Cartas de lectores
25 Agosto 2018

LA DESAPARICIÓN DE UNA HIJA

Me tocó vivir, lamentablemente, una de las situaciones más angustiantes de mi vida: la desaparición de mi hija. Por suerte, y gracias de Dios, fue por espacio de algunas horas, las suficientes para sentir que se me acababa el mundo, que nubarrones negros se cernían sobre mi familia. Hoy doy gracias que todo vuelve a encauzarse. La preocupación de la sociedad y de los amigos se vio reflejada en las redes sociales; hoy, después de superar esta triste contingencia, veo la necesidad de agradecerles públicamente a todos y contar cómo se dieron los hechos que precedieron a la localización de mi hija. En este contexto de angustia y desesperación, debo agradecer el trabajo impecable y con mucha nobleza que desarrollaron la Policía y, fundamentalmente, dos dependencias del Ministerio Fiscal: Búsqueda de Personas y el Equipo Científico de Investigaciones Fiscal. Desde un primer momento, los funcionarios del Ministerio Público me acompañaron. Compartí con ellos el trabajo que desplegaron desde las 18 horas, hasta que llegó el alivio cuando mi hija fue ubicada alrededor de la 1 de la mañana del día 17 de agosto. Observé con qué capacidad comenzaron la búsqueda de datos en las redes sociales y cómo los expertos navegaban y clarificaban situaciones. Es más, establecieron contactos con la Policía Aeroportuaria y con el Registro Nacional de Personas Extraviadas en Buenos Aires. Cuando la situación comenzaba a arrojar luces reales de solución y mi hija había sido localizada, tuve conocimientos de que el ministro fiscal había dispuesto que un funcionario me acompañe hasta Capital Federal, en el primer vuelo de día, para coordinar acciones con las fuerzas policiales. Fue esta una situación que sólo me cabe calificar como horrible. Mi familia vivió momentos de mucha angustia. Por la resolución que tuvo la desaparición de mi hija, debo decirles a aquellas familias que tengan que pasar por algo parecido, que no duden en recurrir a donde yo lo hice. Que no pierdan tiempo, como yo no lo perdí. Y con seguridad, recibirán el mismo trato que recibí yo. Por fortuna, hoy puedo comentar la profesionalidad puesta de manifiesto por los especialistas del Ministerio Público y de la Policía. A todos un gracias enorme y que sigan al servicio de la sociedad, como lo hicieron conmigo. Quiero, además, dar enormes gracias a todas aquellas personas que colaboraron de una u otra manera, a los amigos y familiares que recorrieron las calles, a los que compartieron una foto de alguien que quizás nunca vieron en su vida, con la esperanza de que alguien pudiera haberla visto; a los que se alegraron cuando fue hallada, y muy especialmente a todos aquellos que se enojaron y me reclamaron por lo que había sucedido, porque me hicieron ver que los tiempos que vivimos requieren que los padres tengamos un nuevo rol en la lucha contra el acoso y el grooming, que a la gente de mi generación le resulta desconocida en absoluto. Todos hemos rememorado la crianza y los cuidados que hemos recibido cuando niños y hemos tratado de emularla, al menos los que consideramos que ha sido sólida y con herramientas para enfrentar el mundo; pues bien, todo esto me ha hecho caer en la cuenta de que en este mundo, donde la virtualidad ha alcanzado un peso igual o superior a la realidad en que pretendemos criar a las hijas, nuestra atención debe llegar mucho más allá de lo que jamás imaginamos. Prometo a todos que, en adelante, vamos a tratar de ser los mismos padres amorosos, pero que, de alguna manera que aún desconocemos, vamos a estar atentos a esas pequeñas señales que en el pasado juzgamos con un simple “bueno, ya le pasará”. Muchas gracias desde el corazón de un padre golpeado, pero aún de pie.

Mauricio Segundo Flores

SAN FRANCISCO (I)

Comparado con el trozo de revoque que se desplomó (del frente de la iglesia San Francisco, en 25 de Mayo y San Martín), lo que puede entrañar verdadero peligro es el desprendimiento de partes de la cornisa por el crecimiento de los árboles en sus grietas, que fueron alcanzadas, en su tiempo, por semillas (de distintos tipos de árboles) de lapacho, tarco u otra especie arbórea. El crecimiento del diámetro del tronco de esos árboles provocará una fisura que posibilitará que se produzca el desprendimiento de parte de la mampostería. Muchos edificios de esta ciudad tienen ese problema. Esto constituye un peligro para los transeúntes que se desplazan por las veredas de esos inmuebles (y en particular por la ochava que ocupa el viejo templo católico).

Carlos Duguech

SAN FRANCISCO (II)

La reparación del templo de San Francisco debería estar en manos de los fieles católicos. Si 500.000 tucumanos pusiéramos $ 20 cada uno, monto con el que no se compra ni medio sándwich de milanesa, recaudaríamos $ 10 millones. Entonces, sólo es cuestión de organizarse nomás.

Juan Manuel Aragón

CENSURA PREVIA EN LA UNT (I)

Las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) no cesan de avergonzar a la comunidad académica. La parafernalia de pasos en falso que desde hace años rebajaron a una de las mayores universidades del país, a una lamentable oficina de intereses políticos que imparte cierta formación cada vez más imperfecta, ahora suma la censura. Un artista ha sido borrado de cartelera de nuestro teatro, sólo por decir lo que piensa. Difícilmente se pueda encontrar alguien ligado al ámbito de la cultura que pueda explicar que una institución supuestamente académica, ejerza censura por hablar, casi por pensar. La única explicación es la política, política de la peor que quisiera eliminar al que piensa diferente. Pobre ejemplo para los miles de jóvenes que aún pueblan nuestras aulas. Que explique el rector dónde quedó la democracia, dónde las conquistas de la Reforma del ‘18, con las que les gusta llenarse la boca a tanto pseudoprogresista de los que pululan por la oficinas de la UNT. Porque la Universidad se rebajó a sólo eso: una oficina.

José E. Lazarte

CENSURA PREVIA EN LA UNT (II)

Con estupor, incredulidad y vergüenza ajena leo sobre la suspensión de la presentación del artista Alfredo Casero en el Teatro Alberdi de nuestra ciudad, por parte del Rectorado de la UNT, fundando la decisión en la “postura histórica de nuestra Universidad referida a los derechos humanos y en defensa de las políticas de memoria, verdad y justicia”. Y todo porque Casero se permitió dudar de la veracidad de datos vertidos por organizaciones de derechos humanos. ¿Acaso se ha abolido el derecho a dudar, es decir, a pensar? ¿Son sagradas las agrupaciones de DDHH (Derechos Humanos)? Me pregunto: ¿dónde quedan los derechos humanos del humorista, que se ve censurado por sus expresiones en un programa de TV? ¿Y los de sus seguidores? ¿De qué estamos hablando, por favor? ¿Acaso viajamos en el túnel del tiempo y volvimos a la Edad Media, a la época de la dictadura militar? O, sin ir más lejos, ¿volvió el kirchnerismo al poder y no nos enteramos? Parece que los funcionarios de la UNT olvidaron la etimología de la palabra: “universitas”, asociada a “universo” y “universal”, todos términos que connotan multitud de cosas diferentes pero con sentido de unidad. Tengo entendido que una universidad pública (sostenida por nuestros bolsillos) debe albergar en su seno todas las voces de una comunidad, sin excepción. Podríamos todavía entender la suspensión del show en un teatro de Salta de propiedad de un particular, pero aquí, en “nuestro” teatro universitario, el hecho mencionado excede todos los límites de lo imaginable. Por favor, ¡reaccionemos! No podemos permitir que algunos militantes fundamentalistas mancillen la dignidad y la reputación de nuestra Universidad.

Ana Lía Toledo

LOS CUADERNOS

Los conceptos vertidos por el presidente de los argentinos, Mauricio Macri, con respecto al caso denominado de “los cuadernos”, serán los que modificarán el futuro del país. La economía es la que va a determinar cómo viviremos los próximos meses. Un panorama pésimo y de mal gusto para concretar un futuro pródigo. La fatalidad ya está marcada, y los conceptos expresados nos convocan a una reflexión fatalista: nos presagia lo peor para la República. Me pregunto, ¿los días que se avecinan serán trágicos? En estas condiciones no se puede edificar nada. Estamos en un vaciamiento de esperanzas, cruel y sin rumbo. Con cada descubrimiento de corrupción retrocedemos, sin evaluar que, en estos tres años transcurridos con este nuevo gobierno, no se construyó nada.

Carlos Rubén Ávila

ROTONDA Y RAMPAS

Al trasladarme a Yerba Buena por avenida Belgrano (cosa que hago con bastante frecuencia por trabajo y por familiares residentes), no puedo evitar el desagrado que me produce llegar al Camino del Perú. No sé si corresponde a la Municipalidad capitalina, a la de Yerba Buena o a ambas, y me estoy refiriendo a la rotonda con semáforos que produjeron un caos desde el minuto uno de su instalación. Hay un denominador común: con la gente que aborda el tema la idea es compartida: achicarla o desarmarla totalmente y habilitar giro libre, con precaución, a la derecha. Para qué hablar del “retardador” en la entrada a un country, propio de la incompetencia y falta de sentido común de quién lo diseñó, dimensionó y de los que autorizaron su ejecución. Ya se produjeron incidentes; entonces, ¿pretenden prevenir accidentes con otro accidente? Así es que fui a recorrer el circuito chico con amigos de Córdoba, dos de ellos vinculados al automovilismo y uno actualmente en actividad en la división rally y surgió la pregunta: ¿y esta lomada? (término usado en la actividad), y yo sin argumento para responder, porque si viene alguien circulando ágil, y no conoce el lugar, es un pasaporte al más allá. Esto podría reemplazarse con “pianitos” similares al borde de las autopistas, que producen un zumbido en los neumáticos que son para “avisar”, no para destruir el vehículo. Esto en Europa, y sobre todo en EEUU, se hace cargo el municipio, distrito, condado (o como se llame), pero acá la posibilidad sería la misma que ver al Conde Drácula haciendo cola para donar sangre. Otro detalle a destacar: cuando alguien quiere entrar a Yerba Buena, por calle Moreno, si no vive en el lugar, seguro se pasa de largo, porque hay un tímido cartelito blanco -en la penumbra- que indica el ingreso, en vez de una flecha de led intermitente. En estos días, una lectora se quejaba por el ritmo de las obras en la Solano Vera, pero veo que pusieron énfasis en avenida Aconquija con canteros, garitas de troncos y otros adminículos vistosos y agradables, inspirados tal vez en Villa General Belgrano u otra localidad serrana, más los bares y confiterías realizados con muy buen gusto. Pero si dobla un par de cuadras, se encuentra con una postal de la Franja de Gaza (calles rotas, filtraciones, hundimiento, etcétera) o con una favela en algunos casos, y esto hace suponer que se intenta vender un póster de algo que no es. Yo resido en la Capital y pasa lo mismo (pero estamos con la peatonal, embellecimiento de la Plaza Independencia, etcétera) y las cuestiones de fondo quedan en el archivo, o sea que Tucumán parece un mal endémico, cosas que en otras provincias están totalmente resueltas.

Alberto Antonio Segulja

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