Sacha, Lupe, Canela y Luna mostraron qué es un perro guía

Sacha, Lupe, Canela y Luna mostraron qué es un perro guía

Un grupo de ciegos emprendió una campaña de visibilización de los perros entrenados como guías. Algunas historias.

DE PASEO POR EL CENTRO. Cinthia Vega, Sol Campos y Patricio de Felipe acompañados por sus perros guía. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.- DE PASEO POR EL CENTRO. Cinthia Vega, Sol Campos y Patricio de Felipe acompañados por sus perros guía. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.-
12 Octubre 2018

“No me acaricies, estoy trabajando”. Como no hay peor ciego que el que no quiere ver, no falta el que estira la mano para acariciar el suave pelaje, sin importarle el cartel que lleva el perro guía en el arnés. Es lo primero que debe aprender la gente cuando ve a un ciego con su perro: no tocarlo ni llamarlo ni darle comida cuando el animal está “trabajando”. Después, si uno quiere, pide permiso al dueño y este le dará un recreo a su perro. Primera lección: los canes guía no son mascotas.

Ayer la peatonal Mendoza se alborotó con cuatro perros guía manejados por sus amos. De Buenos Aires y de Chaco se dieron cita en Tucumán, invitados por René Font (amo de Lupe) para hacer una campaña de visibilización de los perros guía. En Tucumán sólo hay dos personas ciegas que los tienen y en todo el país no hay más de 50. Las razones son el desconocimiento y la falta de accesibilidad a estos animales.

Sol Campos nació prematura hace 41 años, en Las Flores, Buenos Aires, y perdió la vista luego de tres meses en incubadora. Su vida dio un vuelco cuando conoció a Canela, una golden retriever, la raza ideal junto con el labrador para el entrenamiento para ser guías de ciegos. Es una de las primeras “egresadas” de la escuela de perros guías de Argentina, que pertenece al Club de Leones de Quilmes Oeste. Hasta ahora estos perros eran traídos de Colombia, Uruguay o Estados Unidos.

El entrenamiento es muy costoso, pero en la Argentina y otros países hay fundaciones que lo financian. “Lo primero es contactarse con el Club de Leones más cercano a tu domicilio. Después de cumplir ciertos requisitos como enviar un video y una planilla de salud quedás en lista de espera, un año o año y medio, hasta que te llaman. Se te asigna un perro y el entrenamiento se hace durante un mes junto con el animal y el entrenador”, explica.

CRUCE DE CALLE. Los animales saben cuándo se puede pasar. CRUCE DE CALLE. Los animales saben cuándo se puede pasar.

Hay un perro para cada amo, de acuerdo con el carácter psicológico, el andar y la forma de vida de cada persona. A Cinthia Vega, de Chaco, le asignaron Sasha, una labradora que ahora tiene dos años, bastante inquieta y alegre. “Para mí es ideal porque me anima a hacer muchas cosas. Yo soy traductora de inglés, tengo alumnos particulares, soy locutora de radio y además tengo tres hijos varones y un nieto. Sasha me lleva a todas partes”, cuenta. “Por ahí la gente se asusta, por ejemplo cuando subo al ascensor en la Casa de Gobierno. Pero yo les digo: no tenga miedo, que es más probable que la muerda yo antes que el perro”, ríe con ganas.

A Cinthia la gente miedosa la tiene sin cuidado, sabe que el entrenamiento que reciben estos perros les impide morder, entretenerse o andar olfateando por ahí mientras están en horario de trabajo. “Ante un peligro Sasha se sienta y no sigue avanzando aunque yo le dé la orden de seguir. Eso se llama desobediencia inteligente. Así me salvé varias veces al cruzar la calle o caminando por la vereda sin darme cuenta de que había un pozo”, dice.

ANFITRIONES. René Font y Lupe. ANFITRIONES. René Font y Lupe.

Patricio de Felipe, que es periodista, cuenta que gracias a Luna pudo amigarse con su ciudad, Mercedes (Buenos Aires), que lo obligaba a caminar muchas cuadras porque en ese lugar no hay transporte público. “Con Luna camino más rápido porque ella me allana el camino, me conduce por los lugares más seguros”, describe. Al respecto Sol agrega que con Canela se animó a caminar o correr sola por la orilla del mar.

Y la pregunta más dura: ¿qué pasa cuando el perro guía muere o envejece? A Cinthia le pasó eso. Su dulce Jacky murió de un cáncer de pulmón a los cuatro años. “Yo había quedado desolada, tuve que pedir otro perro guía y empezar todo de nuevo”, cuenta Cinthia, que también sabe que estos animales tienen una vida útil de ocho a 10 años. “Después se jubilan, como las personas”, sonríe. Y hay que buscar otro perro guía, mientras el “jubilado” se queda en casa, disfrutando de su vida de perro.

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