cierta alarma. Frente a las pantallas de televisión que mostraban el ataque al ómnibus de Boca y las corridas posteriores en las calles cercanas al Monumental, surgió una pregunta inevitable: ¿si no podemos garantizar la seguridad de un grupo de deportistas podemos hacerlo con Trump, Merkel, Putin, Xi Jinping y compañía? 

Más allá de las elucubraciones imposibles de responder acá, lo concreto es que, como mínimo, faltó previsión y organización. 

¿Por qué el ómnibus que trasladaba al equipo visitante circuló en medio de los hinchas locales? ¿No existía algún modo de evitar este cruce? Es difícil que un partido de esta magnitud se repita en nuestro país, pero es fácil aprender de estas situaciones para intentar que no ocurran otra vez.


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