“No se puede salir ni a barrer la vereda; tenemos que vivir encerrados”

“No se puede salir ni a barrer la vereda; tenemos que vivir encerrados”

Vecinos y comerciantes de ese sector de Villa Amalia se quejaron por la falta de seguridad.

INCA GARCILASO Y 9 DE JULIO. La esquina donde el comerciante fue abordado por una banda de motochorros. LA GACETA / FOTO DE Antonio Ferroni INCA GARCILASO Y 9 DE JULIO. La esquina donde el comerciante fue abordado por una banda de motochorros. LA GACETA / FOTO DE Antonio Ferroni
29 Agosto 2018

“Es una zona muy peligrosa. A mí me quisieron asaltar hace una semana. Llegaron en un auto y quisieron entrar”, contó Sebastián, quien atiende un drugstore de 9 de Julio al 1.800. El empleado se quejó por la ausencia de policías. “Aquí de noche no hay nadie. Y los fines de semana es peor. Abundan las peleas, los asaltos y los robos a motociclistas”, expresó.

María vive hace 40 años en Inca Garcilaso al 400. Contó que a ella le robaron puertas, ventanas y hasta un juego de baño de su casa. “Hay mucha inseguridad. El problema es que este no es un barrio de ricos y no tenemos dinero para pagar seguridad privada”, se quejó.

“Esto es intolerable. Hay arrebatos todo el tiempo en las paradas de colectivos. Es un barrio desolado y no hay policías. No pasan nunca”, se lamentó René Romano, otro vecino.

Alicia Rojas, otra residente, coincidió con sus vecinos. “La Policía pasa una vez cada tanto. Tenemos que encerrarnos. Ya no se puede salir ni a barrer la vereda”, opinó. “A mí me robaron dos veces mientras esperaba el colectivo. Cosas así pasan todo el tiempo”, agregó.

Zulma Gaitán reside en 9 de Julio al 2.000. Contó que semanas atrás, a su yerno le gatillaron tres veces para robarle la moto. “Lo salvó un taxista que se dio cuenta y entonces los ladrones escaparon. Llamamos como 10 veces al 911 pero nunca vinieron”, relató.

Javier atiende una despensa ubicada frente al domicilio de la familia Terraza. Atiende a los clientes detrás de una doble reja. Asegura que desde ese lugar observa robos callejeros constantemente. “Nadie está seguro, mucho menos en las paradas, es impresionante cómo roban”, expresó.

El comerciante recordó un caso ocurrido el domingo pasado, a plena luz del día. “Fue alrededor de las 11. Dos motochorros atacaron a una mujer; la golpearon para quitarle el celular”, contó.

Según los vecinos y comerciantes consultados por LA GACETA, los motoarrebatadores prefieren esa zona por la ausencia de policías y por la facilidad para escapar. “Vienen a robar de la zona este, sobre todo de Toledo, de la chimenea de Villa Amalia y del barrio Alejandro Heredia”, señaló un vecino que pidió que su nombre no trascienda por temor a represalias.

En la Policía se informó que reforzarán la presencia policial y que harán más operativos sorpresa.

LA GACETA cuenta con un canal directo para que los lectores puedan difundir los hechos de inseguridad de los que fueron víctimas. Los datos (que también pueden estar acompañados por imágenes y videos) deben ser enviados vía WhatsApp al número 381-6311910.

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