Padres e hijos llevan la misma música folclórica en la sangre

Padres e hijos llevan la misma música folclórica en la sangre

Desde La Plata llegan los Acevedo Díaz-Vaamonde con una nueva propuesta, “De la raíz a los frutos”, en la que suman a sus cuatro hijos.

FAMILIA MUSICAL. Cada uno cumple un rol en el grupo, pero todos tocan más de un instrumento. FAMILIA MUSICAL. Cada uno cumple un rol en el grupo, pero todos tocan más de un instrumento.
20 Octubre 2018

ACTÚA HOY

• A las 21, en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).

Javier Acevedo Díaz (JAD) vuelve todos los años a la provincia con su voz, su guitarra y sus armónicas. En 1986 partió a La Plata, donde se instaló, en la vida y en la música, junto a Laura Vaamonde (LV), guitarra, cuatro, piano. Ambos subieron a los escenarios como “Dos por tres”, porque en el show se alternaban como solistas y como dúo. Esta noche llegan al Centro Virla con novedades. Cuatro, para ser precisos y la cuentan ellos.

LV.- Del show participan también nuestros hijos. No nos acompañan a nosotros, sino que nos hemos dado cuenta de que, por una cuestión fortuita, son músicos extraordinarios y complementarios. Juan Pedro, el más chico de 14 años, es pianista, ya ganó concursos y está invitado a tocar en China. Juan Osvaldo (de 17 años) toca aerófonos y hace luthería de flautas irlandesas. Emilia (26 años) estudia Música Popular en la Universidad Nacional de La Plata; canta y toca bajo, guitarra y percusión. Juan Javier, el más grande, tiene 27 años, estudia dirección orquestal, toca guitarra, piano, bajo y canta.

JAD.- Con los chicos el proyecto musical se convierte en algo maravilloso. “De la raíz a los frutos” es un sueño cumplido. Surge de la madurez de tocar juntos, más la concordancia de los gustos, porque que a tus hijos les guste lo mismo que a los padres y que ellos coincidan también es inusual.

LV.- Voy a citar una frase de Johan Sebastian Bach: “los lazos que te unen con tu verdadera familia no son de sangre sino de amor y de respeto mutuo y excepcionalmente son ambas cosas”. Creo que nosotros tenemos la dicha de reunir las dos condiciones, de compartir la vida con los hijos músicos es un placer diario porque los ensayos no son forzados; son momentos de un disfrute, horas y horas de trabajo. Y cuando los padres nos vamos a hacer otras actividades, ellos siguen tocando. El repertorio está bastante signado por lo que hemos hecho los dos toda la vida, la raíz folclórica. Los chicos aportan desde sus formaciones: desde lo clásico, lo contemporáneo, el jazz y el blues, hasta la música celta.

JAD.- Cada uno aporta su personalidad y el repertorio tiene una marca registrada de mamá y papá, con composiciones propias y los infaltables, Atahualpa Yupanqui, Pato Gentilini, Peteco Carabajal, Emilio del Guercio y Marta Gómez, entre otros.

Los Acevedo Díaz llevan una vida en la música argentina y latinoamericana de raíz folclórica, con una prolífica labor en su Centro de Estudios y de Luthería en City Bell, La Plata, donde forman músicos desde edades tempranas.

De ahí el orgullo de los padres porque, del más chico al mayor de los hermanos, están muy bien preparados para asumir el compromiso profesional “De la raíz a los frutos”, clara metáfora de cómo ellos se han multiplicado -por cuatro y más- en la música.

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