Narraciones tentadoras e inclementes

Narraciones tentadoras e inclementes

Antología de una de las mejores escritoras argentinas.

25 Noviembre 2018

CUENTOS

PÁJAROS EN LA BOCA

SAMANTA SCHWEBLIN

(Random House – Buenos Aires)

Decir que Samanta Schweblin es una de las más interesantes narradoras argentinas de este momento, es caer en una obviedad. Lo que me parece imperioso es tratar de identificar, al menos, algunos de los recursos que hacen que sus cuentos sean diferentes.

Por empezar, su tempo narrativo es constante, no decae; no busca recursos remanidos como el discurso fragmentado y la ruptura temporal. Tampoco cae en explicaciones; el texto nos va aportando los datos indispensables para seguir adelante. Y ese adelante es casi siempre hacia adentro, porque juega con nuestros propios miedos; resulta imposible no buscar nuestras equivalencias, una rara empatía con aquello que no queremos que sea, pero que inevitablemente es.

Pájaros en la boca y otros cuentos es una antología de sus textos realizada por la propia autora. Si bien pertenecen a diferentes libros, más dos que estaban inéditos, la tensión entre ellos es pareja. El conflicto (y ya sabemos que sin conflicto no hay obra) se genera casi siempre en el límite impreciso entre la realidad y la locura; o, mejor dicho, en el punto donde el delirio se apodera de la realidad.

Tela impresionista

Lo cierto es que la aridez expositiva de estos textos acrecienta nuestra sed de lectores; la dureza nos vuelve cautos, camino al siguiente párrafo; la frialdad y la intemperie del porquesí, nos hace ansiar algún dato amable y acogedor que tal vez no llegue. El telón de fondo de cada relato, puesto en imágenes, es una tela impresionista que nos atrae como un imán; como el fondo fatal de un precipicio, tentador e inclemente.

Debo reconocer que este libro me ha ayudado a hacer las paces con el género, luego de años de luchar (como lector) con obviedades de diverso calibre; y (como escritor) con un formato literario que consideraba agotado.

Convertir en algo creíble algunas situaciones que difícilmente lo sean, es otro mérito de esta selección que la autora hace de sí. Ninguna de las historias narradas es complaciente ni busca acercarnos un poco de tranquilidad, tampoco nos llevan al miedo sino a la perplejidad. Y sí, por supuesto, nos recuerdan a Raymond Carver, lo que a esta altura de lo dicho es un plus para leer a esta autora argentina, que se autopresenta a un público que tal vez todavía no la conoce, a través de 22 cuentos tan impecables como desestabilizantes.

© LA GACETA

ROGELIO RAMOS SIGNES

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