Por Carlos Páez de la Torre H
14 Noviembre 2018
LAS PIEDRAS 576. El primer edificio de la Sarmiento, en cuya construcción colaboró destacadamente el doctor Pedro N. Catalán.
El 1 de diciembre de 1890, murió en Tucumán el doctor Pedro N. Catalán, médico muy estimado en la ciudad. Junto con Ignacio Colombres, Prudencio Santillán y Alberto de Soldati, fueron los cuatro tucumanos que se graduaron juntos en la Facultad de Medicina de Buenos Aires.
Estuvo Catalán entre los profesionales que lucharon heroicamente contra el cólera en la epidemia de 1886-87, y desempeñó “con celo ejemplar” las funciones de médico de nuestro Hospital Mixto. Pero interesa marcar su actuación en el terreno de la cultura que, como se sabe, en su época se canalizaba exclusivamente a través de la Sociedad Sarmiento, fundada en 1882.
El doctor Catalán fue socio activo desde los comienzos de la institución. Se destacaba el hecho de que, cuando la Sarmiento quiso erigir su local propio, Catalán fue nombrado presidente de la comisión encargada de ejecutar la iniciativa. Según el elogio fúnebre de Adolfo Zavalía, se dedicó “con tesón al cumplimiento de su cometido, reuniendo los fondos necesarios para la obra, y hasta dio su firma a los efectos de un empréstito, en uno de los bancos, para aumentar los fondos destinados al mismo objeto”.
Zavalía resaltaba también otras muestras concretas de la generosidad de Catán respecto a la Sarmiento. Hallándose la entidad sin recursos “y no pudiendo sufragar el arriendo de una casa mientras no fuese terminado el local propio, Catalán le ofreció su propia casa, donde la Sociedad ha funcionado hasta hace pocos días, durante más de un año”.
Todo esto subrayó Zavalía al despedir sus restos. Agregó que, para recompensar su actitud, la Sarmiento lo había nombrado socio honorario por aclamación, en la última asamblea.
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