Abren el juego por el ordenamiento territorial

Abren el juego por el ordenamiento territorial

Tucumán necesitaba una ley de estas características que permita proteger los osques nativbos en todo momento y lugar, no sólo con la idea de conservar su flora y su fauna, sino, sobre todo, para cuidar el ambiente, sobre todo cuando ocurren problemas de sequías e inundaciones, cuyos efectos conocemos y sufrimos los tucumanos.

La iniciativa del gobierno provincial de discutir y analizar la Ley 8.304 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, y los posibles cambios que pueda llegar a tener en beneficio de cuidado del medio ambiente, es muy bien vista por toda la sociedad, ya que se está teniendo en cuenta la opinión y participación de todos los involucrados en el tema, tanto desde el sector público, como el ambientalista y el privado.

La aplicación de la ley, y las adecuaciones que se realizan cada 5 años, permitió que su cumplimiento sea aceptado por los actores que poseen tierras en las zonas que abarca dicha ley. Tal es así, que aquellas “zonas rojas” siguen sin ser tocadas; en las “amarillas” se trabajó solo donde es posible, y en la “verde” se trabajó en forma técnicamente correcta en cuanto a desmonte se refiere, lo que indica, a las claras, que la conciencia del cuidado ambiental en las zonas protegidas está siendo muy fuerte.

Lo cierto es que Tucumán necesitaba una ley de ordenamiento que permita proteger los bosques nativos a como dé lugar, no solo por conservar su flora y su fauna, sino sobre todo para cuidar el ambiente, y en especial cuando ocurren problemas de sequías e inundaciones, ya conocidos por todos los tucumanos.

Los cambios climáticos que se vienen dando desde hace un tiempo atrás, muestran que las acciones antrópicas sobre el suelo, la flora y la fauna fueron desbastadoras en muchos casos, y actualmente hay zonas que presentan un gran desequilibrio ecológico que hay que frenar y mitigar.

El calentamiento global es una realidad que actualmente debemos enfrentar, y que ha generado desequilibrios climáticos en diversas partes del mundo. Y nuestro país y nuestra provincia no escapan a esos desequilibrios.

Aumentos de lluvias en el Centro y Norte del país, incremento de la duración y frecuencia de sequías en el Centro y Norte de la Argentina, y de la duración y frecuencia de sequías en el Oeste y el Sur, son los efectos que actualmente vemos y que se intercalan unos con otros, estación tras estación o campaña tras campaña, perjudicando cultivos, pueblos, ciudades y, por supuesto, habitantes.

Próximas dificultades

Estos efectos que ya se están haciendo sentir en la Argentina, y en nuestra provincia, desde hace tiempo atrás, podrían repetirse con intensidad creciente en los próximos años o décadas, sino se hacen algunas cosas rápidamente para cambiar o minimizar esta situación. Y lo que estamos viendo ahora, con la Ley de Ordenamiento Territorial, seguramente servirá de mucho para que las cosas mejoren.

Las grandes lluvias del verano 2016 y la falta de lluvias durante el verano pasado confirman la veracidad de dicho diagnóstico.

Lo que viene ocurriendo en el tratamiento de la Ley Provincial 8.304, con análisis, discusiones y talleres que se desarrollan desde el lunes pasado, también ayer, y que seguirán siendo tratados durante lo que queda de agosto, septiembre y octubre, es un gran logro que debe ser considerado, ya que participan y participarán todos los estamentos de la sociedad, para lograr que la ley se cumpla por el bien del medio ambiente.

Pero esto no es todo, ya que los desafíos del sector agropecuario son muchos para poder mejorar el aporte que vienen haciendo los productores en los últimos 20 años, como fue la siembra directa, menor uso y mejores agroquímicos, menor uso de agua y la utilización de mejores semillas genéticamente modificadas para su mejor adaptación en cada región.

Está pendiente mejorar las rotaciones de los cultivo reemplazando, muchas áreas de soja con siembra de maíz y trigo, para aumentar el aporte del sector a la sostenibilidad de los suelos y a una mejor producción por hectárea, como se recomienda desde diversos sectores de investigación.

Ante este hecho indiscutible de la realidad que está viviendo el país y el mundo, y por supuesto la actividad productiva por el calentamiento global, se necesita urgentemente seguir fortaleciendo y dando la institucionalidad necesaria a las mesas de diálogo para un trabajo público-privado, para mejorar lo que se está haciendo y la instrumentación de las políticas de Estado faltantes, para ayudar a aumentar y mejorar las producciones, sin agravar el calentamiento global.

No hay dudas que el OTBN tiene problemáticas y falencias que se deben solucionar, pero también fortalezas y oportunidades que deben ser, seguramente, mejoradas y fortalecidas por el bien de toda la comunidad.

Realmente, es necesario recalcar que eventos como el que se está desarrollando en estos días en la provincia, y que sucederán durante los meses que vienen, deben ser imitados por la mejora del medio ambiente provincial, regional y nacional.

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