Cartas de lectores
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JUBILADO Y EL PAMI (I)

Les deseo feliz día a todos los jubilados de Tucumán y de todo el país. Además, quiero poner en conocimiento que la Jefatura Ejecutiva del PAMI vendió las ambulancias sin el previo permiso de sus dueños: ni siquiera nos puso en conocimiento de que iba a venderlas. Hoy no tenemos ambulancia, no tenemos una enfermera que nos atienda ni para poner una inyección o hacernos curaciones; los turnos para estudios o atención médica nos los otorgan para dentro de tres meses, y más adelante también, sin interesarles si se trata de una emergencia. Hay que exigir que la atención sea en tiempo y forma, como también brindarles a los discapacitados la dedicación necesaria. Fui a pedir un turno para estudios que me exige el mismo PAMI y tuve que peregrinar dos meses para conseguir los formularios y hacerlos llenar con un médico, para recién pedir un turno y presentarlo en el PAMI para ver si me autorizan el remedio oncológico que me recetaron. Por eso, hoy estoy sin medicación. La tarjeta que enviaron no sirve de nada. ¿Qué hacen nuestros representantes? ¿No les interesa? ¿No se dan cuenta de que es la clase más vulnerable? No sé si me queda un día o dos minutos de vida. ¡Que se haga justicia!

Clodomiro Francisco Toledo

JUBILADA Y EL PAMI (II)

Soy ama de casa, casada y jubilada, que cobra la “mínima”. Me dirijo a la interventora de la delegación Tucumán del PAMI, para solicitarle que interceda ante quien corresponda y cumplan con la promesa de abrir una oficina en Alderetes, como lo anunciaron en LA GACETA tiempo atrás. Todos los jubilados del PAMI son personas mayores de edad, y la mayoría no caminamos bien, por lo que trasladarnos hasta la Banda del Río Salí ya era muy complicado aun cuando estaban cerca del Banco, y ahora es más complejo y más alejado ya que se trasladaron a la par de la comisaría de esa ciudad. Ahora vemos con beneplácito que la interventora, por ser empleada del PAMI de carrera y con tanta práctica, nos está haciendo menos complicados los trámites para nosotras, con menos espera. Lo único que faltaría es descentralizar la atención poniendo el PAMI en Alderetes, como lo prometieron. Un diputado nacional oficialista nos visitó personalmente para pedirnos el voto y nunca más apareció, así que ahora espero que haga algo por nosotros e interceda ante el presidente de la Nación y nos obsequie una delegación del organismo. Sería un gran servicio para los vapuleados y sufridos jubilados del PAMI Tucumán, y en especial de la ciudad de Alderetes, que se lo van a agradecer.

Rita Irene Navarro

Pasaje Blas Parera 2a. cuadra S/N


Alderetes

ORQUESTA JUVENIL DE LA UNT

En el día de hoy (por ayer) apareció publicada una información sobre un concierto que dará una denominada “Orquesta Juvenil de Tucumán”. Si bien podría tratarse de un error involuntario, quisiera aclarar que dicha orquesta nada tiene que ver con la “Orquesta Juvenil de la UNT”, que existe desde hace 33 años y cuya trayectoria y prestigio es de conocimiento público. Si bien hay alguna diferencia en el nombre, la Orquesta Juvenil de la UNT es muchas veces conocida sólo como Orquesta Juvenil, ya que está instalada en el imaginario colectivo así y todos saben que pertenece a la Universidad Nacional de Tucumán (Secretaría de Extensión Universitaria). Sirvan estas líneas para aclarar lo que seguramente generará confusiones. La Orquesta Juvenil de la UNT nada tiene que ver con la hoy nombrada Orquesta Juvenil de Tucumán.

Gustavo Guersman / 
Director titular de la Orquesta Juvenil de la UNT

FERIAS FRANCAS

En vista de la situación económica, la falta de trabajo genuino y el evidente agotamiento de las arcas públicas, el gobierno nacional, al igual que el provincial, a través del INTA, de la Secretaría de Agricultura Familiar, Mesa Porcina y Caprina, etcétera, más el apoyo técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, deben seguir instrumentando planes de producción sustentable con el propósito de motivar e incentivar emprendimientos productivos naturales y sus manufacturas y artesanías. Las municipalidades y las comunas rurales no deben ser ajenas a este tipo de iniciativa. Por el contrario, debieran ser declaradas de interés público, cediéndoles sin costo alguno reducidos espacios para la instalación de dichas ferias francas, un día por semana, en los centros urbanos. En lo posible, también deberían facilitarles el transporte de sus productos. A propósito, en su origen, las actuales ferias comunitarias estaban destinadas para la oferta y demanda de productos naturales y manufacturas producidas por los propios emprendedores. Pero esta disposición se desvirtuó con el paso del tiempo, convirtiéndolas en “mercados persas”. Por citar algunas de aquellas ferias: la que se ubicada frente a la Estación Central del Ferrocarril Mitre (Corrientes al 1.000), que se instala los días viernes (foto), donde se podían adquirir productos “made in campo”. De la pobreza se sale trabajando y produciendo.

Ysmael Díaz


Mario Bravo 247


Banda del Río Salí

DE LA SOTA: IN MEMORIAM

La trágica muerte de José Manuel de la Sota deja a la Argentina sin el presidente que no fue, pero que pudo y debió haber sido. Y a sus amigos y admiradores los deja sin una alternativa que nos permita, desde las diferencias, seguir construyendo un destino común. Me permitiré en esta hora de dolor arrimar algunas viñetas para que el gran público conozca por qué él era diferente y valioso, y de esa manera un referente nato. Conocí al “Gallego” (como para siempre seguimos diciendo quienes desde entonces fuimos sus amigos) en un postgrado de actualización política de la Fundación Konrad Adenauer en San Agustín, Bonn (Alemania), en octubre de 1985. Allí, en un ambiente semimonacal, sin distracciones ni perturbaciones, fuimos anudando lazos, y por afinidades personales, estreché vínculos con José Manuel, el más joven de un grupo donde el patriarca era Antonio Salonia, ex ministro de Educación de Frondizi, y donde convivíamos varios peronistas, como Mario Krieger, ex secretario general de la presidencia de la Nación, radicales, desarrollistas y democristianos ortodoxos, como yo. Pero entre todos descollaba José Manuel, el político. Su formación recién se iniciaba, y venía marcado por muchos prejuicios y sufrimientos. No tenía los beneficios de una cultura clásica, que en realidad comenzó en ese curso, pero sí una voluntad indeclinable de ser y hacer. Es posible que haya tenido luego otros intereses, pero entonces ya demostraba su vocación, yendo hasta una casilla pública de teléfono para comunicarse diariamente con su provincia y sus seguidores, y entre ellos, principalmente, con los gremialistas. Discutíamos temas graves: que en su concepto, Alemania no era un país, ya que no tenía Ejército, idea que abandonó cuando, almorzando con oficiales en la Academia Militar de Hamburgo, uno de ellos, hijo de españoles, le dijo con gracejo y advertencia: “no creas, si nos sueltan la mano y los rusos se ponen pesados, en un mes formamos la tropa y estamos en Moscú”. Tampoco lo convencía la división de Alemania: cuando cruzamos el muro de Berlín, todavía existente entonces, y vio que familias con miembros de un lado u otro tenían sólo 15 minutos para verse en la frontera, y cuando pudo comparar la gris miseria del sector Este con la espléndida prosperidad del sector Oeste, comenzó a repensarlo todo. Esos y nuestros dramas argentinos ocupaban las tertulias nocturnas, donde, quizás en forma natural, iba tomando forma el dirigente que luego fue: entregado por completo a su vocación, riguroso en la administración de su tiempo (para poder hacer política), agradecido a su mentor don Antonio Cafiero (que lo había ayudado en todo), lector insaciable, y abierto en su madurez a todas las alianzas constructivas (como la Unión por Córboba, por ejemplo). Concedió un lugar de privilegio a los distinguidos intertidales del partido Demócrata Cristiano, convocándolos a su gabinete cuando fue gobernador, y al ejercicio de bancas provinciales y nacionales. Así son los grandes hombres, y ese es el ejemplo que nos dejan: de ese modo no mueren, sino que nos acompañan.

Tiburcio López Guzmán

LA LUCHA CONTRA EL ALZHEIMER

Con gran acierto en una nota del día 20/9 de LA GACETA, se afirma que los cuidadores de pacientes con Alzheimer tienen mayor riesgo de enfermarse, sobre todo por la sobrecarga que experimentan aquellos cuidadores primarios, que en muchos casos son familiares directos. Como cuidadora de un familiar con Alzheimer celebro las acciones locales implementadas, tanto desde el tercer sector como desde lo público, para visibilizar la patología y su prevención. Entre estas, merece atención el papel que cumplen los cuidadores. Recientemente, un estudio de la Universidad de San Pablo, Brasil (Araujo de Amorim, Campos Pereira y Forlenza, 2017) encontró que aquellos cuidadores, con un repertorio de habilidades sociales saludables, particularmente la expresión de sentimientos y el autocontrol de la agresividad, se percibían con mayor bienestar y una mejor calidad de vida, experimentando menos niveles de estrés al momento de las tareas de cuidado. De esto se infiere que aprender y practicar habilidades sociales más saludables, repercute no sólo en la salud del cuidador sino también del paciente que necesita de vínculos estrechos para redescubrir “todo el tiempo” un mundo que le resulta desconocido. En tiempos de relaciones efímeras y de ideales más individuales que colectivos, practicar habilidades sociales y cultivar relaciones cara a cara, mutuamente satisfactorias, con expresión de afectos y reciprocidad, resulta ser una gran apuesta para aquellos que somos cuidadores de pacientes con Alzheimer. Sería muy oportuno que pudieran implementarse políticas públicas que contemplen la estimulación de estos recursos sociales, no sólo en estos casos sino con otros grupos y en diversas edades, como una directriz para mejorar la calidad de vida de la población.

Ana Betina Lacunza

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