Conflicto entre la UNT y los ocupantes de Horco Molle: añeja disputa por predios en la Reserva

Conflicto entre la UNT y los ocupantes de Horco Molle: añeja disputa por predios en la Reserva

La Universidad quiere que los vecinos del barrio junto al CAPS reconozcan que es propietaria de los terrenos. El vecindario está dentro del parque Sierra de San Javier. La población está instalada allí desde antes de la creación de la UNT. Tienen muy baja tensión eléctrica.

EL CORAZÓN DEL BARRIO HORCO MOLLE. La cancha y la plaza del vecindario. FRANCO VERA / LA GACETA EL CORAZÓN DEL BARRIO HORCO MOLLE. La cancha y la plaza del vecindario. FRANCO VERA / LA GACETA

Las 120 familias que ocupan un predio de la Universidad en Horco Molle están estrechamente asociadas con la UNT y negociar su situación legal va a ser difícil. Los funcionarios dicen que no las van a sacar pero tratan de acordar que firmen un acuerdo de tenencia precaria a cambio de reconocer la propiedad de la UNT. Los pobladores replican que tienen miedo de firmar y que, además, sus familias están ahí desde muchos años antes que la misma universidad.

Es un barrio. Se llama Horco Molle (igual que el que se encuentra en avenida Perón y Saavedra Lamas) y está ubicado al este del CAPS de Horco Molle, en la subida a la escuela de Agricultura, dentro de la Reserva Experimental de Flora y Fauna. De hecho, bajando desde el CAPS por la llamada calle de la Reserva se accede a la escuela “Juan Antonio Medina”, la capilla y la plaza con el club del barrio. Y una “proveeduría” que usan a diario, casi como drugstore, los alumnos de la escuela de Agricultura. Hay 135 viviendas en medio de los árboles y nadie diría que en ese lugar apacible hay una tensa negociación que lleva años, sobre todo por esa estrecha relación casa de estudios-pobladores: el 60 % de los vecinos trabaja para la UNT. “Esto fue así desde siempre”, dice Próspero Medina, de 85 años. “Nuestros padres estaban acá desde antes de que la Nación le extropiara los terrenos a Frías Silva. Eran 12 hectáreas de cañaverales y también de citrus. “Yo ya trabajaba acá a los 15 años”, añade. Las familias son pobladores que llegaron a trabajar en lo que era una selva de yungas a fines del siglo XIX, dice.

Cuando la UNT se hizo cargo de los terrenos, a partir de 1948, contrató a los mismos trabajadores para seguir con los citrus y la caña.

¿Quién posee la tierra?

¿Dónde está el problema, entonces, entre la universidad y los pobladores? En la posesión de la tierra. Además de las casas alrededor de la calle de la Reserva, hay familias ubicadas en una veintena de casas al oeste del CAPS, entre la ruta que lleva a la Escuela de Agricultura y el río Muerto.

Las familias han ido creciendo con el tiempo y los hijos fueron ocupando lugares junto a las casas de los padres. La UNT teme que se sigan extendiendo, e incluso hay personas que han iniciado juicios de prescripción para obtener títulos de terrenos, como fue el caso de Carlos Martín Medina, a quien la Justicia le rechazó el reclamo, en un fallo que estableció que el predio es propiedad de la UNT. “Él no vivía en este lugar, y otros parientes de él, que sí viven acá, desistieron del reclamo de prescripción”, explica Cristian Olea, referente de los vecinos. Y la queja es que, en medio de la negociación, la UNT, que paga la luz de un medidor comunitario, no accede a que EDET ponga un transformador más potente para que haya más tensión de energía en el barrio. “Al final de la calle de la Reserva hay tensión de 80 voltios o menos. No pueden tener un lavarropas, la tele y la heladera funcionando a la vez”, agrega. Y Próspero reniega porque “EDET le da la luz a cualquier asentamiento precario y a nosotros desde hace 20 años nos exigen que firmemos un papel de tenencia precaria”.

LA CALLE DE LA RESERVA. Es el principal acceso al barrio Horco Molle.  LA CALLE DE LA RESERVA. Es el principal acceso al barrio Horco Molle.

El secretario general de la UNT, José Hugo Saab, dice que la Universidad les pide “simplemente, que reconozcan que la tierra es de la UNT y nosotros dejarlos vivir y ayudarlos a tener sus comodidades, que tengan sus propios medidores de luz”. Añade que “hay cláusulas específicas que dicen que se respeta de por vida su derecho a vivir ahí”, y destaca que “ellos tienen que ser cuidadores para que no se instalen más casas, que no se siga ampliando el barrio”. El encuentro previsto para esta semana se postergó y se espera otra reunión el miércoles. Pero Próspero expone los temores de los abuelos del barrio: “Acá hace 20 años que nos convocan a reunión con el pretexto de regularizar la situación. Pero tenemos que firmar la nota aceptando a la UNT como propietaria y que nosotros, en lugar de poseedores, seamos tenedores precarios. El día de mañana nos van a poner un carro helvético, un camión para que nos vayamos y nos van a decir ‘usted ha firmado’. Nosotros sabemos que tenemos derecho adquirido. No lo podemos tirar por la borda”.

“Una relación muy buena”

La escuela primaria funciona allí desde 1966

En 1966, con el barrio constituido, la UNT entregó el edificio de unos laboratorios ubicado en la Calle de la Reserva para que funcione allí la escuela. Es de tipo rural, multigrado, de jornada completa, a la que van 46 chicos del barrio, de la Olla y de la zona, desde jardín hasta 6° grado.

“No es una zona vulnerable pero sí necesita que los chicos estudien de muchas formas”, dice la directora, María Magdalena Villagra, que además es maestra que integra chicos de 1° a tercer grado. Cuando se reciben, algunos van a la escuela Italia de El Corte, a la de Comercio Miguel Lillo en barrio Viajante, y algunos a la de Agricultura.

“La relación con la UNT es muy buena. Yo digo que nos mima. Si tenemos problemas, se rompe un banco, vienen en el acto de construcciones escolares de la UNT y lo resuelven”, dice la “señorita Mara”.

“No se está expandiendo”

Debate sobre los límites del barrio

Ramón Valdez, vecino, dice que el temor de la UNT de que se extienda el barrio es infundado. “Hace un tiempo la Universidad envió un agrimensor para registrar terrenos y familias. Y no ha crecido demasiado, incluso hay terrenos libres. No se está expandiendo”.

Incluso -añade- “nosotros hemos ayudado a evitar que se asienten personas en la parte baja de la reserva”. Al respecto, el secretario general de la UNT, José Hugo Saab dice que es importante que ese compromiso quede establecido en el acta acuerdo.

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